sábado. 20.04.2024
isabel zendal
Díaz-Ayuso en el hospital Isabel Zendal. (Imagen de archivo)

La sanidad es una competencia exclusiva de las comunidades autónomas desde 2002 y, por tanto, en Madrid, donde el Partido Popular lleva gobernando 25 años, la sanidad es un reflejo de su modelo sanitario y de su gestión. Ejemplos de tal gestión son:

  1. Una Atención Primaria (AP) muy debilitada, con escasos recursos y plantillas incompletas y congeladas, a pesar del aumento de población de 1 millón en 20 años. Las plantillas de AP de enfermeras, médicas ó administrativos de Madrid son las más sobrecargadas del país. Durante la pandemia, la Comunidad ha favorecido la desorganización y sobrecarga de la AP, cerrando sus Urgencias (siguen cerradas desde hace 1 año), no dotándoles de equipos de protección, cerrando parte de los Centros de Salud, aprovechando mal la capacidad de estos centros para vacunar, etc.
     
  2. La Atención Hospitalaria en Madrid ha reducido plantillas en 5.000 sanitarios desde la anterior crisis, y aunque se construyeron 11 nuevos hospitales desde 2007, esto no se traduce en aumento de camas ni mejoras asistenciales, permaneciendo cerradas 2.000 camas de hospitales públicos. Así se justifica que se deriven pacientes a centros privados concertados, subiendo el gasto en conciertos un 321% en 18 años. Durante la pandemia ha habido desatención a enfermos con enfermedades crónicas y otras patologías.
     
  3. Se ha privatizado, total o parcialmente, la gestión de los 11 nuevos hospitales, así como la analítica y la radiología de la mitad de los mismos. Y en todo el sistema también las citas telefónicas, la informática, gran parte de hemodiálisis y diálisis peritoneal, la asistencia respiratoria ambulatoria, las ambulancias, lavandería, limpieza, hostelería y seguridad, parte de la atención de cuidados paliativos, etc. En estas actividades privatizadas no se realizan auditorias, ni controles de seguridad.
     
  4. El gasto sanitario público ha sido inferior en Madrid en casi 2 puntos del PIB a la media del gasto de las comunidades, a pesar de que Madrid, como todas las CC.AA., recibe del Gobierno recursos equitativos para financiar sanidad en función de su población.
     
  5. Gastos ineficientes, como los 50 millones en adaptar el pabellón del IFEMA para asistencia hospitalaria, que estuvo abierto 40 días. Se podía volver a abrir, pero han preferido construir las naves del Isabel Zendal que va costando ya 150 millones de €, y no reúne condiciones hospitalarias (carece de quirófanos, de laboratorios, de intimidad para los enfermos, no tiene plantilla, etc.).
     
  6. La Dirección General de Salud Pública de Madrid se cerró durante 7 años (2008 a 2015), por decisión política del Gobierno del PP, no desarrollando ese tiempo tareas de Salud Pública ni Planificación Sanitaria. Ahora, durante la pandemia, se sigue una política que posterga la salud de la población al negocio de la hostelería, defendiendo medidas laxas de aislamiento en bares y restaurantes, y financiando campañas turísticas que inducen el turismo de borrachera. Esto ha generado que tengamos la incidencia más alta de infección (doblando la media del país), la tasa más alta de ingresos Covid-19 y de ingresos en UCI. Además, Madrid tiene una de las tasas más altas de fallecidos, protagonizando en la primera ola de la pandemia, el episodio vergonzoso que afectó a ancianos ingresados en residencias al no permitir el traslado a hospitales a ancianos enfermos de Covid, al tiempo que se negaba la medicalización de las residencias, lo que ocasionó un exceso de muertos por Covid de 5.300 ancianos fallecidos, en circunstancias penosas con falta de asistencia.
     
  7. Por todas estas razones: maltrato a los sanitarios, recortes deliberados, privatizaciones sin sentido, ineficacia y gastos ineficientes, desprecio por nuestra salud y mala atención a los ancianos, es necesario apartar al Partido Popular de la gestión sanitaria pública de Madrid, acudiendo a votar el 4 de Mayo, a partidos de izquierdas.

La vergüenza de la gestión de la sanidad madrileña