domingo. 06.10.2024
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Cada día para más personas en nuestro país, y no sólo jóvenes, el buzón de correos que tenemos en la puerta de nuestra casa está siendo sustituido por el buzón de correo electrónico.  Muchas empresas han sustituido la publicidad en sobre de papel a los domicilios por el envío de emails masivos que tienen un coste mucho menor y una eficacia probada muy superior.

Cuando hay unas elecciones políticas,  como las de ahora en Cataluña, todos nos preguntamos qué sentido tiene recibir kilos de papeletas, sobres y publicidad en los buzones que en su práctica totalidad van directamente a la papelera. Es un despilfarro de dinero y un sinsentido ecológico. Pronto veremos que se sustituyen por envíos al correo electrónico.

La mayor parte de los que recibimos un correo electrónico tenemos la costumbre de por lo menos abrirlo y darle una “ojeada”. Si nos interesa pasamos a una lectura más sosegada e incluso clikamos a la web o al producto que se nos recomienda. Si no,  lo solemos dejar en el buzón sin mandarlo a la papelera “por si acaso” en un momento determinado necesitamos lo que se nos ofrece. Personalmente tengo una carpeta donde voy guardando los emails de publicidad que considero pueden serme útiles, no en ese instante, pero sí más adelante.

En las conversaciones con los amigos y familiares, cuando comentamos estos temas, alguno manifiesta la queja de que no le gusta recibir correos que no ha solicitado. Siempre le respondo que la solución es fácil. Bien no abrir el correo o bien abrirlo y comunicar a la empresa que lo envía que no quiere recibir más anuncios de ese producto, marca o servicio.

Sin embargo esas quejas que eran más habituales en los primeros tiempos de la creación de los correos electrónicos y del  acceso a Internet (No hace tanto por cierto), en la actualidad ya está asumido muy mayoritariamente por la población y se acepta como algo normal, sin apenas ningún rechazo.

Por las empresas que cada vez más usan el correo electrónico y los envíos de publicidad digital, se ha demostrado ampliamente la eficacia de este sistema por su bajo coste, sencillez e información que facilita sobre la respuesta de los potenciales clientes a sus ofertas.

Las redes sociales y el conocimiento de las necesidades y deseos de los consumidores, son instrumentos complementarios y perfectamente compatibles con el correo electrónico.

Tanto las administraciones públicas, como las empresas privadas cada vez con mayor intensidad nos ayudan a gestionar nuestros problemas y nos informan de su actividad y propuestas a través de envíos de contenidos al correo electrónico. Notificaciones bancarias, de compañías de seguros, de luz o gas, las gestiones con organismos públicos como el INEM o la Seguridad Social, el envío de documentos a ayuntamientos y empresas públicas lo hacemos cada vez más a través del correo electrónico. Los ayuntamientos sin duda, son una de las entidades que más nos informan últimamente a través de envíos masivos de correos electrónicos de nuestros derechos y obligaciones de pago de impuestos. Recientemente el Ayuntamiento de Madrid ha enviado correos electrónicos a los vecinos implicados en la operación de remodelación urbanística de la emblemática Plaza de España, para conocer su opinión al respecto y actuar en consecuencia.

Sin duda es una buena opción para empresas, administraciones y particulares el uso del envío de emails a sus clientes, administrados y amigos.

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