jueves. 28.03.2024
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Tanto para los comercios como para las grandes superficies son fechas jugosas en las que acaban manejando un ingente volumen de ventas

Este año se repetirán las colas en las puertas de los Grandes Almacenes, los horarios interminables en las tiendas y las prisas por conseguir a un mejor precio aquello que llevamos tiempo considerando comprar.

Tanto para los comercios como para las grandes superficies son fechas jugosas en las que acaban manejando un ingente volumen de ventas. Pero el tema del robo preocupa en este país, que los últimos años no se ha bajado del podio en hurtos a comercios, si lo comparamos al resto de vecinos europeos. 2016 se cerró con unas pérdidas para el sector correspondientes a una cifra que se mueve entre el 1,3% y el 1,6% de su negocio.

Esta pérdida desconocida tiene varias causas: hurtos externos, hurtos internos y errores administrativos, no siempre relacionados con los apuntes contables.

Son cifras con las que es difícil sacar pecho, pero alguna luz encontramos. Por ejemplo, se reconoce que el hurto interno en España tiene una de las menores incidencias. Aquí ya no sólo nos miramos en el espejo de Europa, sino en el del mundo. Las pérdidas que ocasionan los propios trabajadores suponen solo un 18% del total, por debajo de los errores administrativos, que implican un 25% de las pérdidas y del hurto externo, un 52%. Datos oficiales de 2016.

Para defenderse de esta situación los empresarios acuden a remedios más o menos eficaces.

Se recomienda mantener el orden de nuestros elementos, ya que será más fácil detectar que algo falta. El problema será que, si estamos ocupados atendiendo a otras partes del negocio, cuánto tiempo nos llevará detectarlo.

Tener conocimiento sobre los puntos débiles de la empresa también es importante para mitigar el daño. Una tienda debe saber cuáles son los productos más tentadores, las salidas menos protegidas, las horas más difíciles y los métodos de entrada y escondite de los posibles ladrones.

Mantener un registro de los números de serie de los productos también nos permitirá hacer un seguimiento diario de las pérdidas. Claro, no evitaremos el robo, pero tendremos más posibilidades de ser rigurosos en la denuncia y en manejar el próximo stock. También, decidir dónde intensificar la seguridad.

Los métodos más habituales de los ladrones no han cambiado en los últimos años, por cierto. Técnicas como el alunizaje, el uso de una lanza térmica para abrir cajas fuertes, la ruptura de imanes y los butrones siguen siendo muy utilizadas.

Ante esta complejidad de técnicas y fuentes de pérdida no es de extrañar que muchas empresas opten por apostar por las tradicionales alarmas para negocio y monitorizar lo que sucede a través de profesionales. Los más precavidos optan por añadirle alguna cámara. La apuesta es tan sencilla como segura. Las alarmas son complementarias a cualquier otro buen consejo de seguridad. Máxime cuando ya son capaces de detectar movimiento y hacer sonar las alertas cuando alguien se mueve en las instalaciones fuera de horario.

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