sábado. 20.04.2024
messi rojo

Mientras la ciudadanía celebraba el triunfo de la selección frente a Nigeria, la noticia que daba cuenta del crecimiento exponencial de la deuda, quedaba sepultada debajo de los bocinazos y los gritos de euforia

Tal como lo asegura el lingüista norteamericano Noam Chomsky, la estrategia de la distracción es el elemento primordial del control social. Consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas. Ejemplo significativo de esto es la utilización que el gobierno argentino hace del Mundial de Fútbol, tomándolo como herramienta de distracción y entretenimiento mediante la cual pretende camuflar las nefastas medidas económicas que incluyen recortes, endeudamiento, despidos masivos y brutales represiones.

Mientras la ciudadanía celebraba el triunfo de la selección frente a Nigeria, la noticia que daba cuenta del crecimiento exponencial de la deuda, quedaba sepultada debajo de los bocinazos y los gritos de euforia. Los medios encargados de mantener ocultas las verdades que pueden resultar nocivas para la continuidad de un plan económico inconducente, se avocaron a la difusión de la celebración por el pase de la selección a octavos de final, omitiendo referencias al informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que indicó que el primer trimestre de 2018 terminó con un incremento de deuda externa de U$S 19.192 millones frente al trimestre anterior (+8,2 %) y un salto de U$S 54.873 millones respecto del mismo trimestre de 2017. Es decir, un aumento de 27,6 % en un año. De modo que pocos argentinos supieron que la deuda externa bruta total en términos nominales alcanzó a U$S 253.741 millones al 31 de marzo de 2018.

Tampoco fue noticia la brutal represión contra trabajadores de la docencia de provincia de Chubut, que reclaman la paritaria salarial que les corresponde. Tampoco ocupó espacio en medios hegemónicos la paliza que la policía de Buenos Aires le propinó a los estudiantes universitarios de la Universidad Nacional de Buenos Aires, que criticaban el fraude de Cambiemos en la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires). No hubo tampoco una sola línea en los medios hegemónicos acerca del nuevo escándalo de corrupción del gobierno, que revela el ilegal financiamiento de su campaña electoral de 2016 mediante aportes inexistentes y usurpación de identidades. Tampoco se habló del intendente (de Cambiemos) de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, procesado por sus estrechos vínculos con el narcotráfico. El incremento de la pobreza infantil, de la desnutrición, de niños desmayados de hambre en las escuelas, tampoco fue noticia. 

Messi y Rojo fueron los hacedores del milagro. La selección ya está en octavos de final. La algarabía general propicia la continuidad de la reforma laboral, del vaciamiento de escuelas y hospitales públicos, del despido de miles de trabajadores. Mientras la selección gana, es Argentina la que sufre la gran derrota.

Mientras la selección gana, Argentina pierde