viernes. 29.03.2024
sanidad
Foto de archivo EFE
 

La Sanidad Pública se encuentra en una situación crítica que debería afrontarse de manera urgente si no queremos que acabe por colapsarse de manera irreparable, y para ello se precisa abordar las siguientes cuestiones:

1.- Salvar la Atención Primaria en situación crítica tras los recortes de 12 años del Partido Popular y la estrategia aplicada para hacer frente a la pandemia de la COVID: Esta política ha dejado el presupuesto para Atención Primaria en el 14% del gasto sanitario, totalmente insuficiente para atender más del 80% de la demanda de salud que recae sobre este nivel asistencial; falta de personal con un déficit estimado de más de 30.000 trabajadores necesarios; equipos mal dimensionados que hacen recaer innecesariamente el 80% de la demanda sobre en las consultas medicas; listas espera que superan ampliamente la semana; barreras para contactar con los centros de salud por falta de personal administrativo y de líneas telefónicas; suplantación de las consultas presenciales por las telefónicas; cierres de centros de salud rurales y de urgencias extrahospitalarias; abandono de la promoción, prevención y rehabilitación; ausencia de participación y de colaboración con la población y con las instituciones locales para actuar sobre los determinantes de la salud; etc. El desmantelamiento de la Atención Primaria favorece que la población con más recursos huya a los seguros privados (en buena parte seguros basura como muestran unas pólizas de 15 euros) y pone en riesgo a todo el sistema sanitario publico dado que la AP debería ser su puerta de entrada y su eje funcional.

2.- No existe coordinación entre servicios asistenciales (AP y hospitales), Servicios de Salud Pública, trabajo social y atención a la dependencia, etc. Esta situación impide una atención de salud integral, limita la capacidad de afrontar nuevas epidemias y plantea las necesidades de introducir cambios organización y funcionales en los servicios asistenciales, de salud pública y de atención a la dependencia con carácter urgente. 

3.- Reactivar, reformar y mejorar el funcionamiento de los hospitales públicos: Los recortes de camas, la introducción de la gestión privada y la estrategia aplicada para hacer frete a la epidemia cerrando servicios y paralizando los recursos diagnósticos y la actividad quirúrgica, ha incrementado las listas de espera y deja sin atención a patológicas de gran repercusión para la salud lo que incrementa la mortalidad evitable. Esta situación ha empeorado la calidad, la racionalidad, la eficiencia hospitalaria y ha favorecido la privatización ya que muchos servicios de salud autonómicos han incrementado las derivaciones de pacientes a los centros privados, que han experimentado un fuerte crecimiento.

4.- Revertir las privatizaciones: Los Hospitales de Colaboración Público Privada en manos de multinacionales están presentando una fuerte resistencia a su reversión al sistema publico (en la Comunidad Valenciana han recurrido a medidas de presión, chantaje y artimañas legales). Paradójicamente la ministra Darias parece apostar por todo lo contario con el anuncio de una Proposición de Ley (anteproyecto) que con el argumento de garantizar la universalidad, la equidad y la cohesión del SNS, pretende blindar la Ley 15/95 de Nuevas Formas de Gestión, la Colaboración Público Privada (Consorcios, Contratos y Encomiendas de Gestión, hospitales PFI, etc) y perpetuar el Modelo MUFACE (que traslado la asistencia de los funcionarios públicos a las aseguradoras privadas). 

5.- Recuperar el Sistema Sanitario Público tras la pandemia COVID: La Sanidad Pública ha sufrido un fuerte deterioro durante la pandemia lo que hace necesario realizar un gran esfuerzo para su recuperación. Sin embargo, tanto el Ministerio de Sanidad como la mayor parte los Servicios de Salud de las CCAA han reducido el presupuesto de Atención Primaria. Por otro lado los Fondos Europeos para la reconstrucción tras la COVID no dedican dinero para recuperar y potenciar la Sanidad Pública ni la Atención Primaria se destinan fundamentalmente (casi 1.000 millones de euros) a potenciar la Colaboración Público Privada (investigación privada con fondos públicos), apoyar a los laboratorios farmacéuticos, comprar y renovar aparataje tecnológico para los hospitales, etc., mientras no destinan ningún dinero a recuperar una Atención Primaria sumida en el caos y el desmantelamiento. Esta situación impide o limita el derecho de la población a la atención sanitaria, favorece el enfrentamiento entre la ciudadanía y el personal sanitario que, en buena parte, se encuentra sumida en la frustración y el deterioro profesional (muchos sanitarios de SAP han manifestado su deseo de abandonar la profesión o escapan a otras especialidades).

6.- Contralar y racionalizar el gasto Farmacéutico y de Nuevas Tecnologías: Este gasto continua creciendo de manera aparentemente imparable, especialmente el hospitalario, como consecuencia de la aprobación de nuevos fármacos para el cáncer, tratamientos biológicos, enfermedades autoinmunes o la medicina personalizada, a pesar de que apenas aportan mejoras respecto de los actuales y cuyos precios no se corresponden con los costes de investigación y comercialización por los laboratorios (pese a que su investigación cuenta con un gran apoyo del sistema público) y que de mantenerse esta progresión pondrían en riesgo la sostenibilidad del sistema. La ausencia de instrumentos para evaluar los nuevos aparatos tecnológicos y la presión de los lobbies de las industrias multinacionales favorece su crecimiento y diseminación irracional en el sistema publico. 

7.- Potenciar la investigación y la docencia del Sistema Sanitario Público: Los fondos para investigación son escasos en comparación con otros países y nos responden a las necesidades de salud de la población o de la mejora del funcionamiento del sistema publico. En su mayor parte están controlados por fundaciones hospitalarias controladas por laboratorios multinacionales y se destinan a ensayos clínicos que favorecen la extensión de los mismos por el sistema. En AP la investigación la podríamos catalogar de irrelevante. 

Por todo ello necesitamos realizar de manera prioritaria y urgente:

  • Suprimir las barreras para contactar con los Centros de Salud y dejar las consultas telefónicas para información, renovación de recetas, resolución de dudas, temas burocráticos, bajas laborales, etc. Acabar con las listas de espera en Atención Primaria y reabrir los Centros de Salud y las urgencias hospitalarias cerradas durante la pandemia. 
  • Aprobar un Nuevo Modelo de financiación autonómica que garantice la suficiencia y la equidad e incrementar el presupuesto de Atención Primaria hasta el 20-25% del total sanitario. 
  • Contratar nuevo personal de todas las categorías, incorporar nuevas categorías a los Centros de Salud (trabajo social, fisioterapia, salud mental, logopedia, salud temprana, etc). Según el Servicio Público de Empleo hay 1.042 médicos y 2.000 enfermeras en busca de trabajo 
  • Suprimir las restricciones para solicitar pruebas por la Atención Primaria, potenciar los procesos asistenciales controlados desde los Centros de Salud
  • Elaborar de manera consensuada un Nuevo Modelo de Atención Primaria, resolutivo, participativo y comunitario.
  • Potenciar la coordinación de los recursos sanitarios, salud pública, sociosanitarios, dependencia y de la comunidad para afrontar nuevas pandemias y las actuaciones obre los determinantes de la salud.
  • Desarrollar la participación social y profesional en la planificación, gestión y control del Sistema Sanitario 
  • Elaborar un Plan urgente para poner a pleno rendimiento los hospitales públicos para acabar las listas de espera acumuladas durante la Pandemia.
  • Mejorar la gestión de los centros profesionalizando las gerencias y acabar con la doble dedicación del personal a la sanidad publica y privada.
  • Abandonar el recurso a la Colaboración Público Privada, reintegrar al sistema público los centros hospitalarios cedidos al sector privado y acabar con el Modelo MUFACE. Continuar y extender a todas las CCAA la reversión de los centros y recursos privatizados. 
  • Abandonar la política de personal basada en la inestabilidad y la precariedad, mejorar las condiciones salariales e incrementar las plazas docentes de las diferentes categorías de la Atención Primaria. Potenciar el Modelo Comunitario en la formación de nuevos especialistas de todas las categorías modificando el funcionamiento y la orientación de las Unidades Docentes de Atención Primaria.
  • Plan para racionalizar y controlar el crecimiento del gasto farmacéutico y en tecnología sanitaria (Centrales de Compras, Agencias Pública para evaluación de nuevas tecnologías, potenciación de medicamentos genéricos, políticas de fijación de precios y de financiación por el sistema publico, creación de un Laboratorio Público y rechazar la política de precios de medicamentos por resultados 
  • Incrementar el presupuesto para investigación con recursos públicos y orientarlo a los principales problemas y necesidades de salud, financiado y gestionada directamente por el SNS

Son muchas cuestiones, que hay que abordar, pero se precisan medidas urgentes y concretas y no parece que vayan a ser abordadas de manera consecuente por las distintas administraciones sanitarias, por lo que es cada vez más necesaria una amplia y unitaria movilización social y profesional para lograrlo.

Temas prioritarios para la sanidad pública en 2022