viernes. 19.04.2024
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Un fuerte vendaval financiero sacude a la sociedad argentina pero al presidente Mauricio Macri y a su equipo de gobierno no se le cae una idea nueva para solucionar la crisis ni por casualidad

Los indicadores de la economía argentina han entrado en un marcado tobogán, desde diciembre de 2017, sin que el gobierno del presidente Mauricio Macri encuentre la estrategia adecuada para estabilizar la situación. Para colmo de males, el país se encuentra en un año electoral en que se decidiera quien manejara los destinos de la Argentina durante los próximos cuatro años.

La semana pasada, el dólar siguió en alza y el riesgo país llegó a niveles récord. El viernes 26, la cotización de la moneda estadounidense finalizó la rueda bursátil, a 47 pesos por dólar, para la venta en sucursales del Banco Nación, con un incremento de 1,10 pesos o del 2,4% en una sola jornada y 9,77 en una semana. En lo que va de 2019 el dólar ha registrado un incremento de 21,9%, la inflación acumula un 15% en los primeros cuatro meses del año y la tasa de interés alcanzó los 73,50% anual, que efectiva supera el 100%.  

Según el ministerio de Trabajo y Producción, en su Informe Mensual de la Situación Total de Trabajadores Registrados, reconoce que en el período interanual febrero 2018 – febrero 2019, se han perdido 252.000 puestos registrados de trabajo.

En tanto que, en el reporte de Research for Traders, el riesgo país cerró a 968 puntos básicos, con una marcada tendencia bajista en los bonos soberanos en dólares que el gobierno insiste en adjudicar a “la elevada incertidumbre política de cara a las elecciones presidenciales” de octubre de 2019.

El agravamiento de los indicadores sociales, la persistencia de la tendencia inflacionaria y los problemas internos dentro de la coalición de gobierno Cambiemos (formada por los partidos PRO, Unión Cívica Radical y Coalición Cívica) han provocado una nueva caída del Índice de Confianza hacia el Gobierno.

Según el Índice de Confianza en el Gobierno, elaborado por la prestigiosa universidad privada “Torcuato Di Tella”, de Buenos Aires, en su último relevamiento, la imagen del gobierno en abril descendió con respeto a marzo de 2019, un 4,4% y, en términos interanuales, representa una caída del 26%. Además, el valor actual se ubica un 15% por debajo del obtenido durante el último mes de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

Macri se limita en insistir que aspirará en octubre a un nuevo mandato, aunque aún no anunció quién será su compañero de fórmula presidencial

La caída en la imagen de la Administración Macri tiene su correlato en la mayoría de los subíndices en “evaluación general de gobierno” (10%), en “capacidad para resolver problemas del país” (8%), en “eficiencia en la administración del gasto público” y “preocupación por el interés general” (ambos en caída de 4%).

Por último, el estudio sostiene que durante abril se registro un fuerte descenso de 21,2% entre quienes creen que la situación económica se mantendrá igual, seguida de una disminución del 3,2% entre quienes creen que mejorará y una leve baja del 1,6% entre aquellos que creen que seguirá empeorando.

La crisis económica se alimenta de las especulaciones surgidas a partir de las encuestas difundidas por diversas empresas de medición de opinión pública que, a pesar de que por el momento no se conoce ningún binomio presidencial, cuando estamos a menos de sesenta días del plazo de cierre de las listas de candidatos para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el día 22 de junio de este año.

Recordemos que los aspirantes a candidatos a cargos electivos que no participen en las PASO, o que no obtengan el 1,5% de apoyo de los votantes, quedan automáticamente inhabilitados para competir en las elecciones generales de octubre.

Esas mismas encuestas preliminares, carentes de todo sustento metodológico y político, registran un nivel de votantes indecisos del orden del 45%. Es decir, que están señalando claramente que la mitad del electorado no ha decidido aún por quién votarán o no están dispuesto a revelarlo a los encuestadores.

Sin embargo, algunos importantes periodistas y analistas políticos, que deben cumplir con sus habituales exigencias laborales de hacer comentarios y escribir artículos o están al servicio de campañas de fake news, insisten en formular especulaciones y conclusiones carentes de toda seriedad que, sin embargo, incrementan la incertidumbre, angustia y confusión de la sociedad.

Mientras tanto, el presidente se limita a afirmar que no habrá cambios de rumbo, ni de hombres, en el gobierno. Reconoce que de aquí a octubre se producirán nuevos embates del mercado, pero los adjudica a “factores externos” y a “temores por un regreso al pasado”, en abierta alusión a la expresidente Cristina Fernández de Kirchner.

Ni siquiera el anuncio de una huelga general por parte de un importante sector del sindicalismo combativo (la Central de Trabajadores Argentinos -CTA-, Sindicato de Camioneros, Aeronáuticos, Bancarios, etc.), logran sacar al presidente de su autismo.

Sin reconocer ninguna responsabilidad por parte de su gobierno, Macri se limita en insistir que aspirará en octubre a un nuevo mandato, aunque aún no anunció quién será su compañero de fórmula presidencial.

Por su parte, el principal estratega de campaña del oficialismo, el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, en declaraciones a la agencia Blomberg sostuvo muy suelto de cuerpo que el presidente va a ganar las elecciones porque “Macri es menos malo que Cristina” y que el objetivo de la campaña de Cambiemos “es que el miedo a Cristina sea mayor al de Macri”.

No puede sorprender entonces que los argentinos se sientan prisioneros de un dilema, el de elegir mejor entre dos pésimos candidatos mientras se preguntan como hará el próximo presidente para que el país cumpla con los pagos y exigencias de su acuerdo con el FMI y no caiga en un nuevo default; para contener la inflación, la caída del PBI y retomar la senda del crecimiento, aunque sea un ritmo lento.

Incluso aquellos que votarán por Macri para evitar el retorno de Cristina Fernández de Kirchner y su elenco de cleptofuncionarios, también se preguntan cual será el precio que deberán pagar en su nivel de vida para seguir manteniendo al populismo, demagógico e irresponsable lejos de la Casa Rosada.

Adalberto C. Agozino

Macri, sin idea frente a la crisis argentina