jueves. 28.03.2024

Forman parte del sistema futbolístico constituyendo pieza clave de cuantas polémicas se forman, siempre a posteriori, bajo el subterfugio de la duda y el argumento de muchos periodistas que es difícil acertar en décimas de segundos. No es cierto. Un buen profesional bien preparado físicamente es muy difícil que se equivoque y cuando ocurre se nota enseguida si no es intencionado. Pretendo argumentar que en el fútbol español resultan decisivos siempre a favor de los grandes y cuando se enfrentan entre ellos, arbitran a favor del más grande, políticamente hablando. De hecho pienso que arbitran no deportivamente sino políticamente teniendo siempre en la cabeza la marcha de la liga y los diferentes avatares que la rodean. Pensar lo contrario es mantener que son seres angelicales abstraídos de la realidad en su campana de cristal. Son hombres que viven en una sociedad determinada en un momento determinado y no se pueden abstraer de la realidad y mucho menos de las presiones.

La primera regla de oro se enseña en las escuelas de entrenadores y consiste en correr en diagonal en el campo de un corner a otro, de tal manera que un equipo coge a su izquierda y cuando cambia de campo el otro le coge a la derecha. Aplicando esta técnica sumada a la buena preparación física y al conocimiento de los jugadores y sus engaños, resulta muy difícil equivocarse. Hasta en el fútbol infantil se sabe esto. Aquí aparece la primera trampa que consiste en arbitrar no siguiendo la diagonal, someterse a la posible crítica de la baja forma y así no llegar a las jugadas que no interesan.

El segundo truco son las faltas. Se trata de pitar muchas, a ser posible en el centro del campo o donde no tengan trascendencia en el juego, a favor del equipo al que se quiere perjudicar o no proteger. Por el contrario al equipo que se le va a ayudar se le pitan pocas, pero trascendentales, en momentos determinantes y al borde del área, sobre todo si tienen buenos tiradores de falta. Tal actuación produce la sensación de que se arbitra a favor del equipo al que se favorece con muchas faltas, pero sólo se engaña a los forofos.

El tercer truco es la condescendencia con el fútbol agresivo bajo el argumento de que el fútbol es un juego de hombres y de contacto. Esta treta se utiliza cuando se quiere proteger a un equipo más físico contra uno más técnico, siempre que el partido sea entre dos grandes. Se aplica todo lo contrario cuando se enfrentan un grande y otro más inferior. Entonces aparece la implacabilidad enseñando tarjeta amarilla al equipo más débil a la primera entrada fuerte que se hace al poderoso. El mensaje es: a la siguiente, expulsión. Aquí el razonamiento que se utiliza es para proteger a las estrellas.

La importancia del tempo

Aunque el más sutil, el más fino, el más inteligente es lo que llamo el concepto del tempo. Llamo tempo a tener en la cabeza la situación de cada equipo en la tabla, lesionados, acumulación de tarjetas o cualquier circunstancia que sea importante, sobre todo con los grandes. La campana mediática suele utilizar el ardid de que en una liga donde los dos titanes sacan 30 puntos al tercero esto no se sostiene. Utilizan lo mismo cuando hay una jugada polémica, decisiva, que siempre cae del lado del poderoso porque luego el resultado es de 5 a 1 y no tiene importancia. Falso, los partidos no se pueden analizar al terminar el encuentro sino en momentos clave en el devenir del juego. Ese penalti, ese fuera de juego dudoso, esa tarjeta que no se saca, si se arbitra en contra del poderoso puede decantar una liga o cuando menos la marcha de un equipo. Y los millones de la galaxia y su poder político no lo pueden permitir. En los grandes enfrentamientos de selecciones o de la Champions los más sabios coinciden que muchas veces los resultados son consecuencia de un momento puntual. ¿Entonces por qué no vale esta regla cuando se analiza ese momento puntual que yo llamo tempo?

Podría continuar con los fuera de juego o las faltas en el área, pero lo dejo aquí. Creo que estos análisis les pueden servir de plantilla para analizar los partidos de la temporada. No duden que encontrarán ejemplos varios donde verán calcada alguna de las situaciones analizadas. Después pongan ustedes nombres y apellidos a los árbitros y a los equipos.

De árbitros y sus trucos