miércoles. 24.04.2024
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En el antiguo testamento Jehová encarga a su profeta Jonás de predicar a los ninivitas. Jonás se asustó, se creía débil e incapaz de llevar a cabo tal misión y decidió huir. Se embarcó en el puerto de Jope en una nave que se dirigía a Tarsis, a más de tres mil kilómetros de Nínive. Enojado Jehová por el comportamiento de Jonás, provocó una gran tempestad en el mar, que hizo zozobrar el barco. Jonás que permanecía dormido en un rincón de la nave fue despertado por los marineros para que los acompañara en su plegaria para salvarse del naufragio. Jonás se declaró culpable de que Jehová, por su rebelión, hubiera desatado la tormenta y pidió que se le arrojara por la borda, cosa que así hicieron los marineros del barco. Jehová se apiadó de Jonás e hizo que se lo tragara un gran pez durante tres días y tres noches. Jonás arrepentido imploró a Jehová el perdón, que éste le concedió y ordenó al gran pez que vomitará a Jonás, quien acabó cumpliendo con la misión de ir a predicar a los ninivitas.

En Psicología de denomina Complejo de Jonás al temor que sienten algunas personas a alcanzar el éxito o a lograr una superación personal. Este complejo tiene que ver con lo que Abraham Maslow definió como autorrealización. Maslow creó su famosa pirámide de Maslow. En esta pirámide refleja una serie de necesidades del ser humano a lo largo de su vida. Necesidades agrupadas en diferentes niveles.


Complejo de Hestia


En el primer nivel, base de la pirámide están las necesidades básicas, como comer, beber tener sexo, etc. Cada persona da prioridad a conseguir estas necesidades básicas antes de pasar al siguiente nivel. En el segundo nivel están las necesidades de seguridad, aquí estarían la familia, amistades, trabajo etc. De esta manera cada persona va dando prioridad a ir consiguiendo logros en su vida y va subiendo de nivel, hasta llegar al último, la necesidad de autorrealización.

Compartir esta reflexión personal: “en el medio no está la virtud, está la mediocridad”

Maslow definió la autorrealización como el punto en donde cada persona se siente satisfecho de haber llegado en su vida, de acuerdo con los logros alcanzados. Esta autorrealización es algo muy subjetivo. Algunas personas la fijan en metas profesionales otras en metas familiares, algunas en fines altruistas o en combinaciones de varias metas. Maslow en oposición a la autorrealización, acuñó el término de Complejo de Jonás para referirse al miedo a la propia grandeza, a la evitación del propio destino a la huida de nuestros mejores talentos. En el Complejo de Jonás la persona se autolimita, frenándose a sí misma la capacidad de desarrollarse plenamente y autorrealizarse. Al investigar sobre su concepto de autorrealización, Maslow se preguntó porqué si todos nacemos con un potencial ilimitado de autodesarrollo, sin embargo, no todo el mundo consigue el objetivo de la autorrealización. La única explicación que encuentra Maslow es el Complejo de Jonás.


El complejo de Dionisio


En muchas ocasiones el miedo a salir de nuestra zona de confort o de seguridad, es lo que nos limita a seguir avanzando, hasta tal punto, que a veces preferimos mantenernos donde estamos, a pesar de no estar bien, antes que arriesgarnos a buscar nuestra autorrealización, por lo que tomamos la determinación inconsciente de quedarnos quietos y depender emocionalmente de la mediocridad. Vivir siempre de nuestros anhelos y deseos incumplidos, manteniéndonos en la referida zona de confort acarrea problemas de autoestima, sentimientos de inadecuación, poca asertividad, aislamiento social, estrés y ansiedad. Todo esto nos puede abocar a un escaso bienestar personal y con frecuencia problemas psicosomáticos.


Complejo de Yocasta


Por último, esta reflexión personal: “en el medio no está la virtud, está la mediocridad”.

El complejo de Jonás