viernes. 19.04.2024

En un reciente articulo el periodista Josep Cuní (La Vanguardia 14 de marzo de 2015), alertaba de la presencia cada vez mayor en los medios de comunicación y de su creciente actividad, refiriéndose a la “divulgación alternativa”. Esta nos lleva a que cada vez nos cueste más discernir entre información y propaganda, entre veracidad y proselitismo, lo que lleva a la sociedad a la pérdida de credibilidad de sus referentes. Siendo pues, fácilmente demostrable que la ciencia tiene algo que ver con el aumento de nuestra esperanza de vida y de su calidad ¿por qué la tendencia progresiva a dudar de ella? .

En este entorno de creciente confusión los centros de conocimiento y la universidad deben tener conciencia de su responsabilidad en el desarrollo de la sociedad. Responsabilidad de la que ha sido la universidad consciente, a lo largo de sus siglos de existencia, en dos vertientes fundamentales, la de seguir el desarrollo de la ciencia y hoy, primordialmente, la de ser el referente de credibilidad en la divulgación a la sociedad, al ciudadano, de sus logros e interpretaciones, y en el mensaje de que siempre estos logros se van mejorando y adaptando en el tiempo, este es el papel de la ciencia, y por otro lado, también van siendo más precisos de lo que fueron en el pasado.

Uno de los ejemplos de esta responsabilidad social de comunicar, lo da la Universitat de Barcelona, a través de su Consejo Social, que preside Salvador Alemany, al establecer unos premios anuales dedicados a significar a los mejores profesores, de cualquier disciplina impartida en su universidad y que se hayan distinguido por un trabajo de divulgación a nivel de ciudadano, de una forma inteligible y atractiva pero a la vez coherente con las bases científicas de la misma. Con buen criterio, el premio se dedica cada año a un tema específico y actual que motiva a la sociedad. Este año el tema escogido ha sido la alimentación y su complejo entorno, alimentarse es más que comer, intervienen aspectos culturales, nutricionales, religiosos, económicos….

En esta segunda Distinción del Claustro de Doctores y del Consejo Social de la Universitat de Barcelona a las mejores actividades de divulgación científica y humanística, el Premio ha recaído ex aequo a dos profesores: el Dr. Abel Mariné, catedrático de nutrición y bromatología de la UB  y el Dr. Claudi Mans, catedrático de ingeniería química de la UB. ¿Qué podemos decir de ellos desde el mundo agroalimentario? mundo especialmente abundante en falsos profetas.

El Profesor Abel Mariné se podría definir como el comunicador del equilibrio. De una forma amena y exacta explica que los mecanismos de los alimentos y la nutrición, entraman una red compleja y que la interpretación de equilibrio que existe entre ellos, es la interpretación científica de la realidad. Explicando cómo esta interpretación científica ayuda al conocimiento de la nutrición y a la seguridad de los productos. Pero sus artículos no se limitan a las reacciones bioquímicas. La relación de la alimentación con el entorno, con el arte, con la historia, están siempre presentes y nos dan las llaves de la comprensión de la complejidad de la alimentación humana.

El Profesor Claudi Mans tuvo un atrevimiento, un gran atrevimiento, en el año 2007 propuso al cocinero Ferrán Adriá como Doctor Honoris causa de la Universitat de Barcelona, hecho que provocó gran polémica. Pero fue el hecho, que abrió el mundo de la restauración y de la gastronomía a la universidad, y que ha provocado la situación, insólita hasta hace pocos años que vivimos hoy y con un efecto múltiple: los profesionales de la restauración tienen sus estudios reglados y su reconocimiento profesional, la  gastronomía se mueve entre el arte y la ciencia, y la universidad se abre a las problemáticas de la sociedad y esta la ve más próxima. Ha habido una explosión que ha contribuido a posicionar a nuestro país en las ligas profesionales de la gastronomía y a marcas tendencias a nivel mundial.

Estos son dos ejemplos de investigadores que contribuyen con su trabajo a dilucidar y a comunicar a la sociedad, hay otros, que nos mantienen con la esperanza y la ilusión de que la tempestad de confusión informativa creciente, tiene puntos de referencia sólidos, y  hemos de contribuir  a su conocimiento y crecimiento.

Fundación Triptolemos fue invitada durante el acto de entrega de estos premios a dar su visión del poliédrico sistema alimentario y, desde su misión de colaborar en la adecuada articulación del mismo, para que redunde en una mayor disponibilidad de alimentos de calidad y en una mayor confianza del ciudadano, hizo énfasis en esta ocasión, en  la importancia de la adecuada comunicación científica a la sociedad, en la convicción, de que no puede haber un desarrollo sostenible y equilibrado socialmente si en la base, el sistema alimentario global no mantiene el equilibrio entre todos sus actores. 

La divulgación referencial sobre el hecho alimentario