Un beso para todo el mundo
Uniminuto se suma a la iniciativa para llevar un mensaje de amistad y paz a través de la música.
'A kiss for all the world' es la campaña puesta en marcha por el director de orquesta español Íñigo Pirfano para extender por el planeta una apuesta por la vida, el respeto y la convivencia a partir de la música de Beethoven.
Con la interpretación de la novena sinfonía del excelso músico alemán, obra incluida por la Unesco en 2001 en la lista del Memory of the World Program, Pirfano promueve llegar hasta “los más desfavorecidos del planeta: hombres, mujeres y niños que nunca han tenido acceso a la belleza y al contenido espiritual profundo de la gran música.”
La gira mundial inició en Madrid (España) el pasado mes de junio con un concierto en el hospital Doce de Octubre. Y su primera visita en el extranjero ha sido Bogotá.
La plaza de banderas del barrio Minuto de Dios ha sido uno de los testigos de este proyecto. Con el respaldo de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – Uniminuto, cuya sede principal se encuentra en ese barrio, y ante un público entregado que abarrotaba el lugar, el director de orquesta se ha presentado junto a los cuatro intérpretes solistas que le acompañan más setenta miembros de la Orquesta Sinfónica de Colombia y un coro organizado para la ocasión con noventa vocalistas locales.
La propuesta de hacer un viaje al interior de uno mismo para abrirse después al mundo es muy interesante y motivadora. Todo lo que promueva la búsqueda de un mundo más solidario, socialmente más justo y equitativo es digno de ser resaltado. Y esta iniciativa de Pirfano y compañía parece serlo. En palabras del director de orquesta
“'A Kiss for all the World' es una gran movilización a través de la música para recordar a los más desfavorecidos que no están solos. Los que hemos tenido la fortuna de embarcarnos en este sueño, no estamos pensando solamente en interpretar una música hermosísima ante los grandes olvidados de la tierra. Esto es mucho pero es poco; con este proyecto, pretendemos que el ser humano y la sociedad —enfermos, en muchos casos, de narcisismo— se abran con generosidad a los demás y recobren la confianza en sí mismos, con la seguridad de que cualquier esfuerzo por lograrlo habrá valido la pena.”
Definitivamente la música es el idioma universal, un camino para el encuentro de las diversidades sin diferencias. Un lugar abierto a todo el mundo sin exclusión, un espacio desde el que compartir las alegrías y las tristezas, las ilusiones y los sueños que promueven las notas de un lenguaje sin fronteras.
Música para la convivencia pacífica.