viernes. 29.03.2024
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@perez_santiago | Si Brasil se abriera a los dos mayores mercados mundiales (Estados Unidos y la Unión Europea), el comercio exterior del país experimentaría un crecimiento de USD 86.000 millones de dólares, un 18% más de las transacciones de hoy en día.

El resultado neto de estos hipotéticos tratados de libre comercio sería de un déficit de USD 600 millones, cifra relativamente pequeña para una economía del tamaño de la brasileña. Las exportaciones crecerían en USD 42.800 millones y las importaciones en USD 43.400 millones. Los cálculos fueron realizados por los profesores Vera Thorstensen y Lucas Ferraz de la Fundación Getulio Vargas a pedido del Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial (IEDI), asociación que nuclea a 44 líderes empresarios brasileños. Para obtener los resultados, los investigadores utilizaron el modelo matemático GTAP (Global Trade Analysis Project).

El estudio se basó en un escenario en donde los aranceles industriales se reducirían en un 100%, los agrícolas 70% y donde las barreras para arancelarias, como trabas burocráticas aduaneras o certificados técnicos/sanitarios caerían en un 25%.

Un acuerdo entre Brasil y la Unión Europea, el cual está en agenda hace ya 14 años y es una prioridad para el Gobierno de Dilma Rousseff, generaría USD 28.000 millones en exportaciones y un número prácticamente similar en importaciones. En lo que respecta a los Estados Unidos, abrir las fronteras con la principal potencia económica mundial engordaría en USD 14.700 millones las exportaciones y en USD 15.300 millones las importaciones.

Pedro Passos, Presidente de IEDI, sostuvo que los acuerdos de libre comercio pueden generar déficit en el corto plazo, pero, en última instancia, son la única forma de integrar a Brasil a la cadena productiva global. Solo así se incrementará la productividad general de la economía.

Por medio de una nota, Itamaraty informó que el país tiene una extensa red de acuerdos comerciales con distintos países de América del Sur, tratados de libre comercio con Israel, Egipto y Palestina y acuerdos parciales con India y Sudáfrica. Sumado a todo esto, Brasilia trabaja en su anhelado acuerdo con el bloque europeo.

En líneas generales, el sector empresario-industrial no está satisfecho con este escenario y reclama al gobierno mayor apertura, sin dejar de reconocer que algunos sectores necesitarían de tiempo para adaptarse.

La importancia de las barreras técnicas.

Como los aranceles en los países desarrollados son relativamente bajos es en las barreras técnicas y sanitarias en donde pueden obtenerse reales liberalizaciones al intercambio. La política de comercio exterior brasileña es, según Vera Thorstensen, algo anacrónica. No genera mayores beneficios negociar alícuotas arancelarias mientras el mundo de hoy discute principalmente normas.

Según fuentes gubernamentales anónimas que dialogaron con el diario Folha de São Paulo, Brasil ya se encuentra embarcado en una nueva estrategia. El acercamiento con la Unión Europea prevé importantes reducciones en barreras técnicas y sanitarias. El acuerdo continúa aun en proceso de negociación.

¿Como respondería Brasil a un acuerdo de libre comercio con EEUU y la Unión Europea?