viernes. 19.04.2024
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Maqueta del edificio de la casa sindical

(Capítulos 13, 14 y 15)

13.- LA CASA SINDICAL

1948. Hay que meterse en la piel de ese trabajador, de esa trabajadora, que en el 1º de Mayo de ese año recorriera nuestro mismo camino. No iba de manifestación, claro. Hace poco menos de diez años, la democracia ha sido borrada del mapa de España, tras una guerra civil que parece cuidadosamente prolongada para permitir al dictador consolidarse en el poder y literalmente destruir todo vestigio de organizaciones obreras. En el interior del país se mantienen tan sólo algunos núcleos guerrilleros, mientras las organizaciones del exilio abandonan paulatinamente la lucha armada. En Cataluña y en Vizcaya se producen esporádicas protestas y huelgas obreras.

4El régimen aparece, tras la Guerra Mundial, más aislado que nunca. Por ello se apresta en 1945 a realizar un cambio cosmético. Entre estas medidas se puede incluir la celebración de elecciones sindicales en 1944. Algunos falangistas son apartados del gobierno, aunque mantienen los ministerios de Trabajo y Justicia, para dejar paso a ministros procedentes del catolicismo.

La guerra fría ayuda a que, pese a no ser España admitida en la ONU,  países como Argentina, Francia o Gran Bretaña firmen acuerdos comerciales con el régimen. Por su parte, a finales de la década, el Congreso de Estados Unidos comienza a aprobar ayudas que son frenadas temporalmente por el Presidente Truman alegando que en España no hay libertad religiosa.

A principios de los 50 el dictador se siente tan seguro que vuelve a incrementar el peso del sector falangista en la remodelación del gobierno operada en 1951. La guerra de Corea vendrá a consolidar a la dictadura como mal menor y necesario para  los intereses estratégicos de Occidente. Bienvenido Mister Marshall. Pronto llegarán las bases americanas con sus consiguientes ayudas económicas y el Concordato con la Santa Sede a bendecir la continuidad del régimen.

Así las cosas, el trabajador o trabajadora, que recorriera el Paseo del Prado en 1948 podría contemplar cómo se comenzaba a elevar la estructura de la nueva Casa Sindical. Ese complejo monolítico de ladrillo que entabla un extraño diálogo con el Museo del Prado.

Pese a todo, cuando reparamos en el actual Ministerio de Sanidad y Consumo, que “okupa” la principal sede del patrimonio sindical,  podemos advertir el giro que se estaba produciendo en el complejo entramado del régimen. No olvidemos que se trata del primer edificio oficial que se aparta del modelo imperial que había impuesto la arquitectura oficial hasta ese momento y cuyo ejemplo emblemático es el Ministerio del Aire, que se comenzó a pensar en un estilo emulador del fascismo imperante en Italia y Alemania y terminó construyéndose al estilo fascista autóctono, imitador de las formas arquitectónicas de la época de los Austrias, si bien el interior se diseña desde una perspectiva funcional de corte racionalista.

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14.-LA ARQUITECTURA MODERNA

La fascinación por la ciencia, la técnica y el maquinismo dieron lugar, como ya vimos en el caso de la Estación de Atocha, a una arquitectura del hierro y el cristal, que suscita los celos mutuos entre arquitectos e ingenieros a finales del siglo XIX. Primero la Escuela de Chicago, en Estados Unidos, y luego las corrientes funcionalista, racionalista y expresionista en Europa, explorarán estas nuevas posibilidades técnicas, que se ven incrementadas con el descubrimiento de un nuevo producto, el cemento armado y darán respuesta a un sistema de relaciones sociales que ya no es el de la ciudad industrial, predominante en el siglo anterior.3

Nuevas formas de construir, nuevos materiales y la desnudez de la estructura del edificio, que se muestra al exterior, libre de muros de carga y pesadas fachadas permiten la transparencia, mediante el cierre del edificio con cristales o materiales ligeros. Utilizando módulos diversos que se unen buscando un conjunto unitario de volúmenes.

Una de las escuelas más significativas de este proceso es la Bauhaus, que se difunde hacia Estados Unidos cuando el régimen nazi alemán destruye la experiencia en Alemania y centroeuropa. Economía de medios y materiales, aprovechamiento del espacio, sencillez en la decoración, producción en serie, utilización de elementos prefabricados, serán componentes esenciales de la arquitectura moderna, surgidos de la cultura industrial. Los pilotis, las terrazas jardín, la planta libre, la fachada libre, los ventanales corridos, se incorporan a las nuevas construcciones.

Posteriormente, el suizo Charles-Eduard Jeanneret, conocido como Le Corbusier, desarrollará estos conceptos, hasta concebir la vivienda como una máquina para vivir que, como cualquier producto industrial, puede ser construida en serie, aprovechando el espacio y con un sentido utilitario. Las viviendas en altura, o individuales, pueden adaptarse al modelo de Casa Mínima, que llegaría a desarrollar hasta alcanzar el concepto de Unidad de Habitación y el desarrollo de una escala de medidas que organiza las proporciones de la vivienda y del edificio en función de la persona, para lo cual utiliza una unidad de medida, el Modulor.

No se nos escapa que este modelo arquitectónico sigue inspirando las construcciones de viviendas en la actualidad. En España, fue el G.A.T.E.P.A.C. (Grupo de artistas y técnicos españoles para el progreso de la arquitectura contemporánea), quienes, especialmente durante la Segunda República, se encargan de difundir las ideas del racionalismo. 

Madrid presenta una rica variedad de edificios que intentan acogerse a estos nuevos planteamientos arquitectónicos. Desde sedes bancarias hasta la Ciudad Universitaria, desde organismos de investigación, como la sede actual del Consejo Superior de Investigaciones Científicas hasta gasolineras y desde grupos escolares al Hipódromo, los Talleres del Metro, la Compañía Telefónica, barrios de viviendas, hoteles o cines. Algunos de ellos podremos verlos a lo largo del recorrido, debido a que la apertura de la Gran Vía madrileña dio lugar a la construcción de numerosos edificios que se prolongan por la calle de Alcalá, y que son levantados precisamente en esta época.

115.- LA SEDE DE CC.OO. DE MADRID

Pero volvamos a la Casa Sindical, que, como dijimos, por primera vez tras la Guerra Civil, abandona la concepción imperial. Los arquitectos, Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo y Rafael Aburto Renovales, organizan una fachada principal con dos alas laterales unidas por un gran bloque central. La parte posterior del edificio que da a las calles Lope de Vega y Huertas, se adapta a la irregularidad del solar.

La construcción es de ladrillo cerámico que fue fabricado especialmente para este proyecto. Este ladrillo recubre una estructura de hormigón armado. Las ventanas son vanos hundidos hacia adentro que permiten la luminosidad de las dependencias interiores y que ponen de manifiesto, hacia el exterior, la estructura de la obra. El granito utilizado en la planta baja, adopta la forma de un gran pórtico que une y parece sustentar al conjunto de volúmenes que conforman el edificio. 

Nos encontramos, en resumen, ante una propuesta arquitectónica que pretende, desde posiciones herederas del Movimiento Moderno, que marca la arquitectura de la primera mitad del siglo, responder al reto del estilo clasicista del siglo XVIII, magníficamente representado por el Museo del Prado.

De alguna manera, se comienza a poner de manifiesto una constante que pervivirá hasta la muerte del dictador. El régimen renuncia a un modelo arquitectónico, como ha renunciado a un modelo económico basado en la autarquía. Los modelos culturales y sociales también irán cambiando de forma acelerada. El único objetivo del régimen es la pervivencia del mismo a cualquier precio, por encima de cualquier cambio. El mayor colaborador del dictador, el almirante que voló por los aires en 1973, le sugirió la estrategia, que no dejó de aplicar hasta el final: orden, unidad y aguantar.

Poco podía imaginar aquel trabajador o trabajadora que transitaba el 1º de Mayo de 1948 por el Paseo del Prado y mucho menos quienes encargaron la construcción del edificio, que al cabo de los años, alguna de las dependencias del mismo, sería ocupada por los herederos de quienes comenzaban a protagonizar, casi a ciegas y guiados por la necesidad, las incipientes protestas obreras en las empresas de transportes, en los tajos de la construcción, en las minas, o en las nuevas industrias que comenzaban a ser el motor de la economía española. La Casa Sindical alberga hoy, además del Ministerio de Sanidad y Consumo, la sede de CCOO de Madrid y, en lo que fuera el diario Pueblo, al Consejo Económico y Social de España.  

Poco podía pensar que las transformaciones que comenzaban a producirse en España traerían de la mano el renacimiento de un nuevo movimiento obrero que terminaría por hacer inevitable un nuevo marco político democrático.


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El Madrid del Primero de Mayo de Francisco Javier López. Capítulos publicados

Presentación: Madrid Patrimonio por entregas

La casa sindical, la arquitectura moderna y la sede de CCOO de Madrid