jueves. 28.03.2024
Elisa Carrió

@jgonzalezok | Un frente que nació hace solo 40 días derrotó al kirchnerismo en el principal distrito electoral del país, la provincia de Buenos Aires. Sergio Massa, hasta ahora alcalde del municipio de Tigre y que había sido jefe de gabinete de Cristina Fernández en su primer gobierno, rompió con el kirchnerismo y le ganó al candidato de Cristina Fernández, Martín Insaurralde. La victoria de Massa es aún más notable si se tiene en cuenta que se enfrentó a todo el aparato del oficialismo, con recursos ilimitados.

Este resultado se dio en las elecciones primarias para las elecciones parlamentarias de octubre próximo, cuando se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Y que pondrá en juego la continuidad del oficialismo en las dos cámaras. En la mayoría de los distritos los partidos habían designado candidatos únicos, por lo que no hubo posibilidad de influir en la elección. En los distritos importantes, solo el centroizquierda ofreció una posibilidad real de elegir entre distintos candidatos. Por tanto, estas elecciones primarias, en realidad, han sido sobre todo un muestreo que indica la intención de voto con la mirada puesta en octubre.

El resultado para el gobierno es decepcionante, peor que en el 2009, hasta ahora su única derrota electoral en 10 años. Aunque se argumente que es la primera fuerza electoral del país, y la única que pudo presentar candidatos en todos los distritos, está muy lejos del 54 % que logró en la elección presidencial de 2011.

Con los resultados de las primarias a la vista, seguramente se agudizará la tendencia al voto útil en octubre. Esto beneficiará a Massa, que ahora mismo representa la amenaza más importante para el kirchnerismo en el principal distrito. La provincia de Buenos Aires ocupa el 11 % del territorio nacional, pero con sus 10 millones de habitantes, tiene un 38 % de la población. Dentro de la provincia, son especialmente importantes los 24 municipios de su conurbano, que tienen el 63 % de la población provincial.

“Los que nos acompañaron dijeron basta a la confrontación”, dijo Sergio Massa. Quizá la imagen más clara del clima de polarización que vive Argentina la protagonizó un joven fiscal del oficialista FPV (Frente para la Victoria), que se negó a dar la mano al alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, que como es habitual saludó a todos los integrantes de la mesa al emitir su voto.

“Yo a usted no lo saludo”, le dijo el joven, militante de La Cámpora, al tiempo que le retiraba la mano, después de amagar que lo saludaba. Más tarde explicaría que saludarlo iría en contra de sus convicciones “ya que este tipo hace una persecución constante a los estudiantes”. Su actitud fue seriamente recriminada y en Twitter el hecho se convirtió inmediatamente en uno de los temas más comentados, bajo el hashtag #ElBoludoQueNoSaluda.

Es muy destacable el resultado de la capital federal, donde el centroizquierda destronó al PRO (derecha), del alcalde Mauricio Macri

Además del resultado que logró Massa en la provincia de Buenos Aires, es muy destacable el resultado de la capital federal, donde el centroizquierda destronó al PRO (derecha), del alcalde Mauricio Macri, a pesar de que este mantiene una muy alta imagen positiva en las encuestas. La alianza de siete agrupaciones que, bajo el nombre de UNEN, presentó cuatro listas, relegó al tercer lugar a los candidatos kirchneristas.

Los grandes vencedores de UNEN en la capital son Elisa Carrió, una combativa dirigente que ya fue candidata presidencial, y Fernando “Pino” Solanas, afamado cineasta que tiene también una larga historia política, al que se puede calificar como un peronista de izquierda.

En el resto de los distritos importantes, destaca la victoria en Mendoza del ex vicepresidente, Julio Cobos, que se impuso de manera contundente al candidato del Frente para la Victoria. En Santa Fe, como es tradicional, ganó el socialista Hermes Binner –en realidad, arrasó-, con el candidato del PRO en segundo lugar y el FPV tercero. En Córdoba la victoria fue para  el candidato del gobernador de la Sota, es decir, el peronismo disidente. En Santa Cruz, la provincia de los Kirchner, el candidato de la UCR se impuso a los postulantes del peronismo, tanto en su versión kirchnerista como disidente.

El Frente de Izquierda logró superar el piso mínimo del 1,5 %, que da derecho a presentar candidatos en octubre y aspira a conseguir dos diputados en la provincia de Buenos Aires y tiene alguna posibilidad más en provincias como Salta, Córdoba y capital federal.

La única derrota que había cosechado el gobierno en estos 10 años de kirchnerismo fue en el 2009, con Néstor Kirchner en vida y como protagonista principal del resultado adverso. Pero hubo dos factores que al final lo beneficiaron. La oposición no supo sacarle partido a esta circunstancia y la economía creció de forma notable en el 2010, lo que le permitió al gobierno reposicionarse. Además, reaccionó como acostumbra, redoblando la apuesta: lanzó la Ley de Medios y la reforma electoral, además de establecer la Asignación Universal por Hijo, un proyecto que había planteado la oposición, pero que terminó asumiendo el kirchnerismo, que lo convirtió en su principal programa de asistencia social.  

Todos estos resultados deben aún confirmarse en las elecciones de octubre, pero parece haber poco margen de maniobra y las perspectivas para el gobierno son las de un poder menguante. A partir de ahora empieza la carrera hacia la Casa Rosada y las presidenciales del 2015. Massa es uno de los que ya se anotó, pero el camino parece despejado para otros aspirantes, una vez que parece claro que Cristina Fernández –y, sobre todo, sus escuderos- deberá resignarse al retiro. “Hoy sembramos una semilla para el futuro de la provincia y de la Argentina”, dijo Massa en su primer discurso tras las elecciones, dejando claro sus aspiraciones presidenciales.

Paradójicamente, el resultado puede ser favorable a las aspiraciones presidenciales del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Enemigo declarado de los sectores más radicales del kirchnerismo, parece ser el único que puede garantizar una victoria en el 2015.

El kirchnerismo sufre importante derrota electoral