jueves. 28.03.2024
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El nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy

El nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy era conocido en el primer gobierno de Lula como Manos de Tijera

@jgonzalezok / Ajuste, ortodoxia y disciplina fiscal, son los conceptos que definen al nuevo equipo económico de Brasil, de cara al segundo mandato de Dilma Rousseff. El nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy, era conocido en el primer gobierno de Lula, donde fue secretario del Tesoro, como Manos de Tijera. Ahora, tiene como principal objetivo mejorar las cuentas públicas, en un momento complicado para la economía del país.

Ante un horizonte de crecimiento muy débil durante tres años seguidos, inflación alta, descenso de los precios de las materias primas y poca confianza de los mercados, Dilma opta por un reconocido banquero que aplicará recortes y una política más ortodoxa para controlar la inflación y generar confianza en los mercados.

En su primera conferencia de prensa, después de conocerse su nombramiento, Levy adelantó que la meta es conseguir un superávit primario del 1,2 % del PIB en el 2015 y de, al menos, un 2 % en los próximos dos años. Esto permitiría un mayor control de la inflación y una reducción en la tasa básica de intereses. Para el nuevo hombre fuerte del gabinete de Dilma, alcanzar esas metas “es fundamental para un aumento de la confianza en la economía brasileña y para crear las bases para volver a crecer y consolidar los avances sociales de los últimos años”. Esto tiene que ser compatible con la estabilización económica y el descenso de la deuda bruta en relación al PIB.

Para Joaquim Levy, Brasil no vive un momento de crisis, “por lo que es importante sentar las bases para los próximos años”. También señaló que no tenía prisas por anunciar medidas. Pero que se está buscando reducir los gastos y que no habrá grandes sorpresas.

Brasil no quiere que las agencias de riesgo rebajen la nota del país, lo que supondría un aumento de los intereses para los créditos internacionales. De momento, las reacciones de los sectores empresariales –o lo que comúnmente se conoce como “el mercado”- son favorables a este nuevo equipo económico. La revista Veja afirmó que en su primer discurso, Levy dijo todo lo que el mercado quería oír.

Levy sustituye a Guido Mantega, el ministro de Hacienda más longevo de Brasil, que llevaba comandando la economía del país desde marzo de 2006. Doctor en Economía por la Universidad de Chicago, trabajó en el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre 1992 y 1999. En este organismo ocupó puestos en los departamentos de Hemisferio Occidental, de Europa y de Investigación. Y tuvo también una experiencia en el Banco Central Europeo, como economista visitante, en las divisiones de Mercado de Capitales y de Estrategia Monetaria.

En el año 2000 empezó a trabajar en Brasil, con diversos cargos en los ministerios de Hacienda y Planeamiento. Entre el 2003 y el 2006, gobierno de Lula, fue secretario del Tesoro. En aquél entonces tuvo diferencias con Dilma Rousseff, cuando esta era Jefe de la Casa Civil –virtual jefe de Gabinete-, que lo empujaron a salir del gobierno. Pero ahora es Dilma la que parece dispuesta a ceder en parte el control de la política económica a favor de Levy.

Hace 11 años, cuando fue responsable del Tesoro, había desconfianza en los mercados sobre el futuro de la economía brasileña. Y, junto con el entonces ministro de Hacienda, Antonio Palocci, Levy llevó a cabo un ajuste fiscal importante, que llevó calma a los inversores y posibilitó unos años de crecimiento y estabilización. Lo mismo que intentará hacer ahora.

A pesar de su perfil ortodoxo, Levy resaltó su compromiso con los avances sociales y económicos conquistados en los últimos 20 años. Tanto el titular de Hacienda, como Nelson Barbosa, el titular de la cartera de Planeamiento, resaltaron que mantendrán los programas sociales. Barbosa, en concreto, afirmó que el proceso de inclusión social depende de la estabilidad económica y la inflación, y que no cree que las dos cosas sean contradictorias.

El ex candidato presidencial Aécio Neves, que durante los próximos cuatro años será la referencia de la oposición, se mostró de acuerdo con el nombramiento de Levy, de quien es amigo personal. Y citó una frase de Arminio Fraga, que hubiera sido su ministro de Hacienda en el caso de haber ganado las elecciones: “Es como si un cuadro de la CIA fuese designado para comandar la KGB”.

Pero Aécio también se preguntó cuál es el verdadero rostro del gobierno de Dilma Rousseff, afirmando que los nombramientos del área económica ponen de relieve las contradicciones del gobierno: “un gobierno sin planeamiento, que no sabe qué dirección va a tomar”. El dirigente opositor no perdió la oportunidad de afirmar que la presidente mintió durante toda la campaña y que por eso no había presentado un plan de gobierno.

“Cómo se deben estar sintiendo los electores que creyeron en la candidata y en su discurso lleno de bondades, viendo que ella está haciendo hoy todo lo que dijo que no haría durante la campaña electoral”, concluyó.

El segundo mandato de Dilma Rousseff comenzará oficialmente el próximo 1 de enero. La reelección la consiguió después de una campaña con muchas sorpresas, en la que se llegó a poner en duda su victoria. Aécio Neves, que pasó a la segunda vuelta después de haber protagonizado una espectacular remontada, llegó a soñar con la victoria. Pero Dilma se impuso al final, logrando la hazaña de conseguir el cuarto mandato consecutivo para el PT, el partido que tuvo a Lula durante ocho años en la presidencia, antes de dar el paso a Dilma.

Un equipo económico ortodoxo para el segundo mandato de Dilma Rousseff