viernes. 19.04.2024
In-Remembrance-of-ayotzinapa
“En recuerdo de Ayotzinapa” (Fotografía de uno de los estudiantes desaparecidos). Imagen compartida en Flickr por el usuario Lws & Clrk, utilizada en términos de licencia CC BY-SA 2.0.

Están por cumplirse 3 años de los hechos violentos ocurridos en Iguala, Guerrero (suroeste mexicano) que resultaron en la desaparición de 43 estudiantes de docencia de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. El Caso Ayotzinapa−como comúnmente se le conoce− se ha enfriado pues ha dejado de haber hallazgos o avances en las investigaciones, lo que conlleva a que su relevancia se atenúe en la agenda pública. Sin embargo, el destino de los estudiantes es lo que sigue siendo un misterio y causa de controversia.

Lo que se sabe hasta ahora

La versión más aceptada indica que los estudiantes (quienes circulaban a bordo de autobuses que habían secuestrado para asistir a una protesta) fueron privados de la libertad por la policía local para después ser entregados a un grupo armado que opera en la región, identificado como Guerreros Unidos.

El grupo criminal respondía a las órdenes del alcalde de Iguala y de su cónyuge,conocidos como la “Pareja Imperial” por las extravagancias y abusos de poder que les caracterizaban. La infame pareja estaba vinculada al Partido de la Revolución Democrática, organización opositora al régimen que gobierna al país.

La versión oficial (confirmada parcialmente por peritos de la Universidad de Innsbruck, Austria) considera que los estudiantes fueron privados de la vida y sus cadáveres fueron calcinados en el Basurero de Cocula, ubicado también en Guerrero. Este relato ha sido disputado por la opinión pública y por algunos expertos quienes no consideran factible que un incendio o pira en ese lugar haya sido lo suficientemente fuerte para incinerar los restos de los estudiantes.

Otros escépticos afirman que los estudiantes fueron trasladados por última vez a un campo militar, versión que no fue del todo descartada por los inconformes, ya que el Estado negó acceso a las instalaciones del Ejército.

Lo único cierto es que los 43 estudiantes siguen sin aparecer y sus familias continúan la exigencia de pruebas contundentes y explicaciones.

¿Justicia?

Más de un centenar de personas permanecen detenidas desde noviembre de 2014 por su presunta participación en los hechos violentos, entre ellas, los principales líderes del grupo armado Guerreros Unidos y la “Pareja Imperial”. No obstante, ninguna persona ha sido declarada penalmente responsable por lo sucedido, o sea, ni una sola condena se ha emitido respecto al Caso Ayotzinapa, a 36 meses de haberse suscitado.

El periodista Arturo Ángel, para Animal Político, retrató así la situación de la indagatoria:

Más de 120 personas han sido detenidas durante la investigación tras la desaparición de los normalistas, pero de ellos solo 70 están acusados ante un juez de haber participado en estos hechos.

Sidronio Casarrubias, presunto líder del grupo criminal “Guerreros Unidos” al que se responsabiliza oficialmente de ser el autor de la desaparición de los normalistas, se encuentra entre los detenidos pero no ha sido consignado por el caso. La PGR informó que aún no reúne los elementos de prueba para hacerlo.

Desde la desaparción, 3 personas han encabezado la Procuraduría General de la República, institución encargada de investigar los hechos y presentar a los responsables ante el Poder Judicial: Jesús Murillo Karam, Areli Gómez y ahora Raúl Cervantes. Todos ellos poseen innegables vínculos con el Partido Revolucionario Institucional (del que emanó el actual presidente, Enrique Peña) y los 3 han sido severamente cuestionados por la forma en la que el Caso Ayotzinapa ha sido manejado.

La memoria es frágil

A 3 años de los aciagos acontecimientos, son pocas las personas que recuerdan a los estudiantes y mantienen la exigencia de que sean presentados con vida y que el gobierno rinda cuentas a la ciudadanía. Quienes se esfuerzan por mantener viva la memoria y solidarizarse con los familiares de los desaparecidos, comparten videos como éste, circulado en Twitter por la organización no gubernamental Fundar:

“Así me la paso, pensando, esperando, por eso digo yo que esto es lo peor que le puede pasar a una madre”.

Jan Nimmo es otra de las personas que recuerda el caso, pese a la lenta velocidad con la que es investigado:

El periodista y productor Epigmenio Ibarra también busca que no se olvide a los estudiantes. Por eso conduce en Twitter, de manera diaria, un ejercicio de “pase de lista” en el que enuncia los nombres de cada uno de los desaparecidos y comparte imágenes de ellos. 

Apostando al paso del tiempo

Si bien el Caso Ayotzinapa fue una de las primeras dificultades que enfrentó el presidente Peña y su administración, a éste siguieron un sinnúmero de escándalos de conflicto de interés, negligencia, abuso de poder y corrupción política entorno a Peña y sus allegados. A pesar de ello, la clase política se alista para la sucesión presidencialde 2018 como si nada de esto hubiese pasado.

Por otro lado, el actual encargado de investigar la desaparición, Raúl Cervantes, enfoca sus energías en ser nombrado al frente de la aún acéfala Fiscalía General de la República, cargo que le garantizaría 9 años en el poder, convirtiéndole en un individuo virtualmente intocable o inmune ante cualquier reclamo ciudadano. La mencionada fiscalía es una institución que pretende crearse en sustitución de la actual Procuraduría General de la República.

Mientras tanto, en Global Voices −como lo hemos hecho en estos 3 años− seguiremos al pendiente del caso, así como de las historias personales en torno a los estudiantes de Ayotzinapa, como la de Aldo Gutiérrez, quien nunca es contado entre los 43, pero que resultó gravemente lesionado tras ser atacado por la policía de Iguala y permanece inconsciente en un hospital de la Ciudad de México.

Artículo escrito por J. Tadeo originalmente publicado en la web Global Voices y esta protegido por licencia CC BY-NC-SA 3.0

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Tres años de la desaparición de los 43 estudiantes en México