jueves. 25.04.2024

@jgonzalezok / Con casi el 46 % de los votos, el candidato del Partido Colorado, Horacio Cartes, ha vencido en las elecciones de este domingo en Paraguay. Le sacó casi 9 puntos a su principal rival, Efraín Alegre, del PLRA (Partido Liberal Radical Auténtico). En Paraguay no hay segunda vuelta y gana quien tiene mayor número de votos, aunque no alcance la mayoría. Esto supone el regreso al poder del derechista Partido Colorado, después de 5 años en el desierto, cuando fue derrotado por una coalición de partidos de izquierda con el ex obispo Fernando Lugo y sus aliados liberales.

Los otros candidatos quedaron a mucha distancia: los dos representantes de la izquierda, Mario Ferreiro, de Avanza País, y Aníbal Carrillo, del Frente Guasú –del ex presidente Fernando Lugo-, quedaron en tercer y cuarto lugar, logrando entre los dos poco más del 9 % de los votos. Lugo logró ser elegido senador.

La jornada tuvo solo un incidente destacable: el ataque a un cuartel de policía en una aldea de campesinos, Kurusú de Hierro, a 500 kilómetros de Asunción, la capital. Murieron un policía y uno de los atacantes, presumiblemente miembro del Ejército Popular Paraguayo, un grupo guerrillero reciente aparentemente ligado a las FARC de Colombia.

El presidente electo, el empresario Horacio Cartes es uno de los hombres más ricos del país. No se sabe todavía si se parecerá más a Berlusconi –ex primer ministro italiano-, que buscó el poder para defender sus empresas y aumentar su fortuna, o a Sebastián Piñera –presidente de Chile-, que actúa también por motivos ideológicos. Pero tiene un pasado más complicado y preocupante. 

Se inscribió en el Partido Colorado recién en 2009 y para lograr su postulación a la presidencia hubo que cambiar los estatutos del partido, que exigían una afiliación de al menos diez años. Fundó un movimiento interno, Honor Colorado, que define muy claramente su orientación. En la página web de dicho movimiento, se explica que Cartes decidió dar el paso hacia la política –a pesar de no haber votado hasta ahora-, “inquieto por el curso político del país bajo el gobierno izquierdista-liberal-filo chavista”. Hay que entender lo de izquierdista y liberal por la alianza de Fernando Lugo con los liberales del PLRA (Partido Liberal Radical Auténtico).

Tuvo que disipar las dudas sobre su pasado incluso dentro de su propio partido. Cuando en el 2000, una avioneta con matricula brasileña, cargada de 20 kilos de cocaína y 343 de marihuana aterrizó de emergencia en una de sus estancias, la titular de los colorados,  Lilian Samaniego, no descartó que Cartes tuviera vínculos con el narcotráfico. Antes, a mediados de los ´80 fue condenado por un desfalco al Estado paraguayo de 35 millones de dólares: tenía una casa de cambia y vendía dólares a una cotización alta, cuando los obtenía del Estado a un cambio preferencial. Estuvo prófugo hasta que volvió y estuvo un año en prisión. En los años siguientes fue investigado por la DEA y otros organismos norteamericanos, así como por las autoridades antinarcóticos de Paraguay.

Un análisis de InSight Crime –organización especializada en el crimen organizado en América Latina-, sostiene que aunque no hay pruebas irrefutables de sus conexiones criminales, “la abrumadora cantidad de pruebas circunstanciales contra él es preocupante para Paraguay y la región”. Al recordar que Paraguay es el mayor productor de cannabis de América Latina y paso preferencial de la cocaína que se consume en Brasil y Argentina, así como la que es enviada a Europa, la organización afirma que los grupos criminales pueden encontrar un aliado como jefe de Estado, si las acusaciones contra Cartes son ciertas.

La vuelta del Partido Colorado al poder es un dato relevante. Cartes afirma que representa un nuevo coloradismo, pero tendrá que demostrarlo en los hechos. De palabra ya cometió un error, al elogiar “el orden y el progreso” que se vivió durante el régimen de Stroessner. Es uno de los partidos tradicionales del Paraguay y su adversario histórico fue el liberalismo. Hasta las elecciones del 2008, había gobernado más de seis décadas seguidas, incluyendo la siniestra dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989). El balance de esta dictadura fue de 4.000 a 5.000 asesinados y desaparecidos, más de 18.000 torturados y cientos de miles de exiliados. Además de una corrupción a gran escala. El Partido Colorado fue el soporte político del régimen, que tenía la otra pata en el ejército.

Nada más conocerse los resultados, la presidente argentina, Cristina Fernández, saludó a Cartes y lo invitó a reintegrarse en el MERCOSUR, del que fue expulsado tras el golpe parlamentario contra Fernando Lugo. Federico Franco, que asumió la presidencia tras el juicio sumarísimo al ex presidente, sostuvo que el país debe volver tanto al MARCOSUR como a la UNASUR. Y que se debe analizar la incorporación de Venezuela al primero de ellos, decidida en simultáneo con el apartamiento de Paraguay. No hubo en la campaña una declaración clara sobre las intenciones de Cartes al respecto, pero en diciembre pasado dijo en una entrevista televisiva que había que volver al MERCOSUR y dejar de lado la idea de Triple Alianza contra el país. Hacía referencia a la guerra que libró Paraguay, a fines del siglo XIX, contra Argentina, Brasil y Uruguay.  

El nuevo presidente asumirá su cargo el próximo 15 de agosto, por un período de cinco años, sin posibilidad de reelección. Recibirá la banda presidencial del liberal Federico Franco, que era el vicepresidente de Lugo y que se ocupó de completar el mandato del ex obispo, unos meses signados por el aislamiento internacional. 

Clara victoria del Partido Colorado en las elecciones de Paraguay