viernes. 29.03.2024
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“En los Estados parte del Mercosur no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni la privación ilegítima de la libertad por pensar distinto”, señaló Macri en su discurso

@jgonzalezok / Las cumbres del Mercosur dejaron de ser lo que eran, y las disensiones políticas llegan de la mano del nuevo presidente argentino, Mauricio Macri. En su primera cita internacional, Macri rubricó el cambio fundamental en la política exterior argentina, que en los últimos 12 años estuvo volcada en un enfoque bolivariano y en relaciones polémicas, como las que entabló con Irán, China y Rusia. En la última cumbre del Mercosur, este lunes en Asunción, las chispas no fueron mayores porque el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decidió a última hora no viajar a la capital del Paraguay.

Como ya había adelantado en la campaña, Macri planteó su preocupación por la situación en Venezuela. Después de las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre, que la oposición ganó la mayoría absoluta, el gobierno argentino decidió no pedir la cláusula democrática, que permite suspender a un estado miembro si hay una ruptura del orden democrático, pero sí exigió la liberación de los presos políticos. “En los Estados parte del Mercosur no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni la privación ilegítima de la libertad por pensar distinto”, señaló en su discurso.

Macri saludó que el presidente Maduro aceptase el resultado de las elecciones, pero recordó que “la democracia es una forma de vida, un pacto de convivencia entre personas que piensan distinto”. Pidió también prudencia a la oposición y sugirió trabajar por una cultura democrática que incluya a todos.

La representación venezolano estuvo encabezada por la responsable de las Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, quien aseguró que su país era un modelo en derechos humanos. “Hablo en nombre de Nicolás Maduro y le digo que usted está haciendo injerencismo sobre los asuntos de Venezuela”. También aseguró que Macri, al defender a los presos de la oposición, estaba defendiendo la violencia política, añadiendo: “preocupa también que a escasos días de mandato, el presidente argentino atente contra la libertad de expresión en su país y la ética judicial”, sin elaborar la idea.

La canciller venezolana también hizo una serie de afirmaciones sorprendentes, porque no responden a la realidad. Aseguró que uno de los primeros anuncios de Macri había sido liberar a los responsables de las torturas, desapariciones y asesinatos durante la dictadura. “Sabemos también que en su ejercicio usted ha vetado leyes contra el trato injusto, la tortura y las desapariciones forzadas”.

Delsy Rodríguez, posiblemente, había leído las declaraciones de la presidente de Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que en la campaña electoral había dicho que si ganaba Macri liberaría a los represores. Otros sectores del kirchnerismo intentan instalar la idea de que Macri es igual a la dictadura. 

La canciller venezolana también acusó a Macri por la imputación judicial contra Hebe de Bonafini, presidente de las Madres de la Plaza de Mayo, “por llamar a las manifestaciones pacíficas en contra de su gobierno”. En realidad, Bonafini fue imputada por un juez después de la denuncia de un abogado, por “incitación a la violencia colectiva”.

El abogado que denunció a la madre de la Plaza de Mayo consideró destituyente la declaración de Bonafini, cuando afirmó: “Nosotros dejamos las Marchas de la Resistencia cuando no estaba más el enemigo en la Casa Rosada, Néstor era nuestro amigo, por eso las dejamos. Pero ahora que volvió el enemigo hacemos esta marcha para que el viernes 11 (primer día de gobierno de Mauricio Macri), cuando venga a la casa de gobierno, nos encuentre aquí, al pueblo marchando, repudiando su presencia y a ellos”.

La nueva responsable de la política exterior argentina, Susana Malcorra, aseguró después de la intervención de su par venezolana, que Mauricio Macri había escuchado  con preocupación el discurso de la venezolana “por el nivel de desinformación”.

Ya antes de las elecciones Maduro había hecho manifestaciones hostiles hacia Macri. “un burgués de elite, una opción ultraderechista y neoliberal”. También pronosticó que al nuevo presidente argentino le iba a ir muy mal y apoyó la resistencia en la calle. 

La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, dio un apoyo indirecto a Maduro al hacer referencia a las recientes elecciones en Argentina y Venezuela que demostrarían la madurez democrática de la región y “la capacidad de América Latina de encaminar sus divergencias por las vías pacíficas del debate y de la libertad con pleno respeto a la voluntad popular”.

Venezuela en el centro de la Cumbre del Mercosur