viernes. 26.04.2024
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A la montaña se la debe respetar en todo momento, llevando muy interiorizado el hecho de que no puede ser subestimada su dificultad

Desde que en España se dejó de correr para empezar a hacer running, multitud de modalidades han ido surgiendo, convirtiéndose en un deporte cada vez más practicado. Solos o en grupo, en la ciudad o en el campo, porque cada vez son más los que se calzan sus zapatillas trail running para irse a correr a la montaña.

Y es que a medida que el running se ha extendido entre los jóvenes y los no tan jóvenes, popularizándose el uso de aplicaciones móviles en las que señalar los recorridos y los tiempos conseguidos estableciendo comparativas, han ido surgiendo tipos de zapatillas, cada vez más personalizadas.

Esto se puede ver en las grandes tiendas de deporte y también en el universo online, donde igualmente se hacen estudios de las pisadas.

En este sentido, se quiere poner en evidencia la importancia de un calzado cómodo para la actividad deportiva que se realice. No es lo mismo unas zapatillas para correr que para ir a jugar a pádel, que para ir a jugar al fútbol. Tal es el grado de la personalización que tampoco sirven las mismas para correr por asfalto o por tierra.

Una vez equipado, solo falta entrenar y esto es sobre lo que más hincapié hacen los que se dedican a correr por la montaña. Para ello, es cierto que una parte importante es contar con unas buenas zapatillas trail running, pero el resto es entrenamiento y prudencia.

A la montaña se la debe respetar en todo momento, llevando muy interiorizado el hecho de que no puede ser subestimada su dificultad. Por eso quizá quien corre por ella, siempre quiere repetir la experiencia, ya que supone un desafío a la vez que un placer.

Hacer running en montaña supone alejarse del ruido de la ciudad, de la contaminación de los coches y del tiempo que también corre rápido en el reloj, con un segundero que tortura. La montaña se convierte en un refugio, en una fuente de oxígeno y aire puro y en una forma de desconectar casi perfecta.

Además, correr por la montaña supone no tener que seguir las direcciones marcadas por el asfalto y sentir la libertad de movimiento, corriendo por caminos y rutas (siempre con prudencia) diseñados por el propio runner.

Esta libertad también la han identificado los organizadores de carreras quienes cada vez más optan por este medio para celebrar grandes certámenes, casi siempre, de profesionales que ya están habituados a estos tipos de circuitos, más naturales, más aventureros y más libres.

Igualmente, para corredores profesionales o amateurs, la seguridad debe ser lo que impere en la carrera, por lo que habrá que estar atento al tipo de pendiente y ser cauto en cada zancada para evitar sorpresas desagradables ante la variabilidad del terreno.

Esta tendencia, cada vez más presente en el panorama deportivo, seguirá creciendo durante 2019 y serán más los que se calcen sus zapatillas trail y decidan, una vez pase el frío helado del invierno, irse a la montaña a correr rodeado de naturaleza e inventarse caminos nuevos.

Correr por montaña, el running en la naturaleza