sábado. 20.04.2024
Juan Bautista Yofre (dcha.) y Hugo Moyano, secretario general de la CGT disidente.

En La Trama de Madrid, subtitulado Los documentos secretos sobre el retorno de Perón a la Argentina (Editorial Sudamericana), el periodista y escritor Juan Bautista Yofre ofrece un completísimo panorama sobre lo que fueron los años de exilio de Perón en España, desde 1961 a 1973. Sus relaciones con Franco –inexistentes- y la ebullición del chalet que habitó en el barrio madrileño de Puerta de Hierro, la célebre Quinta 17 de Octubre. Yofre, que durante el gobierno de Carlos Ménem (1989-1999) fue jefe de los servicios de inteligencia y embajador en Panamá y Portugal, contó con datos inéditos, como los que aportaron el archivo de Jorge Daniel Paladino, quien fuera delegado personal de Perón entre 1969 y 1971. Yofre afirma en esta entrevista con Nuevatribuna.es que Perón estaba resentido con Franco, que en esos años de exilio ni siguiera lo invitó a tomar un café, después de la ayuda que Argentina le había prestado a España en la posguerra. A lo largo del libro aparecen los militares que fueron usurpando el poder en Argentina y su relación con un Perón exiliado, y cómo se fueron desarrollando los acontecimientos que acabaron con su regreso, en 1973.

Javier M. González | ¿Por qué elige Perón España?

Juan Bautista Yofre | Primero, por una cuestión de estar en Europa. Perón va a llegar a España después de pasar por Paraguay, Panamá, Venezuela y República Dominicana. Está claro que con esos países tenía poco que ver. Perón es un hombre de cultura europea, un hombre muy culto, y para Perón, entenderse con las autoridades de aquellos países no era fácil. El mundo cultural de Panamá, en donde he sido embajador, o de Venezuela o República Dominicana con Trujillo, debe haber sido una cosa muy difícil. Entonces él quiere trasladarse a un mundo más culto. Además, va a parar a España por una cuestión de lenguaje, y también porque está Franco. Estima que Franco va a tener con él una atención especial, después de lo que él había hecho por España cuando Perón llega a la presidencia. Los trámites no fueron sencillos, van a llevar un tiempo.

¿Quién los hizo?

Los trámites los va a hacer el presidente Arturo Frondizi (1958-1962), y su canciller, Carlos Florit. Perón llega a Madrid en 1961. A Frondizi le venía muy bien que Perón estuviera más lejos. Primero se instala en algunas casas, hasta que va a vivir en 1964 a Puerta de Hierro, que tengo entendido que era un barrio todavía marginal de Madrid, hoy es algo distinto. Va a levantar esa casa con un dinero que le regala Rogelio Frigerio, un hombre de extrema confianza de Frondizi. El año 64 es un año clave también para Perón porque va a haber lo que se llama un Operativo Retorno, que fracasa porque ya estaba en el gobierno Arturo Illia (1963-1966), un gobierno del Radicalismo del Pueblo. El vuelo es frenado en Río de Janeiro, donde entra un oficial norteamericano con uniforme brasileño. Perón es obligado a volver a España y va a pasar por un proceso dificultoso. No digo humillante, pero dificultoso, porque Perón va a tener que presentarse cada cierto tiempo en la comisaría del barrio, va a ser obligado a callarse la boca, a no hacer gestiones políticas.

A esta altura no había habido ningún contacto directo con Franco…

Nunca hubo contacto con Franco. Eso va a quedar claro en la conversación que va a mantener con el doctor Puigvert (Antonio, urólogo de Perón), una madrugada en Puerta de Hierro, si no me equivoco es abril del 71. Perón le va a decir que está resentido con Franco, por todo lo que había hecho su gobierno con España. Y Franco no lo invitó nunca a tomar un café, ya no hablo de una cacería, pero sí a tomar un café o a conversar, aunque fuera en secreto. Franco, a su vez, por aquél mismo tiempo va a tener una entrevista con el periodista argentino Bernardo Neustadt y va a decirle que más no podía hacer por Perón. Una avenida llevaba el nombre de su esposa, y otra avenida llevaba el nombre del propio Perón. Y que tenía presiones de los gobiernos argentinos, especialmente a partir del gobierno de Illia, que llega al gobierno en 1963 y que no quería que el viejo opinara demasiado. Perón acepta las condiciones, no habla de política públicamente, no mantiene contactos políticos en España ni puede hacer demasiada tarea política desde España hacia la Argentina. Entre los años 64 y 69 va a ser un Perón que no va a tener demasiado acceso a la política argentina. Hasta que en mayo de 1969 se produce el Cordobazo (estallido de violencia social que sería el principio del fin de la dictadura del general Onganía). Entonces esa residencia de Madrid va a ser un punto obligado de las miradas de los argentinos.

¿La presencia habitual de Pilar Franco en la Quinta 17 de octubre, es anecdótica?

Absolutamente. Según los historiadores, Franco no le prestaba mayor atención a su hermana. Pilar Franco era una mujer que iba mucho a lo de Perón, salía de compras con Isabel, pero nada más.

El que fuera delegado de Perón, John William Cook, presionaba para que Perón viviera en Cuba. ¿Por qué eligió España?

Hay un día que es vital para el peronismo. Es el 24 o 25 de marzo del 59, en la República Dominicana. Allí tratará permanentemente con el agregado militar español, el coronel Herrera, muy franquista, que va a ser uno de los que le va a ayudar a llegar a España. Herrera era además, asesor en la escuela de cadetes, cuyo director era Ramfis Trujillo. Perón no era comunista, no creía en Fidel Castro

¿Se entrevistó en Madrid con el Ché Guevara, como sostienen algunos autores?

Hay algunas publicaciones en Argentina que así lo han dicho. Algunos sostienen que Guevara entró a la residencia de Perón vestido de sacerdote para desviar la atención de los policías españoles que estaban en la puerta. Rogelio García Lupo es uno de los periodistas que han hablado de eso, yo no estoy tan seguro. Yo tengo otras fuentes que dicen que no se vio con el Ché. Pero da lo mismo, él tenía relación con el embajador cubano en Argel y está claro que en algún momento Fidel le mandó un emisario, pero yo tengo entendido que no fue el Ché Guevara.

En el libro se afirma que tanto José María de Areilza, que fue embajador en Argentina durante la primera presidencia de Perón (1946-1955) como Manuel Aznar, que también fue embajador en Buenos Aires, le daban informes muy negativos a Franco sobre Perón…

Sí, lo cuenta en su libro Francisco Franco Salgado-Araujo (Mis conversaciones privadas con Franco). No hay demasiadas referencias en los libros de historiadores españoles sobre Perón, pero en este sí. En sus conversaciones, Franco es un tanto negativo sobre Perón, sosteniendo que estaba rodeado de corruptos y masones, principalmente de masones. Franco tenía un respeto especial por Evita, y no era tanto el respeto que tenía por Perón.

¿Qué diferencias políticas hay entre Franco y Perón?

Si tú me preguntas yo te voy a decir con toda sinceridad que no las conozco. Las diferencias eran de estilo. Veo un Franco no proclive al retorno del peronismo al poder, porque daba la sensación de desorden. Se lo va a advertir al general Lanusse. Franco tiene un gesto insólito, ya que en plena campaña electoral en Argentina, en 1972, recibe la visita oficial de un presidente de facto como Lanusse. Franco le preguntó si iba a haber elecciones y quién va a ganar. Cuando Lanusse le dice que el peronismo, Franco le pregunta entonces que para qué va a haber elecciones. Según el libro de Román Lejtman (Perón Vuelve), los informes de los embajadores españoles en Buenos Aires iban reflejando la posibilidad de que el peronismo perdiera. Fue un error de apreciación de los españoles. Yo no sé con quién conversaban, pero parece que no tenían conciencia de lo que estaban viviendo, quizá estaban encerrados en ese fabuloso edificio, la residencia de los embajadores. El peronismo no podía perder, había un clima de rebeldía a todo lo que fuera gobierno militar.

Perón era espiado por los servicios secretos españoles. Usted cuenta en el libro que el telefonista del Hotel Gran Vía de Madrid, informaba a Perón de las comunicaciones que tenían con Buenos Aires los numerosos personajes que lo visitaban. Pero ¿tenía Perón informantes dentro del gobierno español?

Está claro que Perón tenía relación también con algún sector de la inteligencia argentina. A partir de eso él podía saber lo que opinaban de él en España. Y no dejo de especular con que algunos miembros de la cancillería argentina, algunos diplomáticos, tenían acceso directo con Perón.

Perón dijo en algún momento que su secretario en Madrid, José López Rega, era de la CIA. Y hay historias de que Isabelita fue colocada por los militares argentinos para espiarlo. ¿Qué hay de esto?

Está claro que López Rega e Isabel tenían un especial interés en volver a la Argentina con Perón y llevarlo al poder, porque detrás de ese poder iban a estar ellos. Está esa confesión de Paladino al coronel Reston, cuando le dice que iban a traer a Perón a la fuerza si era necesario. López Rega e Isabel lo van a obligar a volver.

La vuelta de Perón fue una señal para el régimen franquista de su enojo con España…

Sí, porque va a volver por primera vez en noviembre del 72, vía Italia. Perón no quería salir desde Madrid, no quería darle a España ese gesto de partir de ahí. Detrás del retorno de Perón a Argentina, además, hubo intereses europeos, italianos, muy fuertes. No se puede esconder, tampoco, el peso importante de la P2 (la logia masónica de Licio Gelli). Los grandes contactos de Perón, los que lo van a trasladar de Madrid a Roma, son los que le van a presentar a gente ligada con empresarios italianos, la FIAT, por ejemplo, la P2, o Gian Carlo Elia Valori. El otro gesto para España es cuando él va a Roma, en abril del 73, ya con Cámpora electo presidente. Cuando él baja en Europa, su primer pie lo pone en Italia, donde lo va a estar esperando Perón. De ahí van a ir a España, por pedido expreso de la cancillería española, donde van a tener un encuentro con Franco, que sería el primero de Perón. ¿Qué se conversó?, no se sabe. Ahí, Cámpora va a tener un error garrafal en su diálogo con los periodistas, cuando dice delante de Perón que él es un hombre que ha llegado al gobierno y al poder, cuando la consigna del momento era que Cámpora llegaba al gobierno y Perón al poder. Por eso yo creo que para esa época la suerte de Cámpora estaba echada.

Entre las condiciones que pone el general Lanusse cuando convoca elecciones, es que los candidatos deberían vivir en Argentina antes de una fecha, el 25 de agosto de 1972. Una cláusula que afectaba a Perón, que aún vivía en Madrid. ¿Por qué Perón no vuelve antes y se presenta, en vez de delegar en Cámpora?

Porque Perón iba a volver cuando él quisiera, no cuando lo condicionara el gobierno militar. Y porque él además pensó que no viniendo y llegando acá en noviembre del 72, acá se iba a producir un 17 de octubre (como la inmensa movilización popular que en 1945 lo llevó a la presidencia) y que el gobierno militar iba a caer. Pero eso no ocurrió.

El no se esperaba que sucediera lo que pasó en el gobierno de Cámpora, como la liberación de los presos de organizaciones armadas o el control de los Montoneros de importantes sectores del gobierno…

Lo pasaron por arriba a Cámpora. El proceso de Cámpora en el poder no podía durar más de seis meses, pero duró 43 días. Los que se dieron cuenta que Cámpora no iba a estar mucho tiempo eran los Montoneros. Entonces avanzaron sobre el poder lo más que pudieron, para que cuando llegara Perón tuviese que negociar con ellos. Eso provocó la caída de Cámpora. Ocuparon los edificios públicos, sucedió la liberación de los presos. Para Perón era terrible, que evocó aquella imagen sobre los pajaritos, cuando le dice al edecán militar de Cámpora que es muy fácil abrir la jaula a los pajaritos (los presos), pero es muy difícil meterlos de nuevo.

Pero hubo un momento en que Perón alentó la lucha armada…

No, no la alentó. Las organizaciones armadas se ofrecieron. Cuando tú estás en Madrid, queriendo volver al poder de nuevo, y vienen y te ofrecen, tú tienes que decir que sí. Perón sabía qué significaba cada cosa, se lo va a decir en abril del 71 al coronel Cornicelli, enviado de Lanusse, que le pide si puede haber de su parte algún tipo de condena a los hechos violentos de las organizaciones armadas. Perón le dice, si yo hiciera eso, no me obedecerían. Eso tiene otra raíz, que ustedes no conocen. En el año 61, Fidel Castro crea Punto Cero, la base de formación de guerrilleros más importante. El primer alumno fue un argentino, Ricardo Massetti, que va a aparecer en Orán, Salta, con cubanos (una avanzada de la guerrilla enviada por el Ché). Yo creo que la Argentina será uno los países que más va a sufrir la intromisión cubana en América del Sur. Cuando tú tomas los nombres de los que pasaron por ahí, en sus distintas acepciones ideológicas, vas a ver que todos pasaron por Cuba. Empezando por el primer secuestro importante, que es el de Aramburu (ex presidente de facto, asesinado por Montoneros): Fernando Abal Medina pasó por Cuba, Norma Arrostito pasó por Cuba, dentro del proceso de la Conferencia de la OLAS, Organización Latinoamericana de Solidaridad. Perón tenía que montarse en eso para poder llegar al poder. El papel de las organizaciones armadas en Argentina era morderles los talones a los militares para que se fueran. Además, las organizaciones armadas y el clima conflictivo que se vivía en Argentina posibilitaron que Perón volviera con el mayor apoyo, que no había tenido en el 64. Apoyo que incluyó a los Estados Unidos, la masonería, la dirigencia empresaria, la dirigencia sindical, gran parte de la dirigencia política. Todos querían que volviera, porque estimaban que era el único que podía enfrentar a la guerrilla y así ocurrió.

¿Qué le aportó a Perón su exilio en Madrid?

Él dijo que había vuelto a estudiar. Que en los 10 años que había estado en el poder no había podido leer un libro, cosa que es cierto, tú lees expedientes, no libros. Y Perón, cuando uno ve su biblioteca, era un hombre leído. Uno lo escuchaba hablar y se daba cuenta que tenía un buen lenguaje y riqueza de vocabulario. Quizá con Frondizi fue uno de los hombres más leídos de la Argentina de aquellos años. ¿Y qué estudio? Por lo pronto algo que en la Argentina no se había tenido en cuenta, como es el medio ambiente. Después tiene que haber estudiado el proceso de consolidación europea. Perón era uno de los hombres mejor informados sobre Argentina viviendo en España

¿Y cómo podía ser, sin Internet, con teléfonos como los de antes?

A través de cartas, informes que le llegaban. El tiempo tenía otra velocidad, era más lento. Tres o cuatro días era sinónimo de rapidez. Con enviados especiales, con cintas de cassette. Además Perón era un hombre que podía leer a la distancia, conocía el proceso profundo de la Argentina, con información y un poco de viveza, que tenía mucha, siendo un estudioso de la estrategia, podía ir marcando una trayectoria.

A pesar de que Perón estaba enfermo y muy cómodo en Madrid, se siente obligado a volver…

Era su reencuentro con la historia. Y además venía a morir a la Argentina, a lo grande. Pero él adoraba a España, a su gente, adoraba su jardín, su barrio, él lloró cuando se despidió ese 20 de junio de su jardín. El sabía que dejaba eso. Era un hombre reconocido por la calle, eso le gustaba, tenía sus lugares donde iba a comer o a tomar su café… eso lo cuenta muy bien Enrique Pavón Pereira, su biógrafo oficial. 

“Perón estaba muy resentido con Franco”