jueves. 18.04.2024

El poder elegir aquello que vamos a usar o consumir es nuestro principal baluarte frente a los abusos

El Consumidor es sin duda la primera y esencial parte que debe dar un paso adelante en la búsqueda de un consumo responsable, consumo que a su vez lleva implícito un consumo crítico, racional,…etc. Sus hábitos de compra y de consumo deben estar marcados por un responsabilidad real que debemos asumir todos y cada uno de nosotros como consumidores. Por lo tanto si no practicamos un consumo responsable no miremos hacia otro lado buscando otros responsables pues nosotros seremos los primeros y principales.

¿Y por qué tenemos esa primera y principal responsabilidad?  Porque a medida que los consumidores tenemos una mayor oferta de bienes y servicios, un mayor acceso a la información (aunque es verdad que también a la desinformación), tenemos por lo tanto un mayor número de opciones a la hora de llevar a cabo uno de nuestros principales argumentos de poder: LA ELECCIÓN. El poder elegir aquello que vamos a usar o consumir es nuestro principal baluarte frente a los abusos, frente a lo irracional, frente al consumismo desalmado e irresponsable. Por eso tenemos un alto grado de responsabilidad.

Pero no sólo nosotros, también las Administraciones Públicas tienen una gran parte de responsabilidad, pues desde la política se debe posibilitar el desarrollo de políticas que contribuyan a facilitar las decisiones responsables de los consumidores. Si un país invierte en educación sobre consumo responsable está provocando la formación de ciudadanos más críticos y capacitados, consumidores que en el momento de elegir un producto o servicio lo podrán hacer con un grado de capacitación mucho mayor que aquellos que no han tenido la oportunidad de recibir esa formación. Si una Administración tiene un eficiente acercamiento hacia las Asociaciones de Consumidores y escucha sus preocupaciones (que no son otras que la de los miles de consumidores que cada año pasan por sus oficinas), seguro que podrá tomar decisiones que mejoren el poder de su elección y provoquen un comportamiento mucho más racional y responsable.

Y por supuesto no podemos dejar al margen a la actividad económica, las fábricas, industrias, comercios, profesionales... que deben ganar dinero pero con un impecable comportamiento ético a la hora de fabricar, distribuir o vender sus productos y servicios. No todo vale y el cumplir unas reglas del juego supone un beneficio general, ahora bien cuando alguien no las cumple el perjuicio también afecta a todos y cada uno de nosotros.

Por lo tanto desde CECU entendemos y creemos que el Consumo Responsable es cosa de todos pero sin duda nosotros debemos dar el primer y fundamental paso… creérnoslo.

Fernando MonerPresidente de CECU (Confederación de Consumidores y Usuario)

Consumo responsable… y responsabilidad en el consumidor