viernes. 29.03.2024
Perséfone, Cancercebero y Hades

En la mitología griega Hades, dios del inframundo y por tanto rey de los muertos, era el hijo mayor de los titanes Cronos y Rea. Hades tenía como hermanos a Zeus y Poseidón y como hermanas a Démeter, Hestia y Hera. Juntos constituían los seis dioses originales del Olimpo. Cronos había sido avisado de que un hijo le traicionaría y ocuparía su trueno, por ello cuando nacían se los iba tragando. Cuando nació el pequeño, Zeus, Rea engañó a Cronos y le dio envuelto en una manta una piedra que simulaba al niño Zeus, con lo que este se salvó del destino al que le sometería su padre. Rea le pidió a Gea que lo ocultase para no ser devorado por Cronos. Gea retuvo a Zeus en la isla de Creta. 

Cuando Zeus creció utilizó un veneno que le dio Gea para Cronos, y así éste vomitó en orden inverso a todos los hijos que se había tragado. Zeus y sus hermanos declararon la guerra a Cronos, ayudados por los Cíclopes, destronándole de su reino y desterrándolo al profundo abismo del Tártaro. Zeus y sus hermanos se repartieron el poder. Zeus se quedó con el Cielo, Poseidón con el Mar y Hades con el Inframundo, el reino invisible a donde van a parar los muertos cuando dejan el mundo.

Hades tuvo por esposa a Perséfone, representada por los griegos como la bella hija de Démeter y por tanto sobrina de aquél. Hades se casó con ella, tras raptarla mientras esta recogía flores en la llanura de Nisa. Démeter enfureció por el rapto de su hija y mandó una maldición de hambruna sobre la tierra hasta que regresara su hija raptada. Intervino Zeus y Hades liberó a Perséfone, pero antes de irse la dio a probar un grano de dulce granada, ya que sabía que con esto ella regresaría al inframundo. Esto la ató para siempre a Hades para disgusto de Démeter. Desde entonces pasaba Perséfone los inviernos en el inframundo, expresión de luto y tristeza, y el resto del año con su madre en la luz.

Hades tuvo dos amantes, una fue la ninfa Mente, a la que Perséfone trasformó en una planta llamada menta y una segunda amante fue la ninfa Leuce, quien fue trasformada en un álamo blanco por Perséfone.

Era una tradición en la antigua Grecia poner un óbolo en la boca del muerto ya que estos tenían que pagar a Caronte, el barquero de Hades.

En Psicología se habla de Complejo de Hades o Hadefobia para referirse a un trastorno en el que la persona muestra un miedo patológico a ir al infierno por sus pecados. Este tipo de trastorno se suele en dar en personas con carácter neurótico, que han tenido una crianza en un medio religioso muy restrictivo y punitivo. Si un niño crece en la creencia de que si hace un mal será castigado con el fuego eterno del infierno, no parece extraño que en la edad adulta presente este trastorno.

Las personas con este trastorno presentan ante la idea o pensamiento consciente del infierno síntomas de ansiedad con palpitaciones, sensación de mareo, asfixia e incluso síntomas de pánico. A estos síntomas hay que añadir los sentimientos de culpabilidad ante una acción que la persona considera punible y su consiguiente castigo.

La persona con este trastorno suele tener unas creencias religiosas muy arraigadas, por lo que necesitaran una ayuda especializada con un enfoque de terapia cognitivo conductual para corregir el pensamiento distorsionado, en este caso la idea del infierno y posteriormente una modificación de conducta en relación con el estímulo que lo desencadena.

Por último, compartir esta reflexión de Epicuro: “La muerte es una quimera: Si yo existo la muerte no está, y cuando existe la muerte yo ya no estoy”.

José María Manzano Callejo

Complejo de Hades o Hadefobia