Estamos ante una novela urbana, dura, de un realismo devastador, a la vez que intimista y poética. El sexo es un ingrediente natural, sin ser protagónico, de una historia llena de encuentros y desencuentros, de colores y de razas, de idiomas y de jergas, de personajes extraídos de la vida misma, divertidos y patéticos, entrañables o repulsivos
Iva Pekárková es de Praga, pero también de Nueva York, Canadá, India, Malasia y Nigeria. En Estados Unidos fue taxista y en Tailandia enseñó inglés en un campo de refugiados. Solo una autora de sensibilidad universal nos podía brindar una novela global por naturaleza.
Mientras conduce su taxi amarillo por Nueva York, ante los ojos de Jindřiška se alza, imponente, la silueta de un Manhattan que, a fuerza de rodar por sus calles, se le ha metido en el cuerpo y en la sangre. En cada ámbito de su vida, esta joven eslava de nombre impronunciable, a la que todos llaman Gin, parece jugar con desventaja: es una blanca que vive en Harlem con un marido africano —que la ayudó a obtener su ciudadanía y se la cobra de todas las maneras posibles—, y es una mujer que ha escogido sobrevivir con el oficio más genuinamente neoyorkino, un oficio de hombres, lleno de riesgos, trampas y deslealtades en el que ella navega con una ingenuidad y una osadía que de algún modo la blindan ante los peligros que la acechan al doblar alguna esquina, en la penumbra de cualquier calle e incluso desde el asiento trasero de su auto.
Dame la pasta es una novela urbana, dura, de un realismo devastador, a la vez que intimista y poética
Dame la pasta (Huso Editorial, 2019) es una novela urbana, dura, de un realismo devastador, a la vez que intimista y poética. El sexo es un ingrediente natural, sin ser protagónico, de una historia llena de encuentros y desencuentros, de colores y de razas, de idiomas y de jergas, de personajes extraídos de la vida misma, divertidos y patéticos, entrañables o repulsivos, y todo ello en una prosa fluida, intensa, visceral y, sobre todo, de una belleza sobrecogedora.
En su escritura, Iva Pekárková explora las relaciones culturales, específicamente las compatibilidades y los enfrentamientos entre diferentes culturas, y la sincronización de culturas coexistentes. Ha dedicado algunas de sus novelas y viñetas a las relaciones entre las mujeres europeas y los hombres africanos, campo en el que tiene amplia experiencia personal, pues su pareja de muchos años es un nigeriano doce años menor que ella.
Iva Pekárková
Nacida en Praga en 1963, interrumpió sus estudios de Microbiología y Virología para huir a Occidente en 1985. A través de Austria, emigró a los Estados Unidos, donde vivió principalmente en Nueva York, trabajando como taxista, aunque también en Chicago, California y Arizona. A fines de la década de los 80, estuvo casi un año en Tailandia enseñando inglés en un campo de refugiados, y ha pasado largos períodos en Canadá, India, Malasia y Nigeria, generalmente escribiendo un diario de viaje basado en sus aventuras. En la actualidad, vive en una casa compartida en el sur de Londres, rodeada de nigerianos. La autora de veinte títulos no teme escribir sobre sexo. Algunas de sus obras han sido publicadas en traducciones al alemán y el inglés.