viernes. 19.04.2024

Ahora es frecuente encontrar en internet páginas dedicadas a denunciar el plagio, Plagiarism Led Zeppelin es una de las más alimentadas, y en ella, con mayor o menor acierto, los aficionados nos descubren los orígenes ocultos de alguno de sus hits más legendarios. Así, “Whola a lotta love” surge de un curioso híbrido entre “This is you need love” de Muddy Waters y una una interpretación del mismo tema de Steve Marriot, su éxito “Mobby Dick” recuerda demasiado al tema del 61 de Bobby Parker, ”Watch your steep”. Ciertamente, lo delicado del asunto radica en que las obras aparecían firmadas por Jimmy Page y Robert Plant, y los autores originales no figuraban citados por ninguna parte.

Existe un ejemplo más escandaloso en esos años de penetración del blues entre los nuevos grupos blancos de rock, se trata de la usurpación que Canned Heat realizó del tema de Henry Thomas de 1928 “Bull Dozen Blues”, rebautizándolo cuarenta años después como “Going up the country” y adjudicándose su autoría. Poco importa aquí indagar el origen de esa melodía de ocarina que sin duda debe ser anterior al propio Henry Thomas, lo destacado es la osadía de apropiársela incluso cuando ésta se ha convertido en un éxito. Al fin y al cabo Led Zeppelín trabajaban los arreglos y se percibía intento de ocultación del cadáver, con cambios de tonalidad, afinaciones alternativas, modificaciones de la melodía… En Canned Heat la traslación es literal en la melodía, solo cambian el tono y la letra.

Sirva este preámbulo para contrastar el lado generoso de los Rolling Stones (o al menos de su equipo directivo Jagger y Richards, que se hicieron con el timón del grupo con el inestimable apoyo de su manager, Andrew L. Oldham casi desde sus comienzos), dicha generosidad la manifestaron al poner en valor a un gran número de bluesman negros desaparecidos del mercado discográfico, alentando en muchos de ellos su retorno a los escenarios y regalándoles una jubilación inesperada y gratificante en lo pecuniario, Willie Dixon, Robert Wilkins, Robert Johnson, Jay Mc Shann, Rufus Thomas, Muddy Waters, Slim.

Harpo, Fred Mc Dowell, Bob Diddley… todos ellos aparecieron en los créditos de sus discos abanderando la autoría de sus temas y se beneficiaron de las ventas millonarias que casi desde sus comienzos acompañaron a Los Stones.

A partir de ellos conocimos los originales, nos los hicieron visibles, en este caso audibles, y así escuchamos “Little red rooster”, “Confessin´ the blues”, “What a shame?”, “Walking the dog”, “I`m a king bee”, “You gotta move”, “Love in vain” …

Excelsa generosidad la que desplegaron al poner en valor a un gran número de bluesman clásicos que habían desaparecido del horizonte de los jóvenes y de los mercados discográficos. Pero sin embargo, esa actitud positiva no se trasladó a la vida interna del grupo, manifestando, desde mi punto de vista, una mezquindad sin límites con la versatilidad instrumental y creatividad musical de su compañero y fundador de la banda, Brian Jones, que está siempre ausente de los créditos del grupo.

La decisión de Andrew L. Oldham, manager del quinteto, de seguir los pasos de los Beatles le lleva a adoptar la formula de la parejita de compositores que aporta al repertorio del grupo todas las canciones originales. Esta iniciativa va a determinar, entre otras cosas, la dualidad en el trabajo, porque en el colectivo habrá dos componentes cuyos ingresos van a ser mayores. Una decisión como ésta será un germen de conflictos más o menos soterrados, en otros, como en los Beatles, se resuelve con un Harrison que iría ganando peso a lo largo de sus diez discos, con la guinda final de “Something” y “ Here comes the sun”, probablemente lo mas escuchado de “Abbey road”, y en los Stones, la válvula de escape para la creatividad de los demás era la firma colectiva Nanker& Phelge, bajo ese paraguas están recogidas diversas canciones, “Off the hook”, “The under assistant west coast promotion man”, “Little by Little”, “2120 south Michigan avenue”, “Play with fire”, “Coocksocker blues”… y Bill Wyman reclama también para el colectivo el megahit Paint it black.

El mánager de los Rolling, en cualquier caso, encargó a Jagger y Richard que se encerraran a componer y dejó fuera a Brian, a Bill y a Charlie y de ese encierro es probable que el dúo llegara a los ensayos con unos acordes, una estructura armónica en apunte, una melodía más o menos dibujada y una letra en formación, pero, ¿acaso es eso la canción que luego oímos?

Cuando esos esbozos se llevan a un ensayo en el que uno de sus miembros es Brian Jones, ¿cómo no reconocer que sus aportaciones contribuyen a la fábrica de la canción? Pues hablemos claro, sin la flauta de pico que él toca “Ruby Tuesday” no seria la misma, la marimba de “Under my thumb” nos dice que es su intérprete, Brian, quien elabora el riff básico en la canción, en “Back Street Girl” el acordeón da la melancolía precisa al tema ternario, el trabajo con el dulcimer en “Lady Jane” aporta claves fundamentales de la pieza.

¿Crea Brian el riff de guitarra en “The Last Time”? Pues si es así es uno de sus autores, se le reconozca o no, el harpsichord en “Sittin on a fence”… y podríamos seguir, pero para cerrar este pequeño escaparate de ejemplos quiero hacerlo con el número que me parece más conseguido de los Stones, el incluido en el LP más vilipendiado por la crítica más ramplona, “2000 years light from home”, en mi opinión, nos encontramos ante la mejor utilización del mellotrón en toda la música moderna, Brian lo maneja sacándole sus propios recursos, porque ha descubierto que nunca puede ser un sustituto de la cuerda; el piano, que también él interpreta y los efectos de eco en su introducción, nos trasladan físicamente a un espacio interestelar frio y distante, creo además que sin este ambiente no habría existido, o al menos de la misma manera, la atmósfera del comienzo del film “2001 Odisea del Espacio”, sentando las bases de la banda sonora de los agujeros negros.

Alrededor de Love & Lonesome