viernes. 19.04.2024

La situación y la atención las personas con discapacidad ha sido motivo de creciente interés por la producción cinematográfica en los últimos años, tanto en nuestro país como en otros países como Francia y Reino Unido. No es una cuestión fácil de tratar sin caer en el ternurismo o por el contrario en una visión excesivamente dramática. El objetivo de estas películas parece claro: promover la normalización de la discapacidad en la vida social, educativa, cultural, deportiva, etc.

especiales cartelAlgunos directores de cine lo han ligado a la actuación o no actuación de las redes de servicios sociales, con una visión terrible de abandono o carencias, como es el caso de Ken Loach, siempre más centrado en la descripción de los problemas que en el aporte de vías de solución, dejando un poso de enorme angustia en los espectadores.

Por ello resulta del mayor interés la recién estrenada Especiales (Hors Normes), película francesa de Oliver Nakache y Eric Toledano.

Bajo el seguimiento de los problemas cotidianos de la atención a chicos y chicas con autismo severo por parte de dos ONG, saca a la luz toda la compleja y diversa realidad de los servicios sociales, por cierto, en un país como Francia, que se sitúa en la parte alta en las comparaciones de políticas sociales de la Unión Europea y por tanto del mundo.

Las limitaciones de la atención pública socio-sanitaria, el rechazo por las instituciones a admitir a quienes tienen una grave alteración de conducta, el agotamiento y la desesperación de las familias y en especial por el qué pasara con sus hijos e hijas cuando los padres falten, el enorme estrés de los cuidadores y responsables que no “desconectan” ni un minuto al día ni un día a la semana, los larguísimos y difíciles procesos de atención con avances y retrocesos en la situación de los usuarios, los vínculos afectivos que surgen que a veces tienen efectos contradictorios… Aparecen formidablemente expuestos y tratados en la película.

Las dos ONG protagonistas cuentan además con una segunda vertiente solidaria, la mayoría de las personas cuidadoras son jóvenes con dificultades educativas, laborales, de inserción social, de familias inmigrantes, que encuentran en la atención a chicos y chicas autistas una nueva dimensión de realización personal y laboral, de encontrar un motivo de interés y satisfacción en su vida hasta entonces devaluada y frustrante.

La película, aunque toma claro partido por el papel de las ONG, no oculta la problemática de la gestión y funcionamiento de las mismas

La película, aunque toma claro partido por el papel de las ONG, no oculta la problemática de la gestión y funcionamiento de las mismas: el retraso en el pago de las nominas del personal, la falta de titulación y formación de sus trabajadores, la necesidad de tener plantillas numerosas para atender a personas gravemente afectadas,  la ausencia de protocolos de actuación, el bordear la normativa vigente eludiendo el cumplimiento de requisitos legales, el estar vigilados por la inspección de la Administración Pública sin hacerles mucho caso, el papel intransigente, aunque en cierta forma comprensible, de la policía o de los servicios de seguridad ante los problemas que se generan en los intentos de vida normalizada de los chicos y chicas, los problemas primero de rechazo y luego de convivencia en una empresa….

El voluntarismo, la plena dedicación hasta la extenuación, la experiencia acumulada, la búsqueda de nuevos caminos en la atención y el sentido común, son los instrumentos que guían el trabajo de las dos organizaciones y de sus dos máximos responsables, significativamente un judío y un árabe, otro mensaje interesante de la película, como también lo es el hecho de que la mayoría de los atendidos pertenecen a las clases populares y/o la emigración.

Frente a esa realidad, las Administraciones Públicas (con un despliegue de instituciones y siglas, que dan lugar a un concurso muy divertido al que juegan el personal de las dos ONG), parecen mas interesadas en que se cumpla estrictamente la legalidad formal, por encima de las carencias existentes de oferta pública. La inspección busca argumentos para terminar con el funcionamiento alegal de las ONG, pero la realidad termina por imponerse.

Quizás la única pega que yo pondría a la película, aunque desconozco la realidad asociativa francesa, es que no aparecen por ningún lado las asociaciones de familias, que al menos en España han jugado y juegan un papel importantísimo.

Y lo más importante, la película, que esta basada en experiencias auténticas, deja un mensaje positivo dentro de los problemas tan intensos que se retratan sin paliativo alguno. A mí me recordó muchas cuestiones que viví, aprendí y padecí siendo Director General del IMSERSO, rodeado de excelentes y solidarios profesionales y de ONG volcadas en un trabajo poco reconocido, mal financiado y sin descanso.

Los dos actores protagonistas son magníficos y todos los demás también, dando una imagen creíble, tanto en los momentos de mayor tensión como en los intervalos de cierto humor. Por ello la película mantiene el interés de principio a final.

Personalmente recomendaría a nuestro vicepresidente Pablo Iglesias, que sin tardar hiciera un pase especial para el y todo su equipo y que invitara además a la vicepresidenta Económica y a la ministra de Hacienda y a los ministros de Sanidad y de Seguridad Social. Es posible que después de verla, no solo aprenderían mucho, sino que les sería muy útil para la elaboración de los presupuestos del 2020 y del resto de la legislatura. 

Una película recomendable para todo el mundo y de visión obligada para todos los profesionales de los servicios sociales y sociosanitarios. Y por supuesto que debería incluirse en el programa curricular de las carreras sociales.

Especiales