Aunque se suelan decir cosas como que en la variedad está el gusto y que más vale que sobre 
que no que falte lo cierto es que once estrenos en el mismo fin de semana pueden resultar un tanto inabarcables para el respetable, sobre todo si nos atenemos a medidas tan impopulares como la tomada por Cinesa, quienes no han tenido otra ocurrencia que crear la “tarifa premium”, un eurito más que hay que pagar si se quiere disfrutar de los estrenos de relumbrón durante sus primeros diez días de exhibición. Desde luego algunas cabezas pensantes con capacidad de decisión deberían dedicarse a la cría del mejillón u otro tipo de actividades alejadas del mundo del cine, porque si ya la imposición del 21% de IVA cultural fue una herida de muerte para la afluencia del público a las salas, sólo falta la puntilla en forma de aumentos en los precios de los tickets tan temerarios. Pero bueno, nosotros vamos a lo que nos interesa, o sea a desmenuzar la nutrida cartelera que esta semana tiene como punta de lanza, como no, a una producción hollywoodiense de campanillas. Nos referimos a Black Mass: estrictamente criminal, un thriller basado en hechos reales que nos sitúa en el Boston de los años 70, lugar donde la mafia italiana operaba a sus anchas mientras el FBI se desgañitaba para pararles los pies. En esta ocasión se nos explican las correrías del sanguinario capo James “Withey” Bulger, quien no dudará en buscar aliados entre los que defienden la ley para poder eliminar del mapa a todos sus competidores. El elenco reunido para la ocasión es para 
quitarse el sombrero, con un Johnny Deep de aspecto irreconocible que huele a nominación para el Oscar; un sobrio Benedict Cumberbach como su hermano metido a político, y la sorpresa de un magnífico Joel Edgerton en el rol de ambiguo agente del FBI que aquí actúa como un auténtico robaescenas. Sin salirnos de la meca del cine, también nos llegan la animada Hotel Transilvania 2, la terrorífica Paranormal Activity. Dimensión Fantasma y la supuestamente divertida El marido de mi hermana. Aunque las dos primeras alimentan su argumento en el universo tenebroso de ectoplasmas y monstruitos varios, la segunda parte de Hotel Transilvania, dirigida al público infantil en fechas pre-Halloween, lo hace desde la amabilidad de unos personajes que ya causaron muy buena impresión en el film que abrió la saga. Y es que ver a Drácula de director de hotel y a la Momia o a Frankenstein rondando por allí apunta al descacharre y al desenfreno, aunque el firmante del guión sea el irregular cómico Adam Sandler. Por su parte, la enésima (quinta, para ser exactos) entrega de Paranormal Activity tiene como único objetivo ponerle los pelos de punta a más de uno, aunque a estas alturas los supuestos sustos derivados de los diversos poltergeists ya no sorprendan ni al más sensible. Como tampoco nos tenemos que asombrar de ver al guaperas venido a menos de Pierce Brosnan en su enésima comedia sentimental. Como ya 
podemos suponer por el clarificador título, aquí da vida a un seductor que mueve sus encantos entre dos bellezones, interpretados por Jessica Alba (su mujer) y Salma Hayek (su hermana). Centrándonos en los títulos nacionales veremos que tal le va al siempre interesante Álex de la Iglesia con Mi gran noche, la vuelta al cine de un pletórico Ráphael, aquí estrella de un musical de Nochevieja bastante caótico. Le acompañan en la aventura nombres importantes de nuestro cine como Mario Casas, Blanca Suárez, Carlos Areces o Carmen Machi. En las antípodas del barroquismo y saturación de las propuestas del realizador bilbaíno, se estrena la minimalista Un día perfecto para volar, de Marc Recha, protagonizada por su propio hijo Roc, de seis años de edad. Fantasía y poesía visual para contarnos un cuento que se va construyendo a medida que avanza el relato. La oferta nacional se complementa con la dramedia generacional Muchos pedazos de algo, de David Yáñez, presentada con éxito en el pasado Festival de Cine de Málaga y cuyo lema explica perfectamente de que va la propuesta: “una película sobre ser joven y estar jodido”; el documental Next, dirigido por Elia Urquiza, sobre el mundo de las niñas y adolescentes que se mudan a Los Ángeles buscando ver cumplir su sueño de convertirse en actrices famosas, y el drama en régimen de coproducción con Reino Unido e Italia 
El rostro de un ángel, nuevo intento del otrora buen realizador inglés Michael Winterbotton de reverdecer viejos laureles, aunque según las malas críticas recibidas sigue sumido en un pozo autoral de hacérselo mirar.
Para finalizar dos proposiciones atípicas que por méritos propios se convierten en nuestras recomendaciones de la semana: Por un lado la adrenalítica cinta germana Victoria, presentada con éxito hace tan solo una semana en el Festival de Cine de Sitges y que no deja de recibir parabienes allá donde se proyecta. Protagonizada por la española Laia Costa, nos explica en un único plano secuencia la peripecia de una chica durante una noche en Berlín que resultará de todo menos aburrida. Y cierra el listado de estrenos, asómbrense, una película de nacionalidad palestina, Villa Touma, sobre unas hermanas aristócratas que para sobrevivir a los avatares de la contienda bélica que todos conocemos, deciden aislarse en su mansión aferrándose a la nostalgia de sus glorias pasadas.
