jueves. 25.04.2024
LIBROS | ENTREVISTA A AGUSTíN SáNCHEZ ANTEQUERA

El sastre de Apollinaire: libros para perdurar en el tiempo

El sastre de Apollinaire es una de las más jóvenes editoriales de nuestro panorama literario. Nueva Tribuna continúa la serie de diálogos con las editoriales independientes sobre la crisis, el mundo del libro y la pasión de editar. Hemos hablado con Agustín Sánchez Antequera, su director.

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Agustín Sánchez Antequera, director de El Sastre de Apollinaire

Uno de nuestros más jóvenes animadores del mundo editorial, especialmente del de la poesía, es Agustín Sánchez Antequera. Madrileño nacido en 1976, trabaja en el sector editorial desde 2003. Desde 2008 dirige Legados Ediciones, cuyo blog fue votado por los lectores de la Revista de Letras como Mejor Blog Editorial en Español en 2010. Y desde el año 2011 también dirige El sastre de Apollinaire. Con él hemos conversado, dando continuidad a la serie dedicada por Nueva Tribuna a los editores independientes ante la crisis, sobre el mundo editorial. Una mirada que enriquece las de los otros editores que han pasado por estas páginas (Bartleby, Errata Naturae, Nocturna, Rey Lear...).

Nueva Tribuna: ¿Cómo nace la editorial El sastre... y con qué objetivos?

Agustín Sánchez Antequera: Una noche estaba leyendo unos poemas de Guillaume Apollinaire y pensé que no sabía cómo era él físicamente, nunca vi fotos suyas. Así que entré en internet y busqué. La foto que apareció era la de un gordito sonriente con apariencia de estar feliz, vestido con chaqueta, pajarita y sombrero. Me dijo muchas cosas esa imagen. Y pensé quién sería el sastre que le hizo esa chaqueta. Y pensé en su trabajo como sastre de tantas personas de principios del siglo XX. Dejé llevar mi imaginación y de ahí surgió el lema de la editorial. Más adelante, Juan Carlos Mestre, en una reunión en su casa me convenció para que no dejara escapar dicho nombre. Él es padre conscripto de este proyecto.  ¿Los objetivos? De esa propia casualidad se explican los objetivos: azar, imaginación, vanguardia, dificultad, riesgo, búsqueda de un nuevo sistema capaz de representar este mundo que no nos representa... Poesía al norte del porvenir, como diría Paul Celan.

NT: ¿Con qué colecciones cuenta? Parece que ha optado en exclusiva por la poesía.

ASA: De momento así es, El Sastre no tiene prisa, trabaja despacio, prefiere hacer trajes que sienten bien y se puedan disfrutar. No hace trajes para consumir, de quita y pon. Los trajes del Sastre buscan perdurar en el tiempo, crear un estilo. Más adelante quizá abra una línea de ensayo, como propia derivación de la poesía. Pero ya se verá. 

NT: ¿Tenéis una "política de autor" o eso queda para las grandes editoriales?

ASA: La palabra "política" tan cerca de la palabra "autor" da mucho que pensar. No tenemos más línea que la que trazan los pájaros en su vuelo entre los edificios en un amanecer de verano en Madrid. Poesía de alto voltaje, espectros que atraviesan el pecho, laberintos donde lo importante no es la salida. Da igual quien lo haya escrito, su edad, su experiencia, su sexo, su nacionalidad. 

NT: ¿De qué títulos se siente la editorial especialmente "orgullosa"? ¿Ha contado con algún "éxito de ventas" o eso es una pura utopía?

ASA: No siento orgullo cuando publico. Quizá alegría. Pero no orgullo. Simplemente me siento satisfecho por llevar a cabo lo que mis padres me han inculcado: trabajar a conciencia y luchar por cambiar las cosas. "Éxito" y "ventas" son palabras que para mí no tienen ningún hilo con la palabra poesía. La poesía se resiste a lo superficial, a la banalidad de nuestro tiempo, a las normas del mercado. La poesía es un proyecto espiritual, como diría Antonio Gamoneda. La poesía es disidencia, lucha contra cualquier estúpido sistema impuesto. Y no puede utilizar el mismo lenguaje que el sistema al que intenta derrocar. Por eso "éxito" y "ventas" no pueden formar parte de su lenguaje. Esto mismo sostiene Gamoneda y yo lo comparto.

"No hay crisis de lectores. Quizá haya otras maneras de acceder al conocimiento, más allá de la lectura"

NT: El fondo es por ahora muy limitado aunque riguroso. ¿Se sustenta en una una cierta "línea editorial" o tiene mucho de azarosa?

ASA: Adivinar el gusto de un editor es como adivinar el estilo de un autor. Se consigue leyendo su catálogo. Creo que las línea editorial la establece cada equipo de trabajo, cada editor. Y no siempre es recta, ni mucho menos. En cada sello se pueden sacar muchos defectos de una "supuesta" línea editorial. No hay vidas ejemplares. ¿Quién puede creer que existan catálogos editoriales ejemplares? ¿Rigor? Término discutible. ¿Límites? Los del universo, antes de nacer El Sastre o después de morir, que no sabemos cuándo, pero morirá. 

NT: ¿Cómo ves el panorama editorial con la crisis como telón de fondo? ¿Cuesta mucho consolidar una editorial como El sastre de Apollinaire?

ASA: Hay mucho que decir, estudiar, aportar, para hablar de la crisis y el mundo editorial. Según las ventas de la última Feria del Libro de Madrid, parece que no hay mucha crisis. Se ha vendido mucho. Otra cosa es que se lea. ¡Y la materia que se vende! Pero la industria del libro debe estar contenta, pese a que eche de menos épocas mejores. A mí todo eso me toca de refilón. No pertenezco a una industria. Los Sastre somos artesanos. 

NT: ¿Estamos ante una crisis de lectores o ante una crisis de poder adquisitivo de los lectores?

ASA: No hay crisis de lectores, la gente lee. Otra cosa es que quizá haya otras maneras de acceder al conocimiento, más allá de la lectura. Eso quizá se nos está escapando a los lectores más puristas. La gente prefiere ver y escuchar, incluso interaccionar con una historia, porque hay más sentidos en juego y mayor facilidad para compartirlo. Leer se hace a solas y requiere un esfuerzo de concentración, una liturgia, que la música, el cine, los videojuegos o las perfomances no exigen. Leer es una liturgia. Y no corren tiempos de liturgia. Igual deberíamos pensar si estamos nadando a contracorriente, a contratiempo. Yo sé que nado a contracorriente. Y me gusta y lo seguiré haciendo. Cada uno elige su veneno. Pero a lo mejor, en el futuro, la lectura "pura" se contamina con más estímulos. Y eso también generará una nueva forma de pensar. En el fondo internet ya está cambiando nuestros cerebros en el modo de actuar. Ya no memorizamos. vivimos la cultura del snack. Se venderán poemas a 0,99 en iTunes como hoy se venden canciones. Eso sí, esto cambia según cada cultura. Es solo aplicable a nuestra sociedad hipertecnológica y económicamente rica. En culturas con menos acceso a tecnologías modernas, tipo ordenador, tableta o móvil, el papel seguirá reinando. En culturas donde ni siquiera hay libros, la tradición oral sigue su curso. Sobre el poder adquisitivo... yo creo que cada uno se gasta el dinero en lo que quiere. Y por lo que vemos, la gente gasta cantitades ingentes de dinero en libros (véase la reciente Feria del Libro de Madrid). Otra cosa es que los lean. Y en qué tipo de libros. Ese es un buen baremo para medir la salud mental de una sociedad: que lea 1984 o Nosotros de Zamiatin, o que lean las memorias de un obispo, un futbolista o una vedette. Una sociedad que compra libros de famosos de la televisión sólo por tener su firma, es una sociedad bien engañada. Y bien idiotizada. 

"Una sociedad que compra libros de famosos de la televisión sólo por tener su firma, es una sociedad bien engañada. Y bien idiotizada."

NT: ¿La librería sigue siendo un instrumento imprescindible en el circuito editor-lector o es inevitable rendirse al dominio de las grandes superficies?

ASA: La librería clásica ya no es imprescindible. Puede ser un espacio más o menos agradable. Pero no es imprescindible. Las grandes superficies son eso, espacios vacíos llenos de objetos. Pero espacios vacíos al fin y al cabo. Si hablamos de poesía, actualmente el espacio de encuentro con el lector está en muchos lugares, todos aquellos donde se puede uno imaginar que se celebre una lectura: una librería, un centro cultural, un pub, un restaurante, un centro okupa... También se puede deducir qué tipo de librero regenta su local según el tipo de poesía que acepta y promociona. Y qué tipo de poetas aparecen en estantes de las grandes superficies. 

NT: ¿Y las bibliotecas públicas? ¿Tenéis acceso a ellas?

ASA: Sí, yo tengo un carné que me saqué con 14 años (jajaja). Me pregunto muchas veces cómo se consigue que una biblioteca pública te compre un libro (más allá de las subvenciones públicas). Sigo estudiando el caso. Algunos tienen la fórmula, pero, por supuesto, no la van a compartir conmigo. 

NT: ¿En qué medida está afrontando la editorial el "horizonte digital"? ¿Tu editorial se ha lanzado a la edición de e-book?

ASA: Pues de momento no hemos optado por los e-books. Porque apenas llegamos a vender en papel, así q no nos metemos en más batallas de las que podemos afrontar. Me parece que la poesía no es carne de tableta ni e-reader. Salvo que sea poesía tipo "relato en columna", estilo Bukowski. No hacemos e-books, pero tampoco lo descarto. Dependerá de lo que pidan los lectores. Y hasta la fecha, hemos hecho alguna prueba y no ha salido bien con el e-book.

NT: ¿Consideras necesaria una política de ayudas y subvenciones de las Administraciones? ¿Cuál es vuestra experiencia?

ASA: Supongo que cierta política de ayuda y subvención es necesaria, pq si no, no leería nadie, no habría nadie que se preocupara de animar a la lectura. El modelo europeo de subvención del arte, siendo imperfecto, es mucho mejor que el modelo neoliberal americano. Es preferible que un comité de "expertos" seleccione libros para recibir ayudas a que esos libros los seleccionen Bill Gates o Emilio Botín por el mero hecho de ser sus patrocinadores. Porque sería peligroso que las ayudas fuesen a parar a los libros que les gustan o interesan promover solo a Gates o Botín. No quiero ni pensar qué tipo de libros tendrían ayudas con ese sistema privado. El sistema público de ayudas y promoción es mejor, imperfecto, pero mejor. Donde hay personas, hay sesgo, pero al menos puede ser importante para conservar un nivel cultural determinado en una sociedad casada con lo superficial. Mi experiencia: como editor de El Sastre no he recibido ninguna ayuda pública. Como editor de Legados tan solo una. Es difícil. Pero no imposible. Se compite contra grandes editoriales. Y grandes amistades internas. 

NT: Aunque quizá no afecte a una colección de poesía, ¿están determinando los grandes grupos editoriales la omnipresencia del best-seller, de los libros  pensados para grandes públicos, en librerías y grandes almacenes?

ASA: El best-seller siempre ha existido. Pero por suerte, gracias a la atomización cada vez mayor del sector editorial hay muchas editoriales medianas que hacen muy bien su trabajo y que de vez en cuando consiguen sus pequeños best-seller o pequeño fenómeno de ventas. Hemos pasado épocas peores respecto a este tema que mencionas en tu pregunta. Habrá que confiar en que esas pequeñas y medianas editoriales resistan (estoy hablando siempre de narrativa, mencionar este tema en poesía es ridículo). Aunque el futuro se torna grisáceo con las últimas compra-ventas de sellos editoriales y su intención de monopolizarlo todo (Penguin Random House Santillana Tusquets Planeta, y no pongas comas, porque algún día el gran grupo editorial mundial se llamará así).

NT: ¿Cómo pueden "defenderse" de esa política las pequeñas editoriales independietes?  ¿Puede ser una vía el asociacionismo, la negociación colectiva con librerías?

ASA: Sí, una de las maneras de resistir al monopolio y al intento de instalar el pensamiento único es la cooperativa, el asociacionismo.   Es una buena solución. Y la intervención del Estado en preservar y ayudar a pequeños editores. Los grandes no necesitan ayuda. Si algo nos ha enseñado el capitalismo a través de gente como Steve Jobs es que la gente compra lo que le pongas delante de los ojos. La gente compra incluso aquello que todavía no sabe que va a necesitar. Pero en ninguna librería verás poesía en un lugar destacado o delante de los ojos del público. Podría venderse, el capitalismo es capaz de hacerlo, pero si no lo hace, será por algo, ¿no crees? La poesía no se vende porque el capitalismo no quiere que se venda. La poesía es peligrosa para los poderes establecidos. Por eso aparece en las mesas, estanterías y salitas más escondidas. Algunos libreros dicen: es que la poesía no se vende. Yo les digo: la poesía no se vende si tú no la enseñas.

NT: ¿Con qué perspectivas y con qué objetivos estáis trabajando a corto y medio plazo?

ASA: La única posibilidad de continuar a día de hoy es vender los suficientes ejemplares como para no perder dinero con el último título que hemos sacado (Naïf, de José Kozer) y poder invertir en el próximo título. 

NT: ¿Puedes hacer un breve balance de vuestra presencia en la Feria? ¿Participais en otras ferias?

ASA: Debido a nuestras limitaciones económicas, no podemos participar en grandes ferias. Tan solo lo hemos hecho en la Feria de Soria, dedicada en exclusiva a la poesía desde hace más de 6 años, y la Feria de Fuenlabrada. Y hemos participado en algunos festivales alternativos. De momento, nada más.

NT: ¿Con qué novedades afrontáis la nueva temporada literaria tras el verano? 

ASA: No doy nunca noticias de lo que estoy trabajando hasta que tengo el libro impreso. Ni siquiera a mis amigos. Cuando lo tengo hecho, adelante, sí. Todo lo demás son cábalas. Y es mi costumbre no dar nombres ni tendencias. Pero por las redes sociales se enterarán nuestros lectores. Tan sólo tienen que seguirnos. 

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