viernes. 29.03.2024

@perez_santiagoLa Presidente Dilma Rousseff se está recuperando de la caída de popularidad sufrida durante las masivas manifestaciones populares desarrolladas durante el pasado mes de junio. El número de personas que evalúa su gestión de gobierno como "Óptima" creció del 30% al 38% desde el 12 de julio último. Los datos se desprenden de un reciente relevamiento realizado por el instituto de investigaciones IBOPE, en asociación con el diario "Estado". Las regiones Sur y Sudeste, donde se encuentran las ciudades de Rio de Janeiro y Sao Paulo (principales centros urbanos del país) fueron en donde la recuperación fue más marcada, alcanzando una mejora de hasta 12 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, cayó del 31% al 24% el número de electores que juzgan al gobierno como "malo". La tendencia no es novedad. Un trabajo de Dataflha realizado durante la primera semana de agosto ya mostraba una recuperación de 6 puntos en la imagen positiva de Dilma Rousseff. 

Camino las Elecciones Presidenciales de 2014

El año próximo no será importante para Brasil solo por la organización del Mundial de Fútbol. En el mes de octubre se celebrarán elecciones presidenciales. A esta altura, observado los comicios a la distancia, se podría sostener que se trata del proceso electoral de mayor incertidumbre en los últimos 10 años. La alta popularidad de los líderes del Partido de los Trabajadores (Lula da Silva y Dilma Rousseff) y el buen momento económico que por entonces atravesaba el país, aportaron total previsibilidad a las elecciones de 2006 y 2010. En aquellas votaciones las posibilidades de un cambio de signo político en la conducción nacional fueron sustancialmente bajas. Las presidenciales de 2014 encontrarán al gobierno en un escenario económico algo delicado. El PBI crecerá a una modesta tasa del 2% y la inflación se posicionará cerca de los límites aceptables para sectores populares, los cuales desatinan el 100% de sus ingresos a bienes de primera necesidad. La imagen de la Primera Mandataria, sin bien se encuentra en camino de recuperación, está aún muy lejos del 70% de aprobación de la que gozaba a inicios de 2013.

Las manifestaciones se han extinguido casi en su totalidad, pero nada impide que vuelvan a surgir teniendo en cuenta que son diversos los reclamos que no fueron atendidos. Uno de los impulsores de las protestas fueron los poco transparentes y multimillonarios gastos en obras de infraestructura para la organización del Mundial. No sería de extrañar que las tensiones sociales resurjan justamente durante el desarrollo del evento, momento en que las miradas del mundo estarán depositadas en Brasil.

Grandes desafíos político-electorales para el oficialismo y, al mismo tiempo, una oportunidad para las fuerzas de la oposición. Sin bien aún falta un año para las elecciones y un año en política es efectivamente un extenso período de tiempo, no sería de extrañar que las próximas sean las más competitivas elecciones presidenciales de los últimos 10 años.

Se recupera la imagen de Dilma Rousseff