viernes. 29.03.2024

Alcañiz es la segunda ciudad de la provincia de Teruel y nos abre las puertas a una de las zonas de España más bonitas y al mismo tiempo más desconocidas como es la zona del río Matarraña que es conocida como la Toscana española.

Voy a realizar dos capítulos, siendo el primero la ciudad de Alcañiz y posteriormente haré los pueblos del río Matarraña.

  1. La iglesia de Santa María la Mayor
  2. El templo barroco
  3. La Plaza de España
  4. La casa consistorial
  5. La lonja de Alcañíz
  6. El castillo de los Calatravos
  7. Zona Norte
  8. Zona Sur

¿Me acompaña a descubrir esta zona de nuestro país? 


La iglesia de Santa María la Mayor

Del conjunto sobresale la gran torre gótica, principal testimonio del antiguo templo medieval, y la edificación barroca dotada de una fachada de dimensiones catedralicias.

Fue construida en su mayor parte en el siglo XIII y se conserva su gran torre-campanario y otros restos fragmentarios que permiten, junto a los testimonios documentales, hacer una reconstrucción ideal del mismo.

Tuvo esta iglesia tres naves, la central de mayor altura y anchura que las laterales, cabecera poligonal y girola con capillas radiales. Fue beneficiada con el título de colegial, por bula de Benedicto XIII, el Papa Luna, en mayo del año 1407.

El castillo de Alcañiz destaca por conservar una buena colección de pinturas murales góticas datadas a lo largo del siglo XIV

La grandiosidad de la torre, una de las más notables de la antigua Corona de Aragón, se asocia con el deseo de la ciudad, entonces villa, de erigir un símbolo del poder municipal frente al señorial representado por el gran castillo calatravo.

Tuvo una marcada plurifuncionalidad:

- Cívico-religiosa, por su carácter de torre-campanario.

- Defensiva, al concebirse como habitación-refugio.

De extraordinaria belleza son sus estilizados ventanales, sus gárgolas y la vista de la ciudad que puede contemplarse desde la terraza que la corona.

La capilla de la Soledad se construyó para acoger las imágenes de la Virgen de la Soledad y el Santo Cristo que, según la tradición, trajo un peregrino a Alcañiz, en el siglo XVI. 

Bendecida en el año 1732, se conservó cuando se decidió demoler el templo gótico tres años más tarde. Se proyectó como una capilla adosada a la cabecera del templo gótico, como obra unitaria e independiente.

Se redecoró a finales del siglo XVIII, con un gran baldaquino y con un trabajo basado en la utilización de estuco que ocultó las pinturas originales. Su programa iconográfico tiene como tema básico la pasión, el dolor y la soledad ante la muerte de Cristo.

El templo barroco

La demolición del templo gótico y la construcción de la gran obra barroca del siglo XVIII, que fue iniciada en el año 1736 y concluida varias décadas después- estuvo condicionada por el estado de deterioro del edificio medieval.

El deseo de tener un templo de mayor capacidad, con la reorientación del edificio hacia el centro cívico de la ciudad y, sobre todo, el deseo de contar con un templo acorde con el gusto o la moda del momento, cuyo principal paradigma era la basílica del Pilar de Zaragoza.

El arquitecto que la diseñó fue Domingo de Yarza, uno de los responsables de la obra zaragozana, y que se aceptase el modelo caracterizado por dos elementos:

- La concepción de espacio único asociada a la idea de iglesia salón o hallenkirche generada por la igualdad en la altura de las naves.

- La utilización de doble pilar, también denominado soporte pilarista.

La portada principal rehundida en forma absidial o de exedra, enmarcada por un gran arco de medio punto que la conecta con el ámbito artístico del norte peninsular. Conexión que se justifica por el gran protagonismo que en la ejecución de esta obra tuvo el maestro cantero y escultor guipuzcoano Juan Bengoechea Ameztoy.

Presenta una clara composición piramidal, con ritmo ascendente, enfatizado por los elementos curvos del cuerpo central. Está concebida como portada-retablo, estructurada en tres pisos o cuerpos.

- En el primer cuerpo se disponen las imágenes de San Pedro y San Pablo. 

- En el segundo, cuatro arcángeles flanquean al gran grupo escultórico de Santa María.

- En el superior se localizan las figuras de Santo Tomás de Aquino, a la izquierda, y San Vicente Ferrer, a la derecha.

Sobre la puerta se esculpió el escudo del cabildo de la colegial, con las cañas alusivas a Alcañiz y con las armas del Papa Luna. Esta obra debió concluirse en el año 1779.

El retablo mayor es obra del escultor alcañizano Tomás Llovet, director durante varias décadas de la Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y figura fundamental de la escultura aragonesa de la primera mitad del siglo XIX.

Este retablo fue realizado entre los años 1798 y 1801 y no conserva ninguna de sus esculturas de bulto y sus relieves fueron reconstruidos tras la guerra civil. Su gran espacio central está ocupado en su totalidad por el bajorrelieve alusivo a la Asunción de la Virgen. Y en su cuerpo superior, separado por un gran entablamento y enfatizado por un frontón triangular vemos un tondo con la imagen de la Trinidad.

Este templo conserva valiosas obras pictóricas. Entre ellas destaca un interesante conjunto de pintura gótica atribuido al taller de Domingo Ramque, que era uno de los pintores más importantes de Aragón de finales del siglo XV y distribuido entre una predela con varias escenas y una hermosa imagen de Santa María Magdalena.

También tiene un notable interés un segundo grupo de tablas, en este caso renacentistas, datadas en las dos primeras décadas del siglo XVI y atribuidas al Maestro de Alcañiz, pintor identificado con el leridano Blai Guiu.

Forman este conjunto seis tablas, en las que se representan a los santos Cosme y Damián, santa Catalina de Siena y santa Apolonia, san Jerónimo, una Epifanía, san Blas y san Pedro. Todas ellas pueden contemplarse en la sacristía del templo.

La Plaza de España

El poder de la propia ciudad frente a la Orden de Calatrava está simbolizado por su hermosa Casa Consistorial (1565-1570), construida en su plaza principal, formando ángulo con la Lonja gótica. Ambas construcciones fueron declaradas monumento histórico.

Este edificio clasicista, evoca al gran círculo de humanistas alcañizanos de su particular Siglo de Oro. El siglo XVI deja su huella en el propio castillo con el sepulcro de alabastro del comendador don Juan de Lanuza, realizado por Damián Forment en el año 1537 y en las tablas conservadas en su templo parroquial atribuidas al “Maestro de Alcañiz”.

Son también magníficos ejemplos del mundo artístico alcañizano del siglo XVI la iglesia de Santo Domingo en la que se funden la tradición gótica con el nuevo lenguaje renacentista y un buen número de edificios palaciegos.

La casa consistorial

Es un edificio renacentista construido en el siglo XVI, siguiendo un modelo de construcción extendido por el territorio aragonés que utiliza las estructuras constructivas de las casas señoriales para realizar edificios para uso público.

El edificio de la casa consistorial, al igual que ocurre con la anexa lonja, fue declarado Monumento histórico-artístico el tres de junio del año 1931.

Se comienza su construcción a mediados del siglo XVI, hasta que finalmente consiguió acabar una construcción para tales fines el año 1570. De todos modos la datación se hace de modo aproximado, ya que no existen documentos como el contrato o la capitulación de la obra, que avalen los años indicados.

Se crea un nuevo espacio urbano, la Plaza Mayor, en sustitución del eje tradicional de la villa durante la Edad Media, la Calle Mayor. Este nuevo concepto urbano surge de las nuevas concepciones de la arquitectura renacentista, que ya se había ensayado en los estados italianos, algunos de los cuales formaban parte de la Corona de Aragón.

El edificio está construido formando ángulo de noventa grados con la lonja, y padeció sucesivas reformas y ampliaciones sobre todo en su interior con el paso de los años.

Puede considerarse el último tercio del siglo XVIII el final definitivo de este proceso de reformas, que concluye con la colocación, con una inscripción con el año 1742, en el vano central de la fachada principal del edificio a nivel de la planta noble, del escudo de la villa, pese a las inscripciones que se conservan en el gran patio interior en el que se rememoran por un lado la construcción en el año 1570 como la ampliación barroca del año 1797.

Se trata de un edificio de tres pisos con dos fachadas de diferente factura. La fachada principal es de fábrica de sillar, mientras que la lateral utiliza como material constructivo el ladrillo sobre basamento de piedra.

La fachada principal presenta tres alturas separadas por potentes cornisas, mientras que la fachada lateral, que también tiene tres alturas, éstas se separan mediante impostas de piedra con molduras poco resaltadas en la primera altura, mientras que se utiliza ladrillo en las dos últimas.

La planta baja, en la fachada principal se abre en su eje central en arco de medio punto con decoraciones diversas, y flanqueado por pilastras también trabajadas. A ambos lados, se abren dos ventanas adinteladas con molduras.

El friso de separación decorado y terminado con una cornisa en voladizo. Por su parte, la planta baja de la fachada lateral presenta un paramento liso con una única abertura, la de la puerta lateral en forma de arco de medio punto, que presenta a su vez sendas ventanas a ambos lados de la misma.

La segunda planta presenta dos ventanas adinteladas sobre zapatas que a su vez apean en pilastras rehundidas. Los vanos presentan columnas de fuste cilíndrico y estriado con capiteles jónicos a modo de marco y éstas soportan el friso y el frontón triangular con el que se remata la decoración de los mismos. Entre ambos vanos queda espacio para un posible vano central que estaría cegado y en lugar del cual se colocó en el año 1771 el escudo de la ciudad de Alcañiz.

Por su parte, la planta segunda de la fachada lateral, de fábrica de ladrillo presenta un total de cinco balcones con dintel y como decoración presenta una franja de esquinillas que recorren horizontalmente la fachada.

Por último, la planta superior presenta una galería de arcos de medio punto en un total de cinco arcos, con dovelaje acanalado y apoyados en columnas de fuste liso. Para rematar la fachada hay un alero de madera muy volado.

Lo más destacado de su interior es la irregularidad del espacio, tanto por las sucesivas reformas como por las ampliaciones padecidas, sobre todo durante el siglo XVIII. Queda interiormente una planta rectangular en torno a tres crujías paralelas.

Existe un patio a nivel de la planta baja, con siete columnas, que ocupa las crujías delantera y central. Desde este patio, y a través de unas escaleras, se puede acceder a la planta noble, la cual queda determinada por la disposición del Salón de Sesiones, con una cubierta realizada en madera arquitrabada en la crujía delantera.

Junto a esta estancia hay un cuarto para los oficiales del concejo, en la crujía central, en la crujía posterior se puede observar la ubicación del archivo y la escribanía. Por su parte la planta superior se distribuye de manera idéntica a la planta noble ocupando la crujía principal el Salón de Recepciones.

La lonja de Alcañíz

Es un edificio del gótico tardío aragonés del siglo XV. Junto a la Casa consistorial, edificio renacentista, forma un conjunto monumental situado en el centro histórico de la localidad, junto a la Colegiata de Santa María.

La lonja data del siglo XV y consta de un piso bajo abierto por medio de tres grandes arcos apuntados en el pórtico decorados con arquillos menores en el intradós, en su parte interna. Dos de los arcos son angrelados (festoneados), y el piso está cubierto con bóvedas de crucería.

El piso superior, a modo de galería aragonesa de amplios arcos de medio punto con columna, se añadió en el siglo XVI a raíz de la construcción de la casa consistorial. Finalmente, presenta como remate un alero muy volado con lunetos y óculos del siglo XVIII.

Su interior ha sufrido muchas remodelaciones y en la actualidad acoge las dependencias administrativas de la empresa Fomento de Alcañiz SLU de capital 100% municipal y los despachos de los partidos políticos del consistorio alcañizano, así como otras dependencias del Ayuntamiento de la capital bajo aragonesa.

El castillo de los Calatravos

Es un castillo situado en Alcañiz, que perteneció a la Orden de Calatrava. Esta orden militar tuvo un importante papel en la reconquista de la villa en el año1157.

Las dependencias más antiguas datan de los siglos XII y XIII, sobresaliendo la capilla, el claustro y la torre del homenaje con importantes pinturas murales de estilo gótico lineal, de principios del siglo XIV, con temas juglarescos y caballerescos. La fachada es del siglo XVIII.

Durante los siglos XIV y XV se le agregaron elementos de ornamentación mudéjar tanto en el propio castillo como en las murallas que lo rodeaban.

Situado en lo alto de una loma, el castillo de los Calatravos se constituyó como punto estratégico desde sus inicios, posiblemente en época romana y posteriormente durante la ocupación musulmana.

A lo largo de la historia ha sido utilizado para diversos menesteres, desde castillo, palacio, cárcel, cuartel, hasta cementerio y residencia, siendo utilizado actualmente como ubicación del Parador de turismo. 

Es por ello por lo que no debe extrañar que el edificio original sufriera gran número de intervenciones y reformas a lo largo del tiempo, dando lugar a una construcción ecléctica de estilo y planta.

La zona más antigua del castillo es la zona nordeste, en ella se ubica la torre del homenaje y la capilla, fechada a finales del siglo XII e inicios del siglo XIII.

El castillo vive una historia totalmente unida al devenir del núcleo poblacional de Alcañiz. Tras pasar a mediados del siglo XII Alcañiz a territorio aragonés, la ciudad pasa a ser propiedad de los señores Sancho Aznárez, don Palacín Beltrán de Santa Cruz y don Artal de Aragón.

Es esta época en la que la villa recibe Fuero Real en el año 1157 de Ramón Berenguer IV y llevó a cabo una ampliación territorial. Finalmente, en el año 1179, Alfonso II de Aragón concede el castillo, así como un gran grupo de aldeas y lugares vinculados a la villa, a la Orden militar de Calatrava. La Sede de la Encomienda se ubica en el castillo.

La progresiva independencia del Concejo de Alcañiz, con el apoyo de los monarcas aragoneses, y su importante judería, chocan constantemente con los señores calatravos del castillo. Se produce en la villa de Alcañiz una de las muchas sublevaciones contra el poder señorial en el año 1283, que ejercía la Orden de Calatrava, aunque finalmente consiguió vencer.

La Encomienda Mayor de Calatrava no respetaba las libertades que Ramón Berenguer IV había concedido a la villa al otorgarle la Carta de población en el año 1157. Se inicia la construcción del claustro en el siglo XIV, así como de una serie de dependencias ordenadas en torno a éste, y también se realiza la decoración mural de la Torre del Homenaje.

Al morir el monarca Martín I de Aragón sin descendencia, la villa de Alcañiz se convirtió en residencia del parlamento aragonés, que se alojó en el Castillo de los Calatravos entre septiembre del año 1411 y julio de 1412, y de aquí salieron los nueve jueces o compromisarios que debían elegir un nuevo rey para Aragón en lo que vino a llamarse la “Concordia” de Alcañiz.

Más tarde, durante el siglo XVIII se procede a realizar una gran reforma que transformará el antiguo castillo medieval en un típico palacio aragonés, conocido como Palacio de los Comendadores del tardo-renacimiento, caracterizado por presentar una fachada de grandes dimensiones del año 1738 y, rematada por dos grandes torres cuadradas, a la que se accede por un camino de ronda y una rampa realizadas en el siglo XIX y fruto de una de las últimas reformas que el complejo sufrió.

Destacan por su gran interés las bellas pinturas murales de estilo gótico-lineal de principios del siglo XIV, que están consideradas como uno de los conjuntos más importantes de Aragón y, en el interior de la capilla, el sepulcro labrado en alabastro de Juan de Lanuza, obra contratada por el famoso Damián Forment en el año 1537.

Durante la guerra de la Independencia, el castillo fue tomado por los franceses, pero las tropas españolas lo recuperaron en el año 1813. Durante las guerras carlistas, el castillo de Alcañiz fue convertido en cuartel por el general Ramón Cabrera.

Desde el año 1992 al 1997, el Gobierno de Aragón promovió diversos trabajos de acondicionamiento y restauración en el inmueble que se destacaron por la instalación de un salón de actos y la restauración del sepulcro de Don Juan de Lanuza, así como de la torre del homenaje.

Nuevamente, entre los años 2000 y 2001, se restauró la decoración mural interior del castillo mediante un convenio de colaboración entre el Ministerio de Educación y Cultura, el Gobierno de Aragón y Caja de Ahorros de la Inmaculada consiguiendo con ello la puesta en valor de este gran conjunto pictórico. 

Es uno de los castillos más complejos de Aragón, fundamentalmente debido a la organización mixta de ser al tiempo castillo y palacio. Por un lado destacan sus grandes dimensiones y la mezcla de estilos que se encuentran en él.

La fortaleza presenta planta trapezoidal que abarca el complejo conjunto de edificaciones, que podemos ver divididas en dos grandes zonas:

Zona Norte

Aquí se localizan las construcciones medievales:

  • La TORRE DEL HOMENAJE está construida en estilo gótico con una planta cuadrada, cuatro alturas y salas decoradas con gran variedad de motivos. Una de ellas con pinturas datadas entre finales del siglo XIII e inicios del XIV y que son alegóricas a la conquista de Valencia que representan una marcha de varios caballeros de la Orden de Calatrava junto a varios otros caballeros que portan estandartes de linajes importantes en aquel periodo como son los Lara, los Urrea y Cabrera.

Otra de las pinturas, aunque en mucho peor estado, representa la escena medieval del Homo Sylvestris,que no es más que un símbolo medieval que representaba la ligación pagana a lo sexual y que a su vez se contrapone con el caballero que marcha a derrotarlo, es por ello que en esta representación se vea al salvaje agarrando a una dama a quien un caballero se dispone a lomos de su caballo a rescatar.

Otra de las composiciones iconográficas es la de la “Rueda de la Fortuna”, que se encuentra en la pared sur de la torre y que se encuentra flanqueada por un canido y un gallo, ambos mirando hacia el exterior.

  • El claustro ojival que se encuentra adosado al muro sur de la capilla con dos arcos apuntados por crujía y que presenta restos de pinturas murales de carácter funerario datadas entre los siglos XIV y XV. Tiene un solo piso con techo de vigas y al cual se accede por una pequeña puerta románica.
  • La iglesia, todo construido siguiendo las pautas del estilo gótico, pese a que se puede ver una portada románica. También destaca en estas construcciones la conocida como Torre de Lanuza y la capilla del castillo, datada en el siglo XIII, de estilo románico y que constituyó la primera parroquia de Alcañiz.

Dedicada a María Magdalena, presenta una sola nave con cubierta en bóveda de cañón apuntada, con una portada románica que presenta una escena del Juicio Final, aunque con distintos grados de conservación en las distintas partes, pero es importante mencionar la decoración en taqueado jaqués que constituye una excepción en la comarca del Bajo Aragón que se podría datar a finales del siglo XIII. En su interior se conserva el sepulcro de don Juan de Lanuza.

Zona Sur

Esta área es ya de estilo barroco, donde se localizan el resto de las edificaciones que pertenecen en su mayoría al siglo XVIII, y en las que destaca el conocido como Palacio de los Comendadores, ocupado en la actualidad por el Parador Nacional, y en la que hay que destacar su fachada principal.

El castillo de Alcañiz destaca por conservar una buena colección de pinturas murales góticas datadas a lo largo del siglo XIV. Estas pinturas murales son un importante conjunto de decoración de carácter narrativo histórico-caballeresco, con composiciones alegóricas de carácter religioso y profano.

Las más antiguas, datan del año 1200 y son las que se encuentran en el atrio de la iglesia románica del castillo, o capilla, con escenas religiosas del Nuevo Testamento y una escena de combate entre soldados calatravos y defensores del islam, destacando la figura del monarca.

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