jueves. 28.03.2024

@jgonzalezok / El gobierno argentino anunció que no pagará el próximo día 30 los cupones del vencimiento de la deuda reestructurada, con lo que entrará técnicamente en suspensión de pagos, el tan temido default. Un comunicado del Ministerio de Economía, afirma que lamenta la decisión adoptada por el juez Thomas Griesa, que falló en contra de Argentina en la causa de los fondos buitre, al levantar las medidas cautelares que impedían temporariamente que los bienes argentinos pudieran ser embargados para pagar a los acreedores.

El levantamiento de las medidas cautelares “imposibilita el pago en Nueva York del próximo vencimiento de la deuda reestructurada y muestra la inexistencia de voluntad de negociación en condiciones distintas a las obtenidas en la sentencia dictada por el juez Griesa”, señala el comunicado.

Con esta breve notificación, el gobierno de Cristina Fernández da un paso más en el conflicto que la enfrenta con los fondos buitre y con la justicia de los EEUU, en cuyas manos se puso la resolución de las posibles disputas derivadas de las obligaciones asumidas por Argentina con sus prestamistas.

Horas antes de este anuncio, se produjeron varios acontecimientos que tensaron la situación. El juez Thomas Griesa, que fue quien falló a favor de los fondos buitre, reaccionó a las últimas declaraciones del gobierno argentino de manera muy firme. El discurso de la presidente, Cristina Fernández, en el que consideró el dictamen como una extorsión, y el posterior mensaje a los acreedores del ministro de Economía, Axel Kicillof –“no pasarán”-, tuvieron su respuesta en la audiencia en la que estuvieron presentes los abogados del gobierno argentino y de los fondos buitre.

“Aquí hay que encontrar un mecanismo legal para que esto funcione. Argentina, en los últimos doce años, se ha reído de las sentencias judiciales, no quiero que Argentina se vuelva a reír de una sentencia judicial”, afirmó. Además dijo que las palabras de la presidente no le dieron confianza y que son un problema para la negociación. El juez duda “de la buena fe para pagar todas las obligaciones de la Argentina”.

Horas antes, el magistrado había ordenado levantar la cautelar que él mismo había dictado –a la espera de que la Corte Suprema decidiera si aceptaba o no tratar el caso-, que suspendía la ejecución de los fallos y el posible embargo de bienes del Estado argentino. Medida que ha sido la que llevó al gobierno de Cristina Fernández a anunciar la suspensión de pagos el próximo día 30, cuando debería girar a un banco de Nueva York 228 millones de dólares para pagar a los bonistas que aceptaron el canje. .

En la audiencia del juez Griesa con los abogados de ambas partes, uno de los representantes del gobierno argentino le informó al juez que la próxima semana le harían una oferta concreta a los acreedores, aunque sin precisar detalles. Un acuerdo en ese encuentro sería la única posibilidad de evitar que Argentina suspenda pagos por cuarta vez en su historia.

Circula una versión de que Argentina podría ofrecer un pago inmediato de 200 o 300 millones de dólares y el resto después de este año, en forma de bonos. De esta manera evitarían un aluvión de nuevas demandas, por parte de los acreedores que en 2005 y 2010 aceptaron un canje, con una rebaja sustancial en los valores adeudados.

La fecha del 2015 para el pago del grueso de la deuda tiene que ver con el llamado Derechos en Futuras Ofertas (RUFO por sus siglas en inglés), que vence El 31 de diciembre y que en una de sus cláusulas establece que nadie conseguiría mejores condiciones que los acreedores que entraron al canje.

“Si quieren hablar sobre un acuerdo, ellos ya saben dónde encontrarnos”, dijo a Bloomberg uno de los abogados de la parte contraria, dejando claro que pueden discutirse las formas de pago, pero no la cantidad adeudada, que asciende a los 1.500 millones de dólares.

El comunicado del ministerio de Economía anunciando la imposibilidad de pagar el día 30, termina asegurando que Argentina reitera su voluntad de pago a los acreedores que se acogieron al canje, pero no avanzó en la idea esbozada horas antes de cambiar el lugar de pago, Buenos Aires en vez de Nueva York.

De cara a la tribuna interna, el gobierno argentino inició una campaña que pretende mantener el ardor de la militancia. Buenos Aires apareció el miércoles empapelada con carteles en los que se ve el perfil de un buitre con la bandera de EEUU de fondo, y con la leyenda: “Basta Buitres. Argentina unida en una causa nacional”. Los carteles van firmados por la agencia publicitaria Equipos de difusión, del ex secretario de Medios del gobierno, Pepe Albistur. Se prepara así el terreno para el acto del próximo viernes en Rosario, con ocasión del Día de la Bandera, en el que se piensa que la presidente volverá a cargar contra los acreedores y contra la justicia de EEUU.

Organizaciones kirchneristas ya empezaron a organizar actos de tono antiimperialista ante la embajada norteamericana. La organización Tupac Amaru, lo hará con la consigna “Argentina o fondos buitre”, que recuerda la consigna del primer peronismo, en 1944, cuando estaban por celebrarse las elecciones que llevarían a su líder al poder: “Braden o Perón”, era el lema, en referencia al entonces embajador norteamericano en Buenos Aires. 

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