La soledad ahora | "Mundo fantasma", de Mónica Doña
Poesía | JESÚS CÁRDENAS
La desolación y la ruina recorren el lugar que conocemos. Como se recoge en la cita inicial tomada de Juan Carlos Rodríguez, maestro de poetas granadinos. Por ahí entendemos el título Mundo fantasma, la quinta entrega lírica de la poeta jiennense, residente en Granada, Mónica Doña. El auténtico escalofrío sobre el que se asientan las distintas reflexiones (seis secciones) es el mal del ser contemporáneo, la soledad. Así el amor, el lenguaje, la vida, la identidad, el viaje son claves que difuminan su entidad, más aún en estos tiempos tan ficcionales o distópicos.
En la primera sección, “El mal tiempo”, las bajas temperaturas transmiten la sensación de soledad, el campo semántico del frío connota el del aislamiento. El poema inaugural orienta las directrices del tono pesimista, aunque desea retener lo vivido gracias a la palabra: “el invierno, olvido, y a lo lejos / los árboles desnudos sin nosotros”. El valor connotativo fija la atención en el detalle de la gota de hoja que se desliza en la hoja. Los versos de “Mimetismos” evocan preciosismo y sensualidad: “Sol de invierno: / Con la yema del dedo / he tomado la gota de agua / que estaba en la hoja / y la he puesto en mis ojos, / en mis ojos rasgados / que te miran / de frente. // Ciégame cuando quieras”.
La revisión del “Tempus fugit” sirve para enaltecer la figura de Basquiat ante la la muerte prematura. Mónica retoma el símbolo romántico para denunciar la siniestralidad obrera en “Balada del ángel caído”. Para finalizar la breve sección, “Corta es la vida”, lanza un grito de ayuda, “Help”, uno de esos poemas intensos sobre lo frágil del ser sin la compañía del otro: “Aún te espero –vida–. / La puerta sigue abierta, / ven cuanto antes”.
En la quinta sección, “Ciertos lugares”, en conexión con la primera, la topografía sentimental se detiene en evocaciones descriptivas sobre el Mar de Adra, Urueña…, destacando el dedicado a la ciudad de la Alhambra, “La nieve de Granada”, donde el espacio urbano y el frío adquieren resonancias hímnicas. Es esta una de las motivaciones temáticas que ya percibiese García Lorca y retomasen con éxito Rafael Guillén y García Montero, entre otros. Mónica Doña nos deja en el remate la imagen visual salpicada de emoción: “Siento un escalofrío y vuelvo a casa / tras haber conocido la nieve de Granada”.
Para finalizar, en “Distopías y palomas”, destaca el homenaje a Shelley, con la técnica del desdoblamiento del sujeto, en “Mary & Mary”. En estos poemas el mundo se ha vuelto tan diferente y hostil que el ser necesita refugiarse en la literatura de ficción y en escenas cinematográficas, como se nos aparece en dedicado a Blade Runner, “Nexus, el replicante”. Los versos de esta última sección nos remiten a un mundo alienado, como si de un descenso a los infiernos se tratase, en “La conquista del espacio”, donde se critica la estupidez del ser humano por descubrir nuevas áreas, cuando hay tantísimo, aún, en la superficie, por revelar: “Mientras tanto, / yo seguiré intentando conquistar otro espacio: / […] poblar la soledad de la página en blanco”.
Concluyendo, es intenso el cántico que Mónica Doña nos ofrece en Mundo fantasma, un libro de poemas donde el sujeto en permanente lucha con la soledad, trasciende los detalles y engrandece gracias al desdoblamiento del yo y a la musicalidad de sus versos.
Mundo fantasma, Mónica Doña. Fundación Huerta de San Antonio, JuanCaballos de Poesía, 2020. COMPRA ONLINE
JESÚS CÁRDENAS es escritor, profesor y crítico literario.