viernes. 29.03.2024

Es un trastorno psicológico consistente en un deseo irrefrenable y persistente por comprar sin una necesidad real. Es una adicción sin sustancia o comportamental. El adicto a las compras sufre un impulso incontrolable por adquirir objetos inútiles o superfluos. La gratificación deriva, más que de la utilidad de los productos, del propio proceso de la compra. Generalmente este consumo desmedido, excede de las posibilidades económicas de la persona.

Este tipo de adicciones comparten con las adicciones a sustancias, el craving o deseo intenso de consumir, malestar cuando no se puede comprar y placer momentáneo asociado a la compra.

¿Que hay detrás de la compra compulsiva?. Existe un sentimiento de soledad o vacío existencial. Suele haber un modelo educativo carente de límites, generalmente se ha crecido en una familia en que se satisfacían de forma inmediata los caprichos. Una baja autoestima que se trata de compensar con la adquisición de múltiples cosas, tener es sinónimo de poder, en nuestra sociedad actual prima la apariencia. La sensación de placer que se experimenta en la compra incentiva la compra siguiente.

El ciclo habitual de esta conducta adictiva es: ánimo disfórico, excitación ante la expectativa de comprar, adquisición placentera de objetos superfluos, arrepentimiento y autoreproches por el dinero mal gastado y por la pérdida de control, repetición del ciclo para superar el malestar.

La omnimanía tiene una incidencia en la población general de un 1% a un 5%, siendo más prevalente en mujeres, el comienzo del trastorno está en un rango de edad de18 a 30 años. La compradora compulsiva típica corresponde a una mujer en la tercera década de la vida, que ya había desarrollado una compra compulsiva sobre los 17 años con consecuencias psicosociales adversas. Las compras generalmente eran de ropa, maquillaje, zapatos y joyas, según su nivel adquisitivo.

La sintomatología de este trastorno cursa con sentimiento de culpa, ansiedad, depresión, frustración constante y disonancia cognitiva, cuanto más compramos, más justificamos este hábito.

Este trastorno suele estar asociado a otros desequilibrios emocionales como trastornos de personalidad, trastornos afectivos y de ansiedad, trastornos de la alimentación y otros trastornos del control de los impulsos.

Como consejos para la prevención de las compras compulsivas: evitar las compras de última hora, ir a comprar en trasporte público ya que acumularemos menos mercancía que trasportar, anotar en una lista lo que se va a necesitar, evitar compra en momentos de euforia o de desánimo y elaborar un presupuesto semanal para la compra.

En cuanto al tratamiento del trastorno una vez establecido: El más eficaz es la terapia cognitivo-conductual, empezando por la necesidad de expresar la necesidad de un cambio de conducta. Se debe aprender a gestionar la ansiedad, tanto a la hora de reconocer la emoción de la compra como en en lo relativo a modular su influencia sobre el cuerpo, evitando que se exprese mediante un comportamiento de compra compulsiva. También la terapia de grupo donde se comparte la propia experiencia con otras personas que padecen el mismo trastorno resulta muy útil.

Por último compartir estas reflexiones, de George Horace Lorimer  :”Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar”, y de Karl Kraus: “Aparentar tiene más letras que ser”.

Adicción a las compras: Omnimanía