viernes. 19.04.2024
Imagen de Karla Mijangos

Llorando en la penumbra de mi dolor profundo

En el sitio donde los músculos se contraen en el rostro

Donde el silencio parece derrumbar la memoria

Donde los recuerdos de mi infancia se vuelven nudos

Nudos que bajan de mi cerebro triste y confundido

Tratando de escarbar en mis oraciones

Plegarias que pausen el tiempo

Y que hagan del tiempo un eterno amanecer

Para contemplar el rostro del ser que hoy parece disolverse

En ese tiempo que estiro como un arcoíris

Escucho latidos que hacen eco

De una voz que se aleja en el horizonte del tiempo

Y yo tratando de sostener el eco entre mis manos escurridizas

Que solo detienen cenizas de tiempos e historias

Parece que la despedida se hace inminente

Cuando el ser querido te abraza con el alma

Cuando al mirarte a los ojos te sonríe

Cuando sus pasos comienzan a enclavarse en el ocaso

Dejar ir, es el dolor más sofocante

Porque la finitud hoy tiene figura

Porque aquello que parecía eterno

Hoy se hace plausible a mis ojos

Plausibilidad que hubiese oscurecido con la lluvia

Con la lluvia que se hace tan profunda,

Que hasta mis ojos vacía

Vacío que toca mi corazón herido

Por una despedida que es momento y tiempo

Porque habremos de reencontrarnos,

Allá donde si podremos secar la plausibilidad con la lluvia

Hoy te dejo ir, porque dejar ir,

Es el acto de amor más profundo

El más humano

Pero también, es el más doloroso.

Acerca de la autora

Karla Ivonne Mijangos Fuentes

Karla Ivonne Mijangos Fuentes
Máster en Investigación y Rol Avanzado en Enfermería (Universidad de Navarra). Especialista en Enfermería pediátrica. Estudiante de Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex)

Fuente: Pressenza

Dejar ir