miércoles. 24.04.2024

Vivimos en un mundo donde no vale lo que nuestros ojos ven. Se necesitan intermediarios que nos explican que vemos y cómo debemos interpretarlo. Hablamos de fútbol.

¡BASTAYA!  El Atlético de Madrid, el Atleti, sufre la falta de reconocimiento de los gurús deportivos. Y alguien tiene que salir en su defensa.

Así, que allá voy, cual D'Artagnan en defensa de su dama. "No seas ingenuo", me asalta mi conciencia de hombre mayor. "Ya sabes que fútbol es fútbol y tras ese tópico se encuentra un negocio multimillonario del que tus colegas no se pueden abstraer porque en ello les va la pitanza. Piensa que la mayoría trabajan para empresas privadas de comunicación que además de informar buscan el puro beneficio" "No seas un feligrés más del fútbol. Piensa y mira la realidad. No tus deseos. En nuestro entorno europeo cada ciudad importante que tenga dos equipos, uno será el A y otro será el B. Y, si hay más, los otros son el C y el D"

Obvio, digo yo. Me imagino delante de un preboste de esos medios diciéndome: “mira, hijo mío, de cada diez feligreses, nueve son del equipo A y uno del B. Para quién crees que deben informar mis muchachos y en qué dirección deben poner la vela para que el barco navegue?” Lleva usted razón, diría uno políticamente correcto. ¿Y dónde quedan mis clases de periodismo objetivo y de Ética, diría yo. "¡Bah! No confundas la realidad con la teoría", me díría ese magnate.

Bueno, semejante rollo, viene a cuento del partido celebrado el pasado jueves entre el Eibar y el Atleti donde la mayoría de intermediarios futbolísticos, también llamados periodistas, cuestionaron el resultado y, sobre todo, el penalti en el último minuto a Luis Suárez.

Hay que felicitar al Eibar y a su entrenador. Un partido magnífico en su terreno, con sus escaso medios y una dignidad ejemplar que merecieron el empate. No fue así. Perdieron uno a dos con un penalti en el último minuto a favor del Atleti, a la sazón primer clasificado de la Liga.  Si se tratara de un equipo A, los manu carreño, los maldinis, los axel torres, dirían: resultado de equipo campeón, remontando en los últimos minutos y de penalti, como hacen los grandes.

Pues bien: todo lo contario. En los primeros minutos de juego se pitó un penalti en contra del Atleti por una jugada desgraciada de Carrasco que atacó un balón en el aire mirando al cielo y de espaldas al delantero perdió el equilibrio derribándolo. Penalti claro no tardaron en calificar los intermediarios periodísticos. Bien. Aceptemos que es un penalti tonto, pero penalti. Cosas del fútbol. Si hubiera sido un equipo A, hubieran dicho: es muy difícil hacer un penalti teniendo de espaldas al delantero y mirando al cielo.

Ahora nos vamos al minuto 89. Balón largo..Suárez gana la posición a los dos centrales. Llega al área y uno de ellos, en una acción desesperada, lanza la pierna derecha para cortar el balón. Da al aire y con la inercia su rodilla golpea el muslo derecho de Suárez haciéndole caer. En directo penalti de libro sin dudar. Ahora intervienen los intermediarios. "El defensa no toca el balón. Suárez se tira, el VAR debe intervenir, etc, etc, etc." En un partido donde el Eibar hizo 24 faltas con una sola tarjeta amarilla al cortar el último defensa un contragolpe del mismo Suárez cuando se iba solo a portería, y que normalmente acaba en roja. A los intermediarios les pareció bien. El Atleti cometió 9 faltas con una amarilla precisamente por cortar un contraataque.

¿Ustedes creen que cuando un delantero ha ganado la posición, se va solo a portería, a una velocidad de unos 30 kilómetros por hora, un golpe en su muslo no le hace caer?

Bueno. Detrás de todo esto se encuentra una Liga anómala donde el Equipo B marcha el primero, de momento, a una cierta distancia de los equipos A. Y ahí hay mucho dinero por medio. Quizás mis no queridos colegas sólo defiendas sus habichuelas y los ingenuos feligreses estemos pensando en conseguir a nuestra Constance.

El Atlético de Madrid y los intermediarios periodísticos