martes. 16.04.2024
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@jgonzalezok | Varios de los canales de noticias en la televisión argentina volvieron a mostrar en sus pantallas, en tiempo real y de forma continua, la cotización del dólar. Los argentinos han vuelto así a los años 80, cuando la economía estaba en tormenta permanente y se consultaba de forma obsesiva la cotización de la divisa norteamericana, para comprar billetes verdes y tratar de cubrirse. Ahora, con las redes sociales y las posibilidades que da la tecnología, no hace falta irse hasta la calle San Martín, en el centro porteño, para ver las pizarras con la cotización. Pero la preocupación es la misma y el clima social vuelve a ser de gran pesimismo.

La disparada del dólar tiene consecuencias en la vida cotidiana. Hay mayoristas y supermercados que no reponen mercaderías, a la espera de que se estabilice la moneda. Y hay productos sin precio en la góndola -solo en la caja, a la hora de pagar-, aunque es ilegal, según advirtió Héctor Polino, de Consumidores Libres.

Hay coincidencia en que el gobierno de Mauricio Macri atraviesa una crisis de confianza. A las dificultades económicas externas, y que son objetivas, se le sumaron errores políticos y económicos que desembocaron en la corrida cambiaria de los últimos días. Una situación que puede tener consecuencias en forma de cambios en el gabinete, algo a lo que se resistiría Macri, pero que se le viene pidiendo desde distintos sectores.

Hay quien pide incorporar algún ministro peronista. El columnista Marcelo Bonelli, del diario Clarín, habitualmente muy bien informado, asegura que hay sectores dentro del propio gobierno -como la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, o el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta-, que sugirieron el nombre del actual embajador argentino en Madrid, Ramón Puerta. Tendría la ventaja de que es amigo personal de Macri y es claramente anti-kirchnerista.

Pero la urgencia es detener la imparable devaluación del peso. “Argentina es el único país del mundo que se esfuerza por romper las leyes básicas de la economía”, asegura a este cronista el periodista especializado Daniel Sticco, en referencia a la desaforada compra de dólares por parte de la población, aun cuando el precio sigue subiendo. Pero también hay sectores importantes de la economía que se volcaron a la compra de dólares, como los importadores, que tienen órdenes de compra y deben hacer frente a sus compromisos.

Entre los anuncios de tipo económico que puede hacer el gobierno está la imposición de retenciones (impuestos) a la exportación, básicamente a productos agrícolas y a la minería. Una medida que había sido aplicada por el anterior gobierno de Cristina Fernández para la exportación de granos, y que provocó el primer gran conflicto de su gobierno, en la llamada “guerra del campo”. Al llegar Macri, una de las primeras medidas fue anunciar el desmantelamiento progresivo de las retenciones, pero la gravedad de la crisis, y la necesidad de recaudar, pueden llevar a restaurar medidas de este tipo.  

A pesar de la profundidad de los problemas, los especialistas señalan que lo que se ha vivido en estos últimos días fue una corrida cambiaria, no bancaria. Hay dólares suficientes y no hay ninguna posibilidad de que se repita el escenario del 2001-2002, cuando se produjo el corralito y después la suspensión de pagos. No obstante, sectores ligados al kirchnerismo difundieron por las redes sociales un mismo mensaje, evocando a un supuesto gerente de banco privado, sobre la supuesta falta de dólares.

Y es que la peor cara del peronismo vuelve a asomar estos días. La de un movimiento destituyente, que cuando no está en el poder conspira. Que sueña con ser hegemónico, aliado a sindicatos mafiosos, que anuncian una nueva huelga general. Los mismos sindicatos que le hicieron 13 paros generales a Raúl Alfonsín, e primer gobierno de la democracia.

En medio de este descalabro, la imagen de la ex presidente, Cristina Fernández, creció en el conurbano bonaerense en la primera quincena de agosto, según una encuesta de Poliarquía. El escándalo de los cuadernos de la corrupción estalló el día 1 de agosto, lo que demuestra que la figura de la ex mandataria es inmune al lodo que surge de dichos cuadernos, al menos para el núcleo duro de sus votantes.

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