jueves. 28.03.2024
Representan-Anaya-y-Meade-la-estabilidad-económica-en-México

Tanto los candidatos a la presidencia como los medios de comunicación reforzaron sus embates hacia el candidato que hoy cuenta con mayores posibilidades de ganar las elecciones en México, provocando e incentivando una sensación de inseguridad económica que haga que empresarios y electores cambien su voto por un candidato que les ofrezca “estabilidad”. Esta estabilidad se plantea, por supuesto, desde un plano ideológico: si se continúa el modelo actual, se mantiene el orden; si gana Andrés Manuel López Obrador (AMLO), “no se sabe lo que va a pasar”.

En este informe queremos poner dos cosas sobre la mesa: una, lo que significa la estabilidad que, supuestamente, hoy tiene México. Dos, quitarle la careta al modelo económico propuesto por dos de los tres candidatos presidenciales.

La “estabilidad” actual.

Balance de Pagos

Como puede verse en el gráfico 1, la cuenta corriente es deficitaria, por lo menos, desde 2006, fecha en la que empieza la serie de datos del Banco Central de México.

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Fuente: Elaboración propia, datos Banco Central de México

Este déficit se financia, preferentemente, con IED. De no conseguir un ingreso suficiente por inversiones se recurre a la deuda externa o a una utilización de las reservas internacionales.

En el siguiente gráfico se muestra la dinámica de la IED desde el 2000.

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Fuente: Elaboración propia, datos Banco Central de México

Como puede verse, la estabilidad no es exactamente lo que caracteriza las inversiones extranjeras, aunque sí puede marcarse un piso que no siempre alcanza para cubrir el déficit del balance de pagos.

Veamos en los siguientes gráficos qué pasó con la deuda externa y la variación de reservas.

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Fuente: Elaboración propia, datos Banco central de México

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Fuente: Elaboración propia, datos Banco central de México

Según las cifras oficiales, la deuda externa representó a fines de 2017 el 46,2%[1] del PIB registrando una caída, después de 10 años, de 2,5% con respecto del año anterior. Como puede verse en el gráfico anterior este resultado se debió a un incremento del PIB, porque la deuda aumentó. En cuanto al cierre del balance de pagos, puede verse cómo se produjo una caída de las reservas internacionales.

Sintetizando: lo que muestran los gráficos es que el modelo mexicano de apertura comercial y dependencia de las inversiones extranjeras directas es sumamente inestable. El recurso del aumento de la deuda externa es un arma de doble filo. Por una lado, tiene el acceso al financiamiento con posibilidad de resolver el déficit; por el otro, la acumulación de deuda amplía el déficit de cuenta corriente por el pago de servicios de deuda. Es importante mencionar, también, que el acceso al financiamiento no es infinito; ni siquiera para gobiernos neoliberales -como puede verse en el caso argentino actualmente con el gobierno de M. Macri- y menos si mantienen un déficit fiscal como el existente.

Crecimiento y desarrollo

Ante la situación externa claramente inestable que presenta México, se puede objetar que el país sigue creciendo. Resulta interesante, entonces, comparar el crecimiento del país con otro de la región que también mantuvo su crecimiento durante estos últimos 15 años (sin contar los años de caída por la crisis financiera internacional).

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Fuente: Elaboración propia, datos CEPALSTAT.

Como puede verse en el gráfico superior, la economía de Bolivia se mantuvo creciendo a niveles mayores que la economía mexicana, por lo menos desde el 2001. Lo que demuestra esta comparación es que el modelo actual de la economía mexicana tiene un techo para el crecimiento y este techo impide, como puede verse en los gráficos siguientes, una mejora social.

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Fuente: Elaboración propia, datos CEPALSTAT.

Grafico-7-Lu

Fuente: Elaboración propia, datos CEPALSTAT.

Bolivia ha mejorado fuertemente sus indicadores, sobre todo desde 2006, mientras la economía mexicana evidencia su malestar en el aumento del desempleo y de la indigencia, a pesar de que su economía se mantiene creciendo.

Algunas conclusiones

Dado este ejercicio, se pueden realizar varias afirmaciones:

  • la primera es que el crecimiento de México del último siglo es insuficiente para el desarrollo nacional;
  • la segunda, que no existió intencionalidad de los distintos gobiernos de mejorar las condiciones sociales de la población;
  • y la tercera es que el modelo económico boliviano fue mucho más eficiente para mejorar las condiciones de vida de su población, y lograr un crecimiento constante y mayor que el modelo aplicado por México.

Entonces, tomando en consideración la contienda electoral, es importante que se identifique la evolución de la economía mexicana con quienes la han llevado adelante. Fácil es asociar el último gobierno con Meade, ya que él mismo fue quien condujo la economía durante un tiempo. Sin embargo, los gobiernos anteriores 2000-2006 y 2006 – 2012, fueron conducidos por el PAN, partido del candidato Anaya. Podemos afirmar, entonces, que ambos candidatos ofrecen una “estabilidad” insuficiente para las mayorías.

Al mismo tiempo -y no por casualidad- se elige la economía boliviana para comparar los indicadores. AMLO propone, además de continuar con la política de libre comercio, desarrollar el mercado interno mexicano, potenciar la demanda -tanto desde el consumo como desde la inversión pública y privada- y estimular el crecimiento de las exportaciones. La economía mexicana es 54 veces más grande que la de Bolivia, y por lo tanto la potencialidad de un mercado interno desarrollado es una inmensa oportunidad para la economía mexicana.

[1] https://www.vanguardia.com.mx/articulo/deuda-externa-represento-462-del-pib-al-cierre-del-2017

Artículo escrito por Lucia Converti. Fuente: Celag

¿Representan Anaya y Meade la estabilidad económica en México?