jueves. 28.03.2024
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Macri en una rueda de prensa en Mendoza. (Foto: Casa Rosada)

Mientras el gobierno argentino ignora el reclamo del sector docente y anticipa un drástico recorte en educación, el Ministerio de Defensa, encabezado por Oscar Aguad, invierte una millonaria suma en la adquisición de armas de guerra, que se suman a las 15 millones de postas de balas de goma adquiridas a comienzos de este año.

Las prioridades del gobierno de Mauricio Macri comenzaron a definirse desde iniciada su gestión. En el plano económico, y con la trillada argumentación del “derrame” que nunca se materializó, el presidente argentino decidió transferir recursos desde los sectores más vulnerables a los más beneficiados del país, acrecentando la desigualdad y desestabilizando a una buena porción de la clase media que en estos dos años y ocho meses ha descendido al peldaño de la pobreza. La “lluvia de inversiones” y los efectos del “derrame”, prometidos por el presidente, acabaron transformándose en un pedido de socorro al Fondo Monetario Internacional, organismo ante el cual Argentina se posiciona ahora en el primer puesto de países más endeudados del mundo.

A partir de entonces es Christine Lagarde quien maneja las riendas de la economía argentina, siendo Macri apenas un gerente que deberá aplicar los condicionamientos que se le impongan desde los Estados Unidos. La agenda de ajustes ya ha comenzado esta misma semana, y una clara demostración de las prioridades del gobierno para definir quién pagará la nueva y fenomenal deuda contraída sin previa consulta en el Congreso de la Nación, es la disolución de los Ministerios de Salud y de Trabajo.

Aún en pie, gracias a la lucha de docentes primarios y universitarios, la educación pública se sostiene a pesar de las severas restricciones del Ministerio de Educación, cuyas consecuencias se ven reflejadas en los reclamos de las 57 universidades públicas que llevan ya un mes en paro; en las 47 escuelas rurales cerradas por decisión de la Gobernadora de la Pcia. de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; y en la suspensión de clases en 80 escuelas por serios problemas edilicios.

Ni el presidente Macri ni la gobernadora Vidal ocultaron sus posicionamientos respecto de lo público. Durante su campaña electoral, el ahora presidente argentino cuestionó la inversión en universidades públicas, mientras que María Eugenia Vidal fue más lejos asegurando que “todos sabemos que los pobres no llegan a la universidad”.

Mientras desaparecen los fondos para la educación pública, crece la inversión en la compra de armamento sofisticado

Mientras desaparecen los fondos para la educación pública, crece la inversión en la compra de armamento sofisticado. Publicado en el Boletín Oficial en febrero de este mismo año, el Gobierno Nacional reveló la compra de nuevas armas destinadas a las Fuerzas Armadas, asegurando que se trata de una adquisición por “razones de seguridad y defensa nacional”.

Durante 2017, el gobierno argentino ya había autorizado el gasto de 15.700 millones de pesos para la compra de aviones de guerra, cuatro buques por 300 millones de dólares y seis aviones de combate por la suma de 219 millones de pesos. A esta compra realizada a Francia y Reino Unido, se le suma la licitación privada para la adquisición de 15 millones de postas de goma de butadieno, licitación que lleva el número 42/4-0007-LPR17.

Las anteriores experiencias neoliberales aplicadas en Argentina pudieron imponerse a fuerza de represión. Las manifestaciones en contra de los ajustes y los despidos, han sido sistemáticamente reprimidas por el gobierno nacional desde iniciadas su gestión. Pero todo indica que el malestar se incrementará en los próximos meses, cuando se pretenda decretar la Reforma Laboral al resto de recortes y ajustes ordenados por el FMI.

De momento la prioridad del Estado argentino está enfocada en sofocar posibles reacciones del sector más golpeado por las políticas del oficialismo. Un reflejo de esta realidad queda explícito en la falta de pizarrones en las aulas, y en el descomunal incremento de material bélico que espera en los depósitos de las Fuerzas Armadas.

Menos educación y más balas