En esta primera semana de noviembre el estreno más esperado tiene nombre y apellidos: “Bond, James Bond”. Spectre es la vigésima cuarta película de la saga, y de nuevo el flemático Daniel Craig (en la que es su décima ocasión en la que encarna al agente secreto más famoso de la historia del cine) se enfunda el smoking para intentar acabar con la siniestra organización que da título al film. Para llevar a cabo su difícil misión, en la que además tendrá que lidiar con unos superiores que se cuestionan sus métodos e incluso la idoneidad del MI 6, se cruzarán en su camino tres bellezones de los que quitan el hipo: Monica Bellucci; Léa Seydoux y Naomie Harris, y un malvado que promete hacer historia interpretado por el siempre excelente Christoph Waltz. A la sombra de este casi seguro bombazo de taquilla, también llega a las pantallas la cinta de terror americana Sinister 2, segunda parte de la exitosa Sinister, donde las casas encantadas y sus correspondientes espíritus demoniacos harán la vida imposible a una pobre mujer que se ha mudado a una zona rural con sus dos hijos gemelos huyendo del maltrato de su marido. La 
tercera producción norteamericana que aterriza en nuestras carteleras es sin duda la más curiosa. Nos referimos al documental de título kilométrico Lost Soul: el viaje maldito de Richard Stanley a la isla del Doctor Moreau. Presentado en el último Festival de Cine fantástico de Sitges, donde consiguió el premio a la mejor película en la sección Panorama Documenta, nos cuenta todo el desastre acontecido en 1996 durante el rodaje de la secuela del film basado en la obra de H.G. Wells La isla del Dr. Moreau, un proyecto que debía haber dirigido el cineasta Richard Stanley (Hardware, El demonio del desierto), pero que por una serie de rocambolescas situaciones se vino abajo de manera estrepitosa llevando desde entonces el estigma de “película maldita”. El último film que nos llega de las Américas lo hace en régimen de coproducción con los Emiratos Árabes Unidos y también se trata de un documental, aunque en esta caso con marcado acento social. Él me llamó Malala explica la historia de esta joven activista paquistaní que estuvo a punto de morir el día que plantó cara a los talibanes. Gracias a su espíritu de lucha y pundonor llegó a conseguir el Premio Nobel de la Paz y en su discurso ante las Naciones Unidas hizo una llamada en contra de la opresión femenina en su país y a favor de la educación para las mujeres. En cuanto a estrenos nacionales se refiere, esta semana tan solo podemos hallar un par: la comedia del incombustible Fernando Colomo Isla bonita, aquí en labores de director y protagonista dando vida a un divorciado que se traslada a una isla balear para retirarse y así tomar un respiro en su ajetreada vida, y el drama adolescente Novatos, de Pablo Aragüés, que aborda el tema de las novatadas en los colegios mayores de las universidades españolas desde un punto de vista realista y serio. Francia también se presenta en 
nuestra cartelera con tres producciones de distinta índole: la primera de ellas es ni más ni menos que la rutilante Palma de Oro de la pasada edición del Festival de Cannes, Dheepan, de Jacques Audiard. Protagonizada por actores no profesionales, nos explica de forma contundente como un hombre marcado por la violencia intenta obtener el derecho de asilo en el país galo asociándose con una mujer y una niña a las que hará pasar por su esposa y su hija. En régimen de coproducción con Bélgica, también se estrena el melodrama de época La promesa, del veterano Patrice Leconte, y con Alemania y Japón la comedia Una pastelería en Tokio, la considerada hasta la fecha película más accesible de la realizadora japonesa Naomi Kawase, donde una mujer mayor que sufre una enfermedad ayudará con su experiencia a un chico joven que no acaba de tener éxito comercial con su panadería donde sirve dorayakis, uno de los dulces más populares en Japón. Y del país nipón también nos llega la última propuesta semanal en forma de anime: Dragon Ball Z: la resurrección de F, decimonovena película del universo Dragon Ball escrito por Akira Toriyama.
