martes. 19.03.2024
walter

Desde que Macri asumió la presidencia argentina no ha pasado un mes sin que a un funcionario se le caiga una offshore del bolsillo

La renuncia del subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, marca un antes y un después en la era Macri. Luego de una enorme presión mediática provocada por la revelación de El País sobre la cuenta oculta en un banco de Andorra -con 1,2 millones de dólares- Gilligan presentó su renuncia a última hora de la tarde del lunes.

Mediante una carta de puño y letra, el ahora ex subsecretario general de la Presidencia expresó que “A pesar del respaldo incondicional que sentí por parte de todos los miembros de nuestro gobierno, no creo necesario continuar aferrado al cargo en medio de un debate mediático sobre mis acciones en los años en los que estuve en la actividad privada. Las acusaciones que se hicieron en mi contra son falsas y así quedará debidamente comprobado”

Con una justicia empeñada en apresar a funcionarios de la anterior administración, sospechados de corrupción, de momento el actual gobierno encontraba la manera de mantener en las sombras cada uno de los escándalos que, gracias a la prensa oficialista, no trascendían. El espectáculo mediático tenía, hasta hace unos meses atrás, la misión de exponer los trapos sucios de quienes ocuparon el poder hasta diciembre de 2015.

Sin embargo, y a pesar de las excusas expuestas por Maci y los suyos en escándalos como Panamá Papers, Arribas o Correo Argentino; un medio extranjero, en este caso el español El Pais, dejó al descubierto la omisión de otra offshore, en este caso perteneciente al subsecretario general de la Presidencia.

Desde que Macri asumió la presidencia argentina no ha pasado un mes sin que a un funcionario se le caiga una offshore del bolsillo. Puede ser una cuenta o una empresa radicada en un paraíso fiscal. Lo que está claro es que estos instrumentos aptos para evadir impuestos, triangular comercio y disfrazar la titularidad de la riqueza, ya son una marca registrada, propiedad del actual equipo de gobierno.

La cuentita no declarada de Valentín Díaz Gilligan se suma a la que también olvidó declarar Luis “Toto” Caputo, ministro de Finanzas y el mismísimo presidente, Mauricio Macri, que ante la publicación Panamá Papers sólo atinó a justificarse con delirantes argumentos que los medios del establishment transformaron en “verdad”.

La imagen del gobierno comienza a deteriorarse. Macri lo sabe, aunque de momento goza del blindaje mediático, y sus escribas a sueldo aún responden por él. El diario Clarín desmiente o busca justificar cada una de las sospechas que ya se inocularon en los votantes. Puede que la inmunidad ya no exista para Macri y su gabinete. Puede que a partir de ahora se le exija al gobierno la transparencia que por naturaleza no puede ofrecer. 

El desmoronamiento del Gobierno 'offshore'