jueves. 28.03.2024

cristina@jgonzalezok / La salud de Cristina Fernández y de su fallecido esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, fue un secreto de Estado y la información sobre distintos episodios de salud que aquejaron a ambos mandatarios fue escasa y proporcionada a regañadientes. El líder siempre goza de buena salud, pareció ser la consigna a seguir. Pero lo cierto es que Néstor Kirchner murió poco después de dejar el poder, y cuando ejercía un verdadero co-gobierno con su esposa. Y que Cristina Fernández tuvo varios problemas que la alejaron por períodos prolongados.

El periodista Nelson Castro, que es además médico, se ha convertido en una referencia inevitable a la hora de hablar de las enfermedades de los mandatarios. Acaba de publicar el libro Secreto de Estado, La verdad sobre la salud de Cristina Fernández de Kirchner, de editorial Sudamericana, en el que retoma y profundiza las noticias sobre el trastorno de bipolaridad que afecta a la mandataria argentina. Una dolencia que, tratada, no la inhabilitaría para el ejercicio de la presidencia, como se demostró en el caso de Winston Churchill.

La primera noticia la dio la revista Noticias, que identificó al doctor Alejandro Lagomarsino –fallecido en el 2011- como el médico que la trató. Castro profundizó la investigación hablando con otros médicos que aportaron detalles. Bajo la premisa de que la salud presidencial es de interés público, el autor encaró el libro con información rigurosa y con gran cantidad de nombres y aportes que no se conocían. Solo en muy pocos casos se preservó la identidad de algunos informantes, para preservar las fuentes.

La bipolaridad, que afecta también a su hermana Gisele, explicaría los bajones anímicos de la presidente y los períodos en los que desapareció de la escena pública, seguidos de los períodos de euforia y cadenas nacionales en serie. Nunca fue reconocida por la propia mandataria, aunque hay fuentes que lo confirman. El propio Néstor Kirchner se lo habría dicho a su antecesor, Eduardo Duhalde

En la complicada personalidad de Cristina Fernández hay que incluir el narcisismo, señala el autor, que considera que la muerte de Néstor afectó mucho a la presidente: “era el único que podía contenerla. Néstor siempre decía, no le traigan malas noticias a Cristina. Desde que murió, nadie puso asumir ese papel”. También recuerda que en vida de su marido, lo primero que hacía después de cada uno de sus discursos era hablar por teléfono con él, buscando su aprobación.

El autor aseguró a Nueva Tribuna que Cristina Fernández conoce, al menos desde 2006, que es bipolar. Y añade que cuando supo que la información había trascendido, se enojó mucho y abandonó el tratamiento. Nelson Castro es crítico de la Unidad Médica Presidencial: “no debe estar dominada por el miedo, como ha ocurrido, esto ha llevado a errores que han terminado por perjudicar a la presidente”.

La estabilidad psicológica de Cristina Fernández preocupó en su momento al gobierno de Estados Unidos, como demuestran varios cables de su embajada en Buenos Aires. Y según dijo Nelson Castro a este corresponsal, la presidente sufrió mucho con el acceso al poder. “Era una persona de un contacto con la gente mucho mayor, y tenía muy buena relación con los opositores. Los discursos en vida de Néstor eran más profesorales, después se hicieron más vulgares”.

Pero hubo otro episodio médico que explicaría algunos comportamientos de la mandataria. El 23 de junio de 2011 se resbaló y se dio un golpe en el rostro que le provocaría una atrofia frontal y parietal bilateral. Los trastornos del lóbulo frontal generan trastornos de conducta entre los que están la pérdida de inhibición. Esto puede llevar a un comportamiento inapropiado y la pérdida de la capacidad de empatía.

Como rasgo característico del síndrome frontal, afirma el autor, “aparece la moria, definida como una actitud en la que las personas muestran una tendencia irrefrenable a las bromas y los chistes de mal gusto y sin gracia”. De ahí las chanzas públicas a las que somete incluso a miembros del gobierno y los bailes con que suele terminar sus discursos y cadenas nacionales, alentada por la militancia.

Hace dos años Nelson Castro ya causó un gran revuelo cuando habló de que Cristina Fernández padecía el síndrome de Hubris,  también conocido como enfermedad del poder y que provoca que quien la sufre “piensa que sabe todo, que la realidad es la que cree que ella cree que es, y no la que es, piensa que los otros no saben nada y, como tal, los desprecia”.

Y en septiembre de 2010, poco antes de su muerte, Castro le advirtió a Néstor Kirchner en su programa de televisión que su vida corría serio peligro “si no respetaba los límites que le imponía la deteriorada salud de sus arterias”. Aunque los acontecimientos le dieron la razón, sufrió los ataques verbales de la propia presidente y la militancia kirchnerista, como lo identifica como uno de los periodistas enemigos del gobierno.

A menos de un mes de la salida del poder, el cambio no va a ser fácil para Cristina Fernández. “Va a necesitar un control médico adecuado, necesita encontrar un médico de confianza”, asegura Castro, que añade: “Va a sentir un gran vacío en su vida, ya que no tiene amigos. Ha vivido durante 25 años embebida en el poder”

Nelson Castro, uno de los periodistas argentinos más prestigiosos, ha logrado colocar su libro como actual líder de ventas. Su interés por las consecuencias políticas de la salud de los gobernantes se remonta a 1985, cuando se encontraba en Estados Unidos como becario del World Press Institute, que coincide cuando al presidente Reagan le diagnostican un pólipo canceroso en el colon.

Es autor también de Enfermos de poder: la salud de los presidentes y sus consecuencias (2005), La sorprendente historia de los vicepresidentes argentinos (2009), Los secretos de los últimos días de Perón (2013) y Los últimos días de Eva: historia de un engaño (2014). Recibió los principales premios de periodismo nacionales y también el Premio Internacional Rey de España en el año 1994.

Conduce un programa diario en Radio Continental, también un segmento diario en el canal TN, donde tiene también un programa de entrevistas semanal, y es columnista del diario Perfil. Junto a sus dos profesiones, de médico y periodista, estudia dirección de orquesta.

La verdad sobre la salud de Cristina Fernández