viernes. 29.03.2024

Murió el tristemente célebre "Billy el Niño", sanguinario y sádico torturador de la dictadura franquista. Hoy la caverna política española está de luto, y no será demasiado sorprendente que la trama nazi/fascista que desdichadamente aún cuenta con algunos vestigios en España, se apresure a organizar algún acto de exaltación de este asesino como pueden ser funerales, novenas, minutos de silencio, etc. No sería descartable ni me produciría sorpresa alguna que, en los próximos días o meses, algún miembro de las "camadas negras!" se levante en los Plenos de algunos Organismos o Ayuntamientos,  para proponer que la dedicación de una calle o plaza al connotado torturador, o a pedir que se le nombre Hijo Predilecto de la Ciudad o el Municipio.

¿Qué nos pasa a los españoles que permitimos que reyes absolutistas y felones, dictadores tiranos y sanguinarios, y torturadores "perros de presa" al servicio de aquellos mueran en sus camas y sean despedidos con inmerecidos honores civiles y militares?. Ante estas realidades, actuales e intuidas a plazo, vuelvo a preguntar: ¿Qué nos pasa a los españoles?. ¿Cual y cuanta ha sido la degradación de la vida y conciencia política para que este pueblo que, comparativamente con el armamento y socios bélicos del enemigo franquista (si enemigo remarco que no rival), casi con palos, trabucos roñosos y escopetas de caza resistimos durante ¡¡tres largos años!! a la bien pertrechada coalición político/militar del sublevado franquismo, el nazismo alemán y el fascismo italiano, y durante CUARENTA años más a la dictadura impuesta a sangre y fuego, se esté dejando arrebatar sin prácticamente resistencia digna de tal denominación los limitados derechos y libertades a tan alto precio de sangre (si sangre), sudor y lágrimas conquistados?.

Prisión Provincial de Santander

Para los que sufrimos en carne propia las detenciones, despidos de los trabajos, torturas, encarcelamientos y muertes durante la no tan lejana dictadura y de sus "dobermans", hoy podría haber sido un día de enhorabuena. Pero si bien es cierto que alguna satisfacción podemos sentir por la desaparición en España de una auténtica alimaña, el que el tal Billy haya hecho "mutis por el foro" sin ser juzgado y condenado como sus crímenes merecían hace que, una vez más, veamos frustrada nuestro legítimo deseo de ver de alguna manera, política, moral o eticamente compensados nuestros sufrimientos.

Por lo que a mi y a tantos como yo se refiere, lo que como represaliado por el franquismo pueda ser un motivo de satisfacción el que la desaparición de Billy el Niño haga que en España haya un monstruo menos, no puede enmascarar un cierto poso de amargura. Porque sin necesidad de irnos tan lejos como Madrid y su Billy el Niño, aquí, en Cantabria, pasamos por el trauma de ver impotentes como "nuestros Billy,s los Niños" de la siniestra Brigada Político Social: Solar, Cabezas, Cuervo, San Miguel, "el Julito", Belinchon, ...., llegada que fue la "transición", edificada en buena medida sobre las heridas aún frescas de los torturados y encarcelados por soñar y luchar por un futuro democrático para España, a los citados torturadores no sólo no se les hizo rendir cuentas de sus crímenes, sino que todos ellos fueron ascendidos en el escalafón policial, o ubicados en importantes y bien remunerados puestos en la Administración. Y para más INRI, no todos fueron ascendidos o "colocados" por gobiernos de la derecha más o menos cavernaria.

Estas son mis preguntas, a las que no encuentro respuestas razonables, pues las que encuentro me alarman bastante.

PERDON. Estoy dispuesto a admitir que alguien piense que esta diatriba no es más que la resultante de unas cuantas - demasiadas -  frustraciones de sueños no totalmente digeridas. Pero son verdades innegables, por más que tantos no las quieran mirar de frente.

José LÓPEZ COTERILLO

Detenido por la Brigada Política y Social. 25 veces. Despedido laboral. 3 empresas. Torturado por la BPS. Condenado a 8 años de prisión por el Tribunal de Orden Público. (Hasta 15 días después de la muerte del dictador.

Primer secretario general de CC.OO de Cantabria

                                                                     

                                                           

Entre la satisfacción y la amargura ¿Qué nos pasa a los españoles?