jueves. 28.03.2024

En la carrera 10 de Bogotá, nada más cruzar la avenida Jiménez en dirección sur, se han inaugurado dos pintadas en las paredes. “Macondo” y “Somos de todo” son los títulos de estas obras firmadas por grafiteros colombianos.


Los grafitis sobre la carrera Décima de Bogotá

Tanto el colectivo UMS, autor de la pintada en honor de García Márquez, como el grupo Toxicómano, creador de esa obra que nos engloba a todas las personas por nuestra diversidad, han sido ganadores de sendas becas de Intervención Artística Urbana del Instituto Distrital de las Artes (Idartes). Estímulos que buscan promover “la práctica artística y responsable del grafiti en la ciudad” tal como establece el Decreto 75 del año 2013 de la Alcaldía.

En esta ciudad se reconoce el valor artístico del grafiti como forma de expresión y de comunicación de colectivos alternativos. Gentes que están muchas veces fuera del circuito de los medios y que tienen mucho que decir. Narran sus inquietudes y propuestas a través de sus obras, contándole a la ciudadanía lo que sienten y piensan mediante sus pinturas. Una manera distinta de transmitir y una forma diferente de concebir el arte.


El grafiti "Macondo" del colectivo UMS

La inauguración de estas pintadas coincide con el primer aniversario de la muerte de Gabo, por lo que esta muestra artística supone un merecido homenaje al genio colombiano de la literatura en lengua castellana. Tributo que se ampliará en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo 2015) que en su vigésimo octava edición, a partir del 21 de abril y hasta el 4 de mayo, tendrá precisamente a Macondo como invitado de honor.

En la apertura oficial al público de los grafitis se entregó un libro de la campaña Libro al viento, el número cien de esta iniciativa que para la ocasión reúne cuatro breves textos del maestro. En Tres cuentos y una proclama se dan cita la imaginación y la crítica social, la magia en los cuentos y la realidad en la arenga. Los tres relatos breves son “En este pueblo no hay ladrones”, “Un señor muy viejo con unas alas enormes” y “El rastro de tu sangre en la nieve”.

El acto social y cultural ha iniciado y terminado con música. Al principio la rapera Diana Avella y al final Samurái, representante del hip-hop bogotano. Entre ambas actuaciones las palabras del alcalde sobre el significado de las pinturas en esta esquina del sector de san Victorino. Gustavo Petro ha explicado cómo las intervenciones urbanas han ido cambiando la inseguridad y la contaminación de esta esquina, que se humanizará más gracias a obras de arte como éstas, que no sólo embellecen las fachadas sino que animan a la ciudadanía a deambular y a caminar las calles. Para que la tristeza dé paso a la humanidad.

También se han leído algunos pasajes del libro regalado. La estudiante Jessica ha invitado, “página 75, por favor”, a acompañarla en la lectura de los primeros párrafos de la historia de Nena Daconte. 


Leyendo Tres cuentos y una proclama

Antes de ella, Cristian Valencia ha recordado las palabras de la proclama garciamarquiana en la que el colombiano de Aracataca hablaba de esta “patria densa e indescifrable donde lo inverosímil es la única medida de la realidad. Nuestra insignia es la desmesura. En todo: en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el odio, en el júbilo de un triunfo y en la amargura de una derrota.” En ese discurso, presentado en 1996 en la ceremonia de entrega del informe de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, demandaba para su país “Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética – y tal vez una estética – para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar (…) Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños.”


El grafiti "Somos de todo" del colectivo Toxicómano

Pues los grafitis son parte de esa creatividad, son reflexiones artísticas en torno a la realidad social del país. Un país rico en diversidad y en realismo mágico, y ambas características se encuentran en estas paredes. Aquellos que combinan el dibujo y la pintura con el mensaje social o político, ya sea de manera explícita o implícita, no solamente embellecen las fachadas de la ciudad sino que muestran la riqueza cultural de una sociedad. Colombia, y en este caso Bogotá, cuenta con un patrimonio artístico callejero de un gran nivel y de una gran calidad. 

Decía Gabo que Macondo era una aldea de veinte casas de barro a la orilla de un río, hoy es toda una ciudad y un país lleno de arte y de cultura, de libros que transitan por la memoria de uno de los grandes de la literatura; esa que nos hace soñar con mariposas amarillas. En el centro de aquel pueblo un cartel anunciaba “dios existe”, seguro que hoy diría “al dios de las letras, García Márquez”.

La comunicación de las paredes