miércoles. 24.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 14.01.10

Ana Muñoz de la Torre es cordobesa de nacimiento y madrileña de adopción. Lleva una década trabajando como periodista, correctora y profesora de escritura, sin dejar en ningún momento la creación literaria. Autora de uno de los blogs literarios más visitados de la blogosfera hispana, La orgía perpetua, que se publicó (también con éxito) en forma de libro, y creadora y directora de En el camino, primera escuela de escritura itinerante de España.

PREGUNTA: ¿Qué es En el camino?
RESPUESTA: En el camino es un proyecto pionero en España en el terreno de las escuelas de escritura y los talleres literarios. Con respecto a los talleres tradicionales, nos diferencia de ellos, entre otras cosas, nuestro carácter itinerante: nos movemos por toda la geografía nacional e invitamos al alumno a emprender un viaje creativo de la mano de profesores de reconocido prestigio, entre los que se encuentran nombres como Benjamín Prado, Juan Bonilla, Care Santos, Andrés Barba o Ricardo Menéndez Salmón.

P: ¿Por qué decidiste crear la escuela? ¿Por qué consideras que es necesaria?
R: Cuando comencé a dar forma a la idea de En el camino, llevaba años trabajando como profesora de escritura para instituciones públicas y privadas. A veces, en determinados grupos, se creaba un ambiente tan bueno que convertíamos las clases en tertulias fuera del aula. Después de clase nos íbamos a tomar cañas a cualquier bar próximo y nos pasábamos horas charlando acerca de lo humano y lo divino. En una de esas ocasiones se me ocurrió que estaría bien alargar aquellos momentos de docencia y amistad durante, al menos, un fin de semana. Considero necesaria nuestra escuela, aparte de por todo lo que acabo de decir, porque logrará llevar la escritura creativa a lugares de nuestra geografía donde no existen escuelas ni talleres literarios.

P: ¿Cómo es el alumno de En el camino? ¿Un viajero, un aficionado a la literatura…?
R: Por las matrículas que llevamos realizadas hasta ahora y los correos que recibimos a diario, podemos afirmar que nuestros alumnos son personas de 20 años en adelante con inquietudes artísticas y un marcado interés por la creación literaria. Unos escriben desde siempre y a otros les acaba de picar el gusanillo de la escritura. Otro rasgo común a todos ellos es su deseo de conocer compañeros de viaje con los que compartir aprendizaje y aficiones.

P: ¿Se puede enseñar a escribir?
R: ¿Se puede enseñar a bailar?, ¿y a tocar un instrumento?, ¿se pueden formar en un aula pintores y escultores, cineastas y fotógrafos? Mi sí rotundo a estas preguntas se haría extensivo, por lógica, a la enseñanza de la escritura. Quienes piensan que para escribir un microcuento, un relato, una novela, un poema o un guión no hacen falta unos conocimientos determinados ni unas herramientas básicas cometen un grave error. Ni todos los niños y niñas que acuden a clases de danza se convertirán en Rudolf Nureyev o Anna Pavlova. De igual manera, no todas las personas que tomen la decisión de formarse como escritores en un centro especializado saldrán transformados en Vladimir Nabokov o Virginia Woolf. Algunos ni siquiera tendrán tal pretensión. Desde luego, lo que está claro es que, sin la ayuda de un buen guía, hasta el escritor en ciernes más talentoso se perderá con mayor facilidad en los vericuetos del largo camino que supone la creación.

P: ¿Qué significa para ti ser escritora?
R: Soy escritora en la misma medida en que soy ser humano y mujer, es algo tan inherente a mí como la información codificada en mi material genético. La vocación artística sólo me parece comparable a la religiosa: en un momento de tu vida sientes una llamada más fuerte que tu propia voluntad, un canto de sirenas ensordecedor, aunque, a diferencia de Ulises, tú no tienes un mástil al que pedir que te aten, y si alguien te encadenara a un palo te dedicarías a blasfemar hasta, muy probablemente, llegar a enloquecer. Por ello, supongo que escritora lo he sido, lo soy y lo seré siempre, porque, ocurra lo que ocurra en mi día a día, sé que siempre acabaré ante una pantalla en blanco, con un cursor parpadeando y la necesidad irrefrenable de contar historias. Para mí ser escritora representa una bendición y una maldición al mismo tiempo, tener en propiedad el don y el látigo del que habla Truman Capote en el prólogo de Música para camaleones. La escritura es una droga durísima. No existe metadona capaz de desengancharte de ella.

P: ¿Y ser profesora de escritura?
R: Para mí ser profesora de escritura constituye un privilegio. Me considero tremendamente afortunada por tener la posibilidad de dedicarme a iniciar a otras personas en la que considero mi gran pasión. Dentro del aula me gustan muy poco los dogmas. En ese sentido, pienso que las teorías están hechas para desembocar cuanto antes en la práctica. Me gusta inculcar en mis alumnos la importancia que tiene la lectura en su formación como escritores. No creo que exista un solo autor que valga la pena que no haya sido un buen lector. En ese aspecto, yo les proporciono una serie de herramientas y recursos, pero si luego ellos no quieren aprender comprobando cómo los grandes emplearon esos mismos instrumentos, si no se esfuerzan en afrontar los textos que leen con cierta mirada crítica, si no se detienen a analizar los puntos fuertes y débiles de una obra concreta, jamás podrán soñar con parir un solo escrito que valga la pena. Al final, el ejercicio de esta labor se resume en algo tan simple y tan hermoso como entregar lo que antes te fue dado. Siendo profesora de escritura siento que estoy contribuyendo a cerrar un círculo, y me gusta, me llena de gratitud hacia quienes fueron mis profesores y quienes son mis alumnos.

P: ¿Los cursos son sólo literarios? ¿Ofrecéis otro tipo de actividades aparte de los cursos itinerantes?
R: Tal y como he comentado un poco más arriba, para nosotros todas las disciplinas artísticas gozan de una importancia similar. En el arte, el mestizaje es tan enriquecedor como en la mayor parte de los terrenos donde la combinación de distintos elementos aporta riqueza al resultado final. En ese sentido, tenemos cursos que mezclan la pintura, la música o la fotografía con lo literario. Por otro lado, también organizamos rutas literarias. Se trata de visitas guiadas en las que, quienes decidan apuntarse, tendrán la oportunidad de realizar, durante unas horas, un recorrido por los espacios de ciudades por las que previamente transitaron los personajes de sus novelas favoritas. Aparte de los cursos itinerantes y las rutas literarias, también ofrecemos al cliente un servicio de asesoría literaria, e impartimos cursos de redacción y estilo y expresión escrita para empresas. Otro de nuestros objetivos reside en organizar encuentros con autores, porque somos conscientes de que, en la formación de cualquier creador, los conocimientos adquiridos dentro de un aula jamás son suficientes, y que nuestros alumnos necesitan y ansían recibir clases magistrales.

P: En el camino empezó a popularizarse a través de redes sociales como Facebook. ¿Crees que las redes sociales son algo más que una herramienta para conocer gente?
R: Para En el camino las redes sociales lo han supuesto todo a la hora de arrancar y dar a conocer la escuela, de manera que sólo puedo considerarlas una herramienta de márketing fabulosa. De hecho, gran parte de los alumnos que se han matriculado en nuestro primer curso proceden de Facebook. Como herramienta literaria, veo que ayudan a los autores a mostrar su obra a una comunidad lectora muy amplia, bien a través de enlaces a sus blogs o exponiendo en sus perfiles las portadas de sus libros.

P: ¿Tienes pensado recuperar La orgía perpetua?
R: Llevo casi un año apartada de mi hogar en la blogosfera, algo que me entristece por dos razones: porque ese medio (y, por tanto, los lectores que han ido dejando su huella en cada texto) me lo ha dado todo como escritora y porque adoro a Ella, la protagonista del blog. No obstante, deseo mirar hacia el futuro con optimismo y pensar que retomaré mi obra en la red en breve. He recibido algún que otro correo de lectores que me cuentan que echan de menos a Ella y me preguntan si la orgía ha perdido su condición de perpetua. Yo les agradezco lo primero y les respondo que no a lo segundo, así que, aunque sea por no quedar como una soberana mentirosa, deberé ponerme en marcha de nuevo.

P: Cuéntanos un poco acerca de tus próximos proyectos literarios.
R: Debido al trabajo ingente que supone la puesta en marcha de una empresa, por desgracia, mis proyectos literarios se encuentran bastante desatendidos. Tengo muy avanzada una novela, y en pañales un libro de relatos. También me gustaría sacar una segunda parte de Ella y La orgía perpetua. Son muchos los lectores que me han pedido que lo haga y, la verdad, es un proyecto que cada vez me apetece más llevar a cabo. A corto plazo, dentro de unos meses verá la luz una antología de microcuentos eróticos, ilustrados por el pintor Pablo Gallo, en la que participo con un texto. En fin, últimamente tengo la sensación de que mis días no tienen más de siete u ocho horas, pero no pienso quejarme.

"No hay metadona capaz de desengancharte de la escritura"