sábado. 20.04.2024
maximo kirchner

@jgonzalezok | Tras la operación de Cristina Fernández para eliminar un hematoma cerebral, su hijo, Máximo Kirchner, dejó su casa en la Patagonia y se instaló en Buenos Aires. No solo para acompañarla, algunas crónicas periodísticas lo señalan como una de las pocas personas que está tomando decisiones, junto con el secretario de Legal y Técnica de la presidencia, Carlos Zannini. A medida que pasan las horas parece estar claro que el vicepresidente, Amado Boudou, formalmente a cargo del Poder Ejecutivo, será solo una figura decorativa, lejano de las decisiones y solo llamado a encabezar actos protocolarios.

Aunque Boudou participó en algunas actividades que estaban en la agenda de la presidente, también fueron anulados otros actos, sin mayor explicación. Y algunos funcionarios señalaron que Cristina Fernández es la única que tiene el poder. El jefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina, declaró que las decisiones las toma la presidente, “que es la que se encarga de dar las instrucciones, el país está funcionando normalmente”.

El hijo presidencial, de 36 años, es una figura lejana para todos los argentinos. Estuvo junto a sus padres en numerosos actos públicos, pero solo se le pudo conocer la voz  gracias a una breve aparición en un documental sobre Néstor Kirchner, tras el fallecimiento del expresidente. Padre desde hace unos meses, emocionalmente dependiente de su novia, vive algunas temporadas en la residencia presidencial de Olivos, en el Gran Buenos Aires, pero su lugar es Río Gallegos, más de 2.000 kilómetros al sur de la capital argentina.

La diputada Diana Conti, que en su momento alcanzó notoriedad por pedir “una Cristina eterna”, ahora declaró su admiración por el hijo de la presidente: “lo admiro a Máximo Kirchner porque es un hombre que da muy buenos consejos desde el sentido común. Es humilde, inteligente y tiene lógica de criterio”. También aseguró que siempre estuvo muy compenetrado con los asuntos que manejaba su padre y maneja ahora su madre.

Oficialmente, Máximo fue el fundador de la agrupación juvenil La Cámpora, que ha dado numerosos funcionarios al gobierno. Un grupo con creciente influencia política, aunque en la actual campaña electoral perdieron todo protagonismo, tanto en las listas como en los actos proselitistas. Pero todo indica que Máximo es más que nada una referencia política para los jóvenes funcionarios y militantes que se han constituido en uno de los apoyos más firmes de la presidente. Andrés El Cuervo Larroque, Juan Cabandié o Wado de Pedro son los dirigentes efectivos, aunque conservan lazos con Máximo, que con su apellido les otorga legitimidad y acceso al poder.

Según la periodista del diario La Nación, Laura di Marco, autora del libre La Cámpora, el ascendiente del hijo mayor de los Kirchner sobre su madre es grande, “en la medida es que es el hijo de una presidente viuda, sin entorno político”. Pero también afirma que no tiene pasta de político y que sus compañeros de colegio “coinciden en que es un buen pibe, pero que nunca se destacó en nada, y que le interesa mucho más el fútbol que la política”.

La periodista Adriana Balaguer, que escribió el libro Hijos del Poder, los herederos de la política y los negocios, sostiene que no tiene cualidades para continuar el legado de su padre. “Es cierto que está arriba de muchos temas y hace un control de las cosas que pueden golpear a la madre”, dijo hace un tiempo la periodista al diario La Nación. Cuando Cristina viaja al Calafate, la mayoría de los fines de semana, madre e hijo hablan mucho de política y la presidente lo escucha.

Máximo Kirchner intentó estudiar Derecho, aunque fracasó. Trató después de hacer un curso de periodismo deportivo, pero también quedó en el intento. Se refugió en el sur, en Río Gallegos, capital de la patagónica provincia de Santa Cruz, donde se dedica a negocios inmobiliarios, administrando las propiedades de los Kirchner.

Según Rafael Flores, un hombre que fue muy próximo a los Kirchner, Máximo “fue un chico abandonado emocionalmente por ambos padres, que entonces estaban obsesionados con la política, el poder y el dinero”. También sostiene que la obsesión política de los padres dejó solo a Máximo, “y yo creo que para él no debe haber sido gratis.  En el libro La Cámpora, la periodista di Marco afirma que Máximo fue criado por su abuela paterna y Rudy Ulloa, una especie de hermano mayor, que fue chofer de Néstor Kirchner y hoy es un próspero empresario”.

El año pasado hubo rumores de que la presidente pensaba en él para integrar la lista de candidatos a diputado, tanto por la provincia de Buenos Aires como en la de Santa Cruz. Ninguna de las dos opciones se concretó, como tampoco el plan B del kirchnerismo, su tía Alicia, hermana del fallecido presidente, que ocupa el ministerio de Desarrollo Social. Ninguno de los dos tenía posibilidades, según las encuestas. Pero la nueva situación política que se plantea con la enfermedad de Cristina Fernández, parece llevar a algunos kirchneristas a intentar reflotar el nombre del heredero. 

Máximo Kirchner gana notoriedad tras la operación de su madre