jueves. 28.03.2024
bob

Aproximarse al ultimo disco de Bob Dylan, “Shadows in the night”, dedicado a éxitos interpretados por Frank Sinatra en su primera etapa, requiere recordar que Bob lleva 50 años haciendo lo que le da la gana y apetece, descolocando una y otra vez a sus seguidores cuando no cabreándolos

Si en el año 1963 a quienes caían extasiados ante el “Freewhelin” de Bob Dylan, les hubieran dicho que el nuevo genio de la canción protesta en un futuro iba a grabar “Autum Leaves” o “Some enchanted evening”, lo hubieran considerado una blasfemia o una majadería sin fundamento alguno. Pues ese día ha llegado.

Aproximarse al ultimo disco de Bob Dylan, “Shadows in the night”, dedicado a éxitos interpretados por Frank Sinatra en su primera etapa, requiere recordar que Bob lleva 50 años haciendo lo que le da la gana y apetece, descolocando una y otra vez a sus seguidores cuando no cabreándolos. Dylan es Dylan y pasó del folk y del blues más desnudos al folk rock, después al country, al pop, al rock, a la música navideña….

No nos puede extrañar nada que ahora recupere canciones que seguramente escuchó en su niñez y adolescencia, cuando Sinatra era uno de los mayores ídolos de la juventud norteamericana. En su libro, mas o menos autobiográfico, “Crónicas”, Dylan hace referencias a la música que oía en la radio de su hogar familiar y a lo largo de su amplísima discografía nos ha ido brindando sucesivas muestras de cuales son algunas de sus raíces y gustos, desde el “Blue Moon” que tanto escandalizó a sus seguidores en aquel provocador doble lp “Selfportrait”.

Y ahora Dylan, una vez más, tira por la calle de en medio y recrea al otro gran referente de la música popular del siglo XX. Y Bob que, dicho sea en términos gastronomicos, “deconstruye”  sus propias canciones en cada ocasión que las  interpreta, de forma que nunca suenan iguales, en esta grabación ni por asomo pretende hacer unas versiones canónicas de estos standars sinatrianos, lo que por otra parte sería un vano intento dado que Sinatra, el mejor cantante de la música popular, es inigualable.

Por tanto es un disco  muy especial, que en cierta forma recuerda al que realizó en el año 2009 con música navideña, aunque con un sonido más liviano, una mezcla de country antiguo y música popular de los años 40. Una música que seguro que le hubiera gustado utilizar a Woody Allen de banda sonora de alguna de sus películas clásicas como “Días de Radio”. Igualmente creo que a Tom Waits le hubiera gustado grabar un disco parecido.

Hay que oírlo una y otra vez e ir encontrando la riqueza de matices tanto en la aparentemente cascada voz de Dylan como en los tenues acompañamientos instrumentales, básicamente acústicos

Es un disco que no entusiasma a la primera escucha. Hay que oírlo una y otra vez e ir encontrando la riqueza de matices tanto en la aparentemente cascada voz de Dylan como en los tenues acompañamientos instrumentales, básicamente acústicos, con un protagonismo compartido entre la guitarra, el bajo, la steel guitar, un variado surtido de  instrumentos de viento y la presencia tenue de la batería. Es un disco para bailar agarrados, desde luego el único disco bailable de Dylan.

Son solo diez canciones, (35 minutos en total) la mayoria realmente buenas, como “I´m a fool to want you”, “The night we called it a day”, “That lucky old sun”, “What´ll i do” o “Some enchanted evening” que Jay & The Americans convirtieron en un gran éxito a mediados de los años 60 y por supuesto la versión de “Autum leaves”. 

Aunque el disco ha levantado sus controversias entre la critica musical y parte de sus seguidores, ha llegado al número 7 del total de  ventas en Estados Unidos y al número 1 de los discos de rock (¡¡¡). A mi me sigue fascinando, aunque a menudo me sorprenda y descoloque.

Y puede quedar una pregunta en el aire, ¿hará algún día Dylan un disco de versiones de The Beatles? Sería un crack, por el momento disfrutemos con este “Shadows in the night” y ya veremos que nos depara en el futuro el viejo y querido Bob.

Bob Dylan canta a Sinatra