miércoles. 24.04.2024

El Atlético de Madrid será flamante finalista de la Europa League tras eliminar en las semifinales al Valencia CF, después de vencer (0-1) en el encuentro de vuelta, en el que un golazo de Adrián acabó con las esperanzas 'ches' y devolvió a la afición colchonera a la final de una competición que ya ganaron en 2010 y que tendrán la opción de reeditar en la final de Bucarest.

Los nervios parecieron atenazar a ambos conjuntos en los primeros compases del encuentro, que sirvieron para tantearse unos a otros y asentarse sobre el césped de Mestalla. Sin embargo, con el paso de los minutos fueron los valencianistas, sabedores de lo que necesitaban, los que comenzaron a buscar con ansia la portería rojiblanca.

Los jugadores de Unai Emery tardaron 21 minutos en probar a Courtois, eso sí, fue la mejor ocasión del conjunto 'che' en toda la primera parte. En un córner sacado desde la banda izquierda, Feghouli engatilló desde la frontal, Jonas desvió el balón y el meta belga reaccionó con una gran parada. Sin embargo, el rechazo le cayó de nuevo a Jonas, que volvió a rematar con la ayuda de todo el valencianismo pero de nuevo Courtois dejó la jugada en simple ocasión.

A partir de ahí comenzaron los mejores momentos de unos valencianistas que, a ritmo de Canales, comenzaron a encerrar a los rojiblancos en su campo. De nuevo Feghouli y más adelante Soldado volvieron a probar suerte, pero no tuvieron el punto de mira afinado y Courtois no tuvo que recoger ningún balón de su red en toda la primera mitad.

Según avanzó el encuentro, esa intensidad e ímpetu del Valencia fue aprovechada por los de Simeone para también crear algo de peligro. En la recta final de la primera parte, Falcao estuvo a punto de culminar una gran contra, pero Alves estuvo muy atento para cortar el pase de la muerte. Pese a los intentos del conjunto local, el empate a cero inicial campeó en el marcador al final de los primeros 45 minutos.

FINAL ESPAÑOLA EN BUCAREST

Un gol de Fernando Llorente en el último suspiro clasificó al Athletic Club para la final de la Europa League, la primera de su historia, tras apear al Sporting de Portugal (3-1) en un partido intenso que premió al equipo que más expuso, con un molde producto de Marcelo Bielsa, que ya tiene un hueco en la historia rojiblanca.

El choque estaba destinado a la prórroga con el 2-1, resultado que se mantuvo en el marcador tras el tiempo de descanso. Sin embargo, el emblema de los leones, el riojano Fernando Llorente, metió la puntera en una fantasiosa jugada de Ibai Gómez para sellar el billete a Bucarest, donde se medirá al Atlético de Madrid.

Llorente no sólo marcó el definitivo, algo que el fútbol tiene guardado para unos pocos, sino que además provocó el delirio de San Mamés cuando construyó los dos primeros. En el gol que abrió la cuenta asistió con el pecho a Susaeta y en el segundo ingenió un movimiento de arquitecto para asistir a Ibai Gómez.

El chaval vizcaíno -que ha sido clave en el tramo final de la competición- definió con pulso de cirujano para igualar la eliminatoria. Y es que apenas dos minutos antes, el mejor de los lusos, van Wolfswinke, metió el tanto de la discordia tras un zarpazo ajustado al palo.

Desde ese momento el Athletic disponía de 45 minutos para hacer un gol sin que lo hiciesen los de Sá Pinto. Se alargó la agonía en la grada por los disparos de Muniaín, pero sobre todo por los postes de Javi Martínez e Insúa, que apunto estuvo de batir a Gorka Iraizoz. Pero la trayectoria de los de Bielsa no merecía un final cruel.

Todo lo contrario. La 'Catedral' acabó con las manos en la cabeza, suplicando al cielo ese tercer gol. El partido se consumió y el gol de la victoria llegó en el último momento, cuando el Sporting no tenía tiempo para reaccionar. El 'shock' fue demasiado grande y la afición estalló de rabia.

El poso del fútbol de Marcelo Bielsa -sobresaliente en su ejecución- ha sido la clave del éxito en un equipo que ha preferido jugar con la posesión, garantizarse la circulación del balón y apelar al corazón. Cuando se junta todo esto, el resultado suele ser positivo. San Mamés comió perdices. Se las merecía. Dos finales no es para menos.

Bucarest, Madrid, Bilbao y Europa este año, rojiblancas