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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS | 1.2.2009
El suizo, al que Nadal le arrebató el número uno del mundo el año pasado, no pudo contener las lágrimas en su turno de hablar al público en el Rod Laver Arena de Melbourne. “Dios, esto me está matando", dijo Federer, antes de irrumpir a llorar ante la ovación de todos los espectadores.

Tuvo que ir el español a recoger su trofeo para darle a su rival y amigo el tiempo de recuperarse, tras lo cual volvió a hablar, "porque este tío se merece quedarse con la última palabra", aseguró Federer. "Rafa, felicitaciones, jugaste increíble, te lo mereces hombre. Jugaste otra final fantástica", agregó el tenista de 27 años, con la voz entrecortada.

"Rog, lo siento por hoy, eres un gran campeón, uno de los mejores de la historia", le dijo Nadal en inglés. "Vas a mejorar y acabarás superando al récord", agregó, en referencia al récord de 14 títulos de Gran Slam de Pete Sampras que el suizo podría haber igualado el domingo. "Enhorabuena por tu carrera, siempre es un placer jugar contigo".

En declaraciones posteriores a la cadena de televisión Cuatro, el mallorquín afirmó que "muchos grandes momentos para los dos en nuestra carrera los hemos vivido el uno contra el otro, nos tenemos un gran respeto". "Tenemos la suerte de que hemos tenido los últimos cinco años un número uno que aparte de un fenómeno dentro de la pista lo es fuera también", agregó Nadal, que no se quiso fijar más retos que "seguir jugando bien" y ganar el próximo torneo, que juega en Rotterdam.

El triunfo en el primer Grand Slam de la temporada le supuso además un cheque por 1,28 millones de dólares.

Cinco horas de partido

El número uno del mundo logró su quinta victoria consecutiva ante el suizo en casi cinco horas, tras otras cinco horas en la semifinal del viernes contra Fernando Verdasco.

En el tercer set tuvo que recibir asistencia médica al sentir dolor en la pierna izquierda. "Acabé el partido contra Verdasco con la pierna derecha, el cuádriceps y el tendón muy agarrotados", explicó en la rueda de prensa tras la final. "En el tercer set comenzó (...) No era un calambre, pero me dio miedo".

El mallorquín recibió un masaje pero no quiso pedir un parón médico por si lo pudiera necesitar posteriormente. El dolor no remitió, pero pudo superarlo para lograr un triunfo impresionante. "Hablé con mi entrenador antes del partido y me dijo que saliera ahí fuera y luchara todo el tiempo y creyese en la victoria".

Nadal se ha convertido en el primer tenista desde Agassi que gana en tres superficies seguidas, y con 22 años todavía le queda mucho por delante. "Esto es muy especial, es un sueño ganar aquí, un grand slam sobre superficie dura. Estoy contento con seis (...) no sé si voy a ganar más, pero desde luego voy a seguir intentándolo".

Otro duelo para la historia

Ambos jugadores volvían a cruzarse desde la mítica final en el All England Club, aunque en esta ocasión Nadal llegaba como número uno, y al igual que aquél 7 de julio de 2008 en Londres, hoy protagonizaron otro duelo para la historia, en el que de nuevo, la prodigiosa cabeza del manacorí, le permitió inclinar la complicada balanza de su lado pues Federer estuvo impecable.

Nadal saltó a la cancha más enchufado y sorprendió a Federer con un "break" de inicio, pero el suizo no acusó el golpe y le devolvió la rotura en el siguiente juego. El manacorí, visiblemente cansado por el maratón que disputó ante Verdasco en semifinales, estaba lento de piernas y no podía dominar los puntos a su antojo.

El número dos del mundo aprovechaba mejor sus opciones y poco a poco iba haciéndose con el mando del choque. Así, sus restos eran cada vez más veloces y gozó del siguiente punto de "break" en el sexto juego, Nadal falló con su derecha y permitió a Federer coger la primera renta (4-2). Sin embargo, no estaba dispuesto el mallorquín a facilitar la gesta a su adversario y minó la confianza del helvético gracias a un magnífico paralelo que le permitió contrarrestar una letal volea de Federer y contar con una nueva ocasión de rotura. Entonces, los nervios hicieron mella en el de Basilea y cedió su servicio con una doble falta (4-3).

Ése fue el punto de inflexión de la manga. A Federer se le empezó a encoger el brazo y bajó el rendimiento con sus saques, Nadal en cambio estaba crecido mentalmente y echando mano de sus paralelos consiguió el "break definitivo (6-5) para terminar cerrando la manga con un preciosa derecha (7-5).

Federer ataca

En el segundo parcial, Federer decidió salir al ataque. Se anotó su primer juego en blanco (2-1), obligó a Nadal a salvar una bola de rotura con su primer "ace" del duelo (2-2) y a pesar de cometer un tremendo error que dio al mallorquín ventaja (3-2), neutralizó el "break" sin problemas con su siguiente resto (3-3).

Nadal estaba ligeramente fuera del partido. Lo que permitió a su adversario encadenar cuatro juegos consecutivos después de dictaminar el devenir de la manga en un octavo "game" en que necesitó cinco bolas de rotura para romper el saque de Rafa (5-3). El partido era de ida y vuelta y más que nunca se notó en el tercer parcial. Nadal no estaba a su mejor nivel, pero Federer tampoco era capaz de coger un ritmo que hiciera daño al balear. El tetracampeón de Roland Garros tuvo su primera bola de "break" en el sexto juego, pero no pudo aprovecharla.

Fue el aviso que necesitaba Federer para imprimir más velocidad a su juego. Seis bolas de "break" tuvo --tres en el noveno y tres en el undécimo juego--, pero Nadal sacó su mejor repertorio de golpes, subiendo incluso a la red, para salvarlas. Pudo evitar Nadal la disputa del "tie-break", pero erró su posibilidad y el partido se fue a una muerte súbita en la que Federer golpeó primero (1-0). Ese "mini-break" no significó nada. El manacorí se lo devolvió al instante y encarriló con 4-3 para llevarse el desempate con una buena ventaja (7/3).

Nadal reacciona

A pesar de su gesta, todavía no había minado moralmente a Federer como suele acostumbrar. Y el helvético inició el cuarto set aún más motivado. Lo que le permitió gozar de una tempranera renta (2-0). Nadal sacó entonces su casta, con golpes para deleite del aficionado, y volvió a poner la igualada.

El quinto juego será recordado durante mucho tiempo. El mallorquín tuvo cinco de bolas de "break" y obligó al suizo a exprimirse al máximo para conservar su servicio. Nadal pagó caro el esfuerzo y permitió a Federer que diera la vuelta al duelo con su siguiente resto (4-2) y un juego en blanco (5-3), Nadal no fue capaz de reaccionar, conservó su siguiente saque, pero terminó entregando la manga (6-3). En la manga definitiva, se vio al mejor Nadal. Como acostumbra hizo "borrón y cuenta nueva" y salió a por el partido, consciente de que ya no podía fallar. Preciso y directo, tomó ventaja en el cuarto juego (3-1). Fue suficiente porque dejó a Federer sin ideas, y cerró el partido al resto, con sufrimiento, con su tercer "match-point".

No fue un partido brillante, sino de arduo trabajo, ni siquiera un Federer por momentos brillante, pudo frenar a un Nadal que había aterrizado en Melbourne Park envuelto en dudas ya que una lesión le hizo perderse el final de 2008 y había iniciado el curso con una sorprendente derrota en los cuartos de Doha ante Gael Monfils. Pero su espíritu de campeón, nunca le permite rendirse, y este domingo no faltó a su cita con la historia, impidiendo de paso a su rival igualar el récord de 14 "grandes" de Pete Sampras. Federer acabó ahogando su impotencia entre lágrimas.

"Rog, lo siento..."