miércoles. 24.04.2024
ENTREVISTA A JAVIER RUESCAS

“Todo lo hago con el espíritu de seguir escribiendo, de seguir contando las historias que yo quiero”

SUSANA IVÁN
Tiene 21 años, una novela en las librerías y otras dos más en el horno. Además es creador de la primera página web sobre la saga “Crepúsculo” en español y de la revista literaria on-line “El Templo de las Mil Puertas”. Es inquieto, entusiasta, dinámico y una de las grandes promesas de la literatura juvenil española. “Cuentos de Bereth” (editorial Versátil) es la mejor prueba de ello.

NUEVATRIBUNA.ES - 7.9.2009

PREGUNTA: ¿Cómo empiezas en el mundo de la escritura y que te lleva a meterte en él?

JAVIER RUESCAS: Empecé a los 11 años, un día en casa de mis abuelos, que estaba aburrido, cogí un cuaderno y me puse a escribir. Escribí una historia muy del estilo de “Manolito Gafotas”, que entonces yo era muy fan suyo. Y fue muy gracioso, porque una de las cosas imaginativas de esa historia es que puse que los padres del personaje, yo, estaban divorciados, y claro, eso a los míos les volvió locos. Así que me preguntaron qué era eso y yo les respondí que era imaginación, imaginación pura y dura. Luego, ya a los 15, empecé a escribir no para mí, sino para que otros me leyesen. Creé una historia, una trilogía que nunca vio la luz, de la que escribí la primera parte, unas 300 o 400 páginas. Lo envié a todas las editoriales, yo pensaba que a los 15 años todos me iban a coger, pero obviamente no, y no me extraña, porque ahora lo leo y me da mucha vergüenza. Pero me quedé con la cantinela y a los 17 empecé ya con “Cuentos de Bereth”, lo planteé mejor, desarrollé la historia, lo escribí y lo volví a mandar a todas las editoriales hasta que Versátil me dijo que sí. Como era novel me daba miedo que nadie se quisiera arriesgar a publicar una trilogía, así que lo que les planteé es que la primera parte tenía un arco argumental bastante cerrado, me pidieron un resumen de unas 20 páginas de las siguientes partes, les gustó y por eso firmamos por la trilogía completa.

P.: Eres también responsable de varias páginas web, una sobre “Crepúsculo” y una revista on-line, “El Templo de las Mil Puertas”.

J.R.:Al terminar el Bachillerato me matriculé en Ingeniería de Montes, donde duré 4 meses, ya que no conseguí aprobar ningún examen. Entonces me puse a trabajar en una gasolinera hasta septiembre del año siguiente, cuando ya me matriculé en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Pero en ese tiempo, además de escribir “Cuentos de Bereth”, aprendí a hacer páginas web con una amiga que me enseñaba. Primero una de Peter Pan, en la que no entraba nadie y de la que me aburrí, y luego la de “Crepúsculo”, que nunca pensé que sería lo que es hoy en día. Las otras fueron saliendo, y con “El Templo de las Mil Puertas” fue una amiga la que nos propuso juntarnos y montar una revista on-line de literatura juvenil para chavales que quieran leer ese tipo de literatura, porque normalmente lo que hacen ese tipo de revistas es dirigirse a adultos, y es una pena. Nosotros queríamos llegar a ese público joven que está ávido de información, de reseñas, de entrevistas...

P.: Así que no sólo escribes, sino que eres tú el que se dedica a mover los manuscritos por las editoriales, y a comerte los rechazos...

J.R.: Por supuesto. Hay gente que cree que esto es muy rápido, de hecho hay algunos que me critican diciendo que he publicado porque tengo una página web, y te aseguro que una editorial no te publica por eso, por muy famosa que sea. Y nosotros estamos muy metidos en el mundo de Internet, pero somos una proporción muy pequeña. Sí, los chavales cada vez más, desde los 7 años, pero no es extrapolable. Pero sí, fui yo el que a los 15 años escribió el libro y el que lo movió por todas las editoriales. E igual a los 19 años, cuando ya comencé a mover “Cuentos de Bereth”. La mayoría no contestaron, otros dijeron que no entraba en su plan editorial. Versátil se puso en contacto conmigo a través de “El Templo de las Mil Puertas”, hablé con la editora y le mandé el manuscrito. Yo ya lo daba por perdido, porque era la última editorial. Y les gustó.

P.: ¿Y cómo se mantiene el espíritu para seguir enviando y seguir probando?

J.R.: Muy bien. Si bien publicar una novela no significa que vas a publicar todas las que escribas a partir de entonces, sí que es verdad que te miren con otros ojos y conseguir los objetivos. Es más fácil para las editoriales contar con un trabajo anterior para poder comparar con lo que les estás enviando de nuevas. Así que con la siguiente novela que escribí, que sale en octubre del año que viene con Alfaguara, no sólo noté más receptivas a las editoriales, sino que fueron ellas las que se pusieron en contacto conmigo para decirme que cuando tuviera algo nuevo se lo enviara. Pero todo esto lo hago con el espíritu de seguir escribiendo, de seguir contando las historias que yo quiero, que me parece lo más importante, y de no agobiarse con publicar. Ahora mismo estoy con la segunda parte de “Cuentos de Bereth”, luego me pondré con la tercera y después tengo otras historias pensadas que si bien no sé en qué orden lo haré, tengo pensado escribirlas todas.

P.: ¿Qué echas de menos en la literatura juvenil?

J.R.: Actualmente es difícil echar algo de menos, porque yo creo que es el campo más amplio de la literatura. Es decir, como se considera un género en sí mismo es estupendo llegar a una mesa de una librería y encontrarte un montón de títulos, de géneros, todos juntos y sin ninguna etiqueta, ni barrera... Hay fantasía, Ciencia-Ficción, para chicos, para chicas... todos juntos. Echo de menos que los medios de comunicación no la consideren todavía, que la menosprecien de alguna forma. Aunque no es de forma directa, sí creo que no se le da la cobertura que se merece. Algunos la consideran “menor”, y no se dan cuenta de que es lo que van a leer os chavales que luego leerán eso que ellos llaman “Literatura Mayor”. Aunque eso también va cambiando. Gracias a series como Harry Potter o “Crepúsculo” los medios se van dando cuenta cada vez más de lo que hay, y eso es estupendo.

P.: ¿En qué se diferencia tu libro, de un joven escrito para jóvenes, del que escribe un adulto para jóvenes?

J.R.: En primer lugar yo noto la diferencia en las horas de trabajo dedicadas. A mí me queda mucho por aprender, es mi primera novela, y eso se nota. Yo en “Cuentos de Bereth” lo que he intentado es meterme completamente en la piel de Duna y reflejar esa sociedad de jóvenes, que están aquí, porque aunque se desarrolla en un mundo de cuento de hadas completamente, las personalidades de los personajes son muy modernas. Duna podría existir perfectamente aquí, y los lectores pueden sentirse identificados con ellos. Sí hay algunos adultos que escriben para jóvenes en los que se ve cierta moraleja, que casi escriben para los padres, más que para los hijos. Pero la nueva generación de escritores de literatura juvenil cada vez menos, ellos se dirigen directamente al lector.

P.: ¿El hecho de tener 21 años hace más fácil encontrar lo que le gusta a ese público?

J.R.: Es posible. Y es muy gracioso que ahora que están tan de moda las historias muy modernas, que están ambientadas en la actualidad, yo quise romper con todo eso y además de hacer un homenaje a los cuentos de hadas, que a mí me gustan mucho, contar una historia de amor, de magia y aventuras ambientada en un cuento de hadas, y demostrar que los cuentos no están muertos, y que por mucho que reneguemos de ellos, o que nos dé mucha vergüenza leerlos, están presentes en nuestro día a día. También quizás porque tengo mucho más contacto con ellos, a través de los foros, las webs...

P.: ¿Cómo surge “Cuentos de Bereth”?

J.R.: Nace de diferentes costillas. La primera es un texto que escribí en la universidad, que eran muchos cuentos, uno detrás de otro. Como un tapiz de cuentos. Otra chispa fue comenzar a escribir un relato con una amiga. Y dos cosas más, una es la electricidad, que me pareció gracioso que en este mundo fantástico hubiera máquinas de electricidad; la otra, la idea del destino moviendo los hilos en la vida de los reyes, como una maldición, fue otra idea que me gustaba mucho. En el primer libro la historia sí es más típica, aunque está llena de sorpresas, pero en el segundo y el tercero la historia es muy diferente.

P.: ¿Cómo es ser el más joven en un mundo de adultos?

J.R.: Es muy divertido. Son todo maestros, así que estoy como una esponja, intentando absorber todo. Si bien yo no puedo dar mucho, aunque creo que algo sí, estoy recibiendo todo el rato. Y es una suerte encontrarme con maestros como Elia Barceló o Susana Vallejo o Laura Gallego. Y además me miman mucho.

P.: ¿En el libro de quién te gustaría estar?

J.R.: Desde luego en “La Cosecha de Samhein”, de José Antonio Cotrina, no. Me gustaría estar en Harry Potter, pero en Hogwarts, no ser un muggle cualquiera.

P.: ¿Por qué hay que leer “Cuentos de Bereth”?

J.R.: Yo recomiendo que se lea por cambiar completamente de la literatura juvenil que se está haciendo ahora, que abundo. Nos lleva de nuevo a la infancia pero sin dejar de lado la época de tu vida que estés viviendo, y creo que eso da mucho juego. Y también el hecho de que juegue mucho con las contradicciones, de presentar por ejemplo un mundo completamente medieval pero donde haya bombillas, también entretiene mucho. Y porque hay de todo, hay una historia de amor, aunque no es lo que mueve la novela, hay aventuras, magia, fantasía, hay misterio, hay toques graciosos, modernos...

P.: ¿Te ves toda la vida haciendo esto o tienes pensado cambiar de registro?

J.R.: Yo quiero cambiar mucho, quiero tocar muchos palos. Ahora mismo no sé si escribiré una novela de adultos, no me lo planteó así. Hay una historia y ya será la editorial la que vea hacia qué público se enfoca. De momento yo quiero dedicarme a la literatura juvenil, pero puede haber un libro que se pueda poner en adultos y en juvenil y que lo puedan disfrutar todos. En cualquier caso yo creo que los libros los puede disfrutar cualquiera, de todas las edades. Pero yo me veo escribiendo cosas diferentes dentro de la literatura juvenil.

“Todo lo hago con el espíritu de seguir escribiendo, de seguir contando las...
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