viernes. 29.03.2024
MUJERES DE PELÍCULA | EDMUNDO FAYANÁS

Catalina II “la ambiciosa”

Nace en Szczecin en la Pomerania, que actualmente pertenece a Polonia, el dos de mayo de 1729. Su nombre originario es Shofie Friederike Auguste Von Anhalt-Zerbst, pero será conocida como Figchen.

Su padre es el príncipe Cristian Augusto Anhalt Zerbst, que era general prusiano y gobernador de Szczehin en nombre del rey de Prusia, además era un devoto luterano. Su madre era Johanna Elisabeth of Holstein-Gottorp.

Shofie era considerada una princesa de menor rango. Fue educada por tutores franceses como era tradicional en la época, así como en la religión luterana.

¿Cómo llego Shofie a ser la esposa del heredero Pedro?

En aquella época, los matrimonios jugaban un papel fundamental en la política de alianzas de los Estados. Siendo emperatriz Isabel de Rusia, el país debía decantarse por apoyar a Austria o a Prusia y en función de esta política, se realizan los enlaces de la familia real rusa.

A favor de Austria estaba el canciller ruso Bestuzhev, que era consejero de la zarina. Sin embargo Prusia era partidario de la alianza con Rusia y así aislar a Austria. Federico II de Prusia y el conde de Lestocque ofrecieron como esposa a la princesa Sophie como futura esposa del heredero Pedro.

¿Por qué fue Sofhie la elegida no siendo una princesa principal?

 A la zarina Isabel le gustaba la familia Holstein-Gottorp, ya que la emperatriz había estado prometida con Carlos Augusto Holstein- Gottorp que murió de viruela en el año 1727 antes de casarse con Isabel. Carlos Augusto era tío de Shofie y hermano de su madre Juana.

 La madre de Sofhie era Johanna que tenía fama de casamentera y estaba empeñada en lograr ascender más en la escala social. Para ello, empleó a su hija. Esa obsesión por convertir a Sofhie en emperatriz de Rusia, logró enfurecer a la zarina Isabel, que mandó expulsarla de Rusia. Sin embargo, Sofhie gustaba mucho a Isabel, por la que el matrimonio siguió adelante.

Sophie aprendió la lengua rusa con prontitud. Se dice que se levantaba por la noche y caminaba descalza recitando en ruso para aprenderlo. Esto provocó que cogiera una neumonía en marzo de 1744. Sofhie se convierte a la iglesia ortodoxa rusa en junio de 1744 y recibe el nombre de Catalina. Esta transformación religiosa de Catalina contó con la oposición de su padre Cristian Augusto que era ferviente luterano.

El 21 de agosto de 1745, Pedro y Catalina contrajeron matrimonio en San Petersburgo y se instalaron en el palacio de Oranienbaum. 

Permanecieron casados durante muchos años, a pesar de que su matrimonio fue un fracaso.   Nunca se consumó dicho matrimonio, puesto que Pedro padecía de fimosis y se negó sistemáticamente a ser operado.    Unido a esto, hay que añadir la gran inmadurez y falta de personalidad que tenía el futuro  zar.

 
Palacio de invierno de los Zares, el Ermitage

 A pesar de sus carencias, Pedro tuvo una amante.   A Catalina se le conocen en esta época hasta tres amantes.   Aprovechó este tiempo para leer muchísimo.   Estaba informada tanto de todo lo que acontecía en la propia Rusia como en Europa.   Mantuvo frecuente correspondencia con la intelectualidad europea, destacando con Montesquieu, Voltaire y Diderot.

En todo este periodo Rusia estaba dirigida por la emperatriz Isabel, la cual fallece a inicios de enero de 1762.    Inmediatamente empieza a gobernar Pedro y es coronado zar de Rusia el 9 de julio del mismo año, Catalina se convierte en emperatriz consorte, instalándose en el palacio de Invierno de San Petersburgo (El Ermitage).

El inicio del reinado de Pedro III comienza siendo caótico y lleno de excentricidades, desarrollando una política de secularización que le granjea la radical oposición de la iglesia ortodoxa.   Apoyó a Prusia en su conflicto con Dinamarca, lo que provoca una seria oposición de muchos rusos por las continuas guerras.  

Ante la carencia de relaciones con Catalina, Pedro III se retira con sus guardias de Holstein al palacio de Oranienbam, dejando a Catalina en San Petersburgo, la cual empezó a conspirar contra su marido por su incompetencia.

Los días 13y 14 de julio, cuatro días después de ser coronado, la guardia imperial rusa se subleva al mando de Grigori Orlov, que era amante de Catalina y le nombra emperatriz de Rusia. Tres días después, el 17 de julio de 1762, Pedro III muere asesinado por Aleksei Orlov, que era hermano de Grigori.


Palacio de verano de Peterhof

Siguiendo el modelo que estableció Catalina I cuando falleció Pedro I, se proclama emperatriz con el argumento de la elección unánime de la nación. La nobleza toleró esto como un periodo de poder transitorio hasta que su hijo el gran duque Pablo llegara a la mayoría de edad y pudiera gobernar.

Catalina era vista como una mujer muy inteligente y culta, muy hábil en la política y con una vida bastante licenciosa y liberal. Hizo uso del amor libre y convirtió este en una nueva forma de gobernar. Se aseguraba la lealtad de sus sucesivos ministros sacrificando su castidad por la continuidad en el poder. Como hemos visto tenía contactos por toda Europa, pero sobre todo con los enciclopedistas franceses. A pesar de todo esto supo ganarse el respeto de la mayoría de los gobernantes y de los intelectuales de la época.

Para garantizarse su poder, mantuvo los antiguos privilegios de la nobleza y a ello les añadió el dispensarles del servicio militar, reforzó sus derechos y sus padres sobre la servidumbre. Les concedió el derecho de poder deportar a siervos a Liberia y instituyó la servidumbre en Ucrania en el año 1783.

Catalina tenía claro que Rusia debía modernizarse e iniciar un proceso de europeización por un lado, y por el otro, debía ampliar el territorio de su imperio. Para ello, amplio las fronteras del imperio ruso hacia el sur, donde chocó con el poderoso imperio turco con el que tuvo dos guerras, la de 1768-1774 en la que consiguió el control de Ucrania y de Crimen y en consecuencia una salida al mar Negro y la de 1787-1792. En ambas guerras Catalina salió triunfante.

En su expansión hacia el oeste se enfrentó con la Mancomunidad Polaco-Lituana, donde controló todos los intentos de independencia de Polonia. Añadió bajo su reinado unos 518.000 km2, pero sobre todo sentó las bases para el expansionismo ruso a lo largo del siglo XIX.

Sin embargo, esta política expansiva que desarrolló Catalina II generó un gran malestar en la sociedad rusa pues significaba hambre, penurias y muerte para el pueblo llano.

Los pueblos y las familias quedaban rotas con los continuos reclutamientos militares. A ello se le añadía la continua elevación de los impuestos, para así poder hacer frente a la guerra que llevaba a un empobrecimiento generalizado de la población.

Los siervos estaban cansados y hartos de que los terratenientes y nobles les explotasen y abusasen de ellos y además que sus familiares fueran llamados continuamente a servir en los ejército de Catalina.

La grandeza y esplendor en que vivía Catalina y su Corte, creaba un gran malestar en el pueblo pues eso era posible al trabajo y explotación de millones de rusos, que se veían abocados a la miseria.

LA REBELIÓN DEL COSACO YEMELIÁN PUGACHEV

En el año 1773, los cosacos que vivían en la región del río Yalk, iniciaron un movimiento de protesta por la política injusta que llevaba a cabo la emperatriz Catalina. Esta contestación cosaca fue duramente reprimida por el ejército imperial ruso, practicando todo tipo de torturas o cortando la nariz a quien osara cuestionar a la emperatriz. Esta política de dureza provocó un gran desprecio por una gran parte de la población rusa al gobierno de Catalina.

Yemelián Pugachev, que era un cosaco desertor del ejército ruso, anunció que él era el auténtico zar Pedro III y que regresaba de entre los muertos para hacer justicia para su pueblo. Lucía una espada que decía provenir de su padre Pedro I el Grande.

Publicó un manifiesto proclamando el fin de la servidumbre, de los impuestos y de los reclutamientos militares. Proclamaba la libertad de los campesinos y el reparto de las tierras. 

Estas propuestas eran las que demandaba el pueblo llano ruso, por lo que el apoyo fue muy rápido para su causa. Conquistó pueblo a pueblo, siendo bendecido por la iglesia ortodoxa rusa. Ante tales conquistas su prestigio aumentaba y más fuerza adquiría su rebelión.

En su expansión los terratenientes y la nobleza sufrían fuertes castigos. Como en toda guerra había muertos, violaciones y destrucción. Yemelián tomaba como cortesanas a las aristócratas.

Catalina II no se quedó quieta ante tal sublevación. Impuso la censura con mano de hierro para impedir la extensión de la sublevación. Como el ejército ruso estaba en pleno conflicto con el Imperio turco y no tenía fuerzas suficientes para aplastar la rebelión, capturó a la mujer e hijos de Yemelián, con la finalidad de exhibirlos y que vieran que éste no era Pedro III. Pero la rebelión continúo.

Ante la imposibilidad de detener la rebelión, mando llamar a Grigori Potemkin, que era general y héroe de guerra. Además ambos se enamoraron mutuamente. Potemkin era consciente, de que no se podía hacer frente a los dos

conflictos al mismo tiempo. Planteó llegar a acuerdos con los turcos y pasó poder liberar gran cantidad de tropas para hacer frente a la rebelión de Yemelián que se había puesto muy peligrosa para la estabilidad de Catalina II.

 Se firmó la paz con los turcos y Potemkim y sus tropas se hicieron fuertes en la ciudad oriental rusa de Kazan. Hasta ahí llegó Yemelián con más de 30.000 hombres, saliendo derrotado de la batalla y de esta forma Potemkim acabó con la rebelión de Yemelián.

El aspirante al trono era el hijo mayor de Catalina II, Pablo (hijo de ella y de un amante), pero la emperatriz no tenía en buen concepto a éste, pues creía que se asemejaba a su padre Pedro. Ella veía más como zar a su nieto e hijo de Pablo, Alejandro, pues estaba convencida de que sería un gran gobernante.

Esta visión de Catalina sobre su hijo Pablo, hacía que el cariño entre ellos fuera inexistente. En principio Catalina actuaba como regente en nombre de su hijo. Cuando Pablo alcanzó la mayoría de edad reclamó su trono y pidió apoyo a la poderosa guardia real rusa.

Catalina no permaneció impasible ante tal demanda, dejando claro su autoridad sobre su hijo, haciéndole casarse con una princesa alemana y la guardia que osó apoyar a su hijo fueron expulsados y como castigo fueron enviados a Siberia. Catalina mantuvo a Pablo en un estado de semidestierro en Gatchina y Pavlovsk, con la finalidad de no permitir que se debatiera su legitimidad al trono.


Palacio de verano de Catalina II

Como durante su reinado la influencia europea iba creciendo, la oposición a la autocracia rusa fue aumentando en el pueblo. Para parar esta oposición, Catalina creó una especie de policía secreta, así como la imposición de la censura para impedir las actividades, que abogaban por el cambio o contra los movimientos nacionalistas que estaban surgiendo dentro del imperio ruso.

Durante el reinado de Catalina II creció considerablemente la economía gracias al sistema de servidumbre gratuita que ejercían las clases dominantes rusas. A ello se unió un conjunto de medidas liberalizadoras del comercio y de la industria y una política inmigratoria que favoreció la colonización agrícola, especialmente en las regiones de Crimen y Kuba, así como la fundación de ciudades como Sebastopol y Jerson.

Catalina II desarrolló un profundo programa enciclopedista en el mundo de la enseñanza, con la creación de gran cantidad de escuelas y academias, aunque la iglesia ortodoxa intentó impedir tal desarrollo. No se olvidó de la educación de la mujer y fundó escuelas para niñas.

Mandó construir hospitales, mejoró la sanidad y demostró la inocuidad de las vacunas, siendo la primera rusa que se vacunó contra la viruela.

Invitó a la corte a numerosos intelectuales europeos e impulsó el uso del francés entre sus círculos cortesanos y de la nobleza. En cuanto a la religión aplicó una cierta tolerancia que terminó con la persecución de los disidentes de la iglesia ortodoxa.


Palacio Gatchina

No permitió que estos levantaran sus capillas. Explotó el fervor cristiano de los rusos en sus luchas contra los turcos, fomentando la protección de estos bajo el dominio turco. Se obstruyó el desarrollo del catolicismo en Rusia. Sin embargo, Catalina II proporcionó asilo a la compañía de Jesús, tras su expulsión de gran parte de los países europeos.

Catalina II cuidó muchísimo su imagen en Europa y consiguió ser reconocida como una monarca ilustrada y civilizada. Sin embargo, en su práctica política en el interior de Rusia, muchas veces ejercía una auténtica tiranía. Siempre proclamó sus ideales de libertad e igualdad, sin embargo, su práctica era atar al siervo a su tierra y a su señor mucho más que otros zares.

Catalina II introdujo las influencias clásicas y europeas que inspiraron la llamada “edad de la imitación rusa”. En su reinado siempre estuvo presente la censura sobre las publicaciones. Aleksandr Radishchev publicó en el año 1790 “Viaje a San Petersburgo”, en el cual deploraba y denunciaba las condiciones humanas de los siervos rusos. Catalina lo censuró y desterró a Liberia.

Catalina II muere el 17 de noviembre de 1796 de un ataque de apoplejía. Fue enterrada en San Petersburgo con gran solemnidad.

PD Los historiadores clásicos la han calificado como Catalina II la Grande. Si han leído el anterior artículo sobre Catalina I, yo la denomino Grande a ella, pues considero que fue mucho más determinante el papel de Catalina I que el de Catalina II, pues cogobernó con Pedro I realizando un gran papel para Rusia.

Para mi toda la historia de Catalina II es fruto de una ambición desmedida y obsesiva por el poder, por eso la denomino Catalina “la ambiciosa”.

Catalina II “la ambiciosa”