jueves. 25.04.2024
VOX 550
Dirigentes de Vox. (Imagen de archivo)

Desde que se tienen registros oficiales, en 2003, en España han muerto 1.133 mujeres víctimas de la violencia de género según datos del Ministerio de Igualdad a 15 de marzo. La cifra más baja se registró el pasado año, con 44 asesinatos. Una cifra tremenda que justifica por sí sola la necesidad de seguir luchando desde todos los ámbitos contra esta lacra.

La ONU ha estimado que la violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo, situándose por delante de las muertes provocadas por cáncer, accidentes de tráfico o incluso las guerras.

A nivel mundial, la violencia de género es un lacra histórica y endémica. Según la OMS, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual.

El Convenio de Estambul, firmado por medio centenar de países, entre ellos España, reconoce que la violencia contra la mujer es estructural y “está basada en el género”. Por eso tiene que tener un reconocimiento legal, porque es una violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo; de ahí el concepto de violencia de género.

Hablamos de Derechos Humanos. “La violencia de género y la discriminación de las mujeres no tiene fronteras ni distingue edad, raza, profesión, origen social o nivel cultural y por ello su abordaje se inicia verticalmente desde el Derecho Internacional de Derechos Humanos”, ha subrayado la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE).

“Las distintas caras de la violencia de género solo pueden entenderse con perspectiva internacional porque traspasan fronteras y son una cuestión de orden público”, añade la AMJE. 

Hasta aquí algunos datos, grosso modo. Pero hay más y se contabilizan desgraciadamente cada día. ¿Qué no quiere entender la ultraderecha de Vox sobre la violencia de género o las leyes de igualdad?

¿Conoce el partido de Abascal la definición de ‘debida diligencia’? Es un término anclado en los derechos humanos, para evitar precisamente su vulneración. Lo recoge el Convenio de Estambul para explicitar la obligación de los Estados de adoptar todas las medidas necesarias para preservar el pleno derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.

De eso se trata. De eso tratan los presupuestos asignados a Igualdad, para prevenir y sensibilizar, para educar, para luchar contra esa violencia machista que provoca muerte y orfandad. Por no hablar de la violencia vicaria, de la violencia económica… de toda violencia contra las mujeres, también la que les discrimina en muchos otros ámbitos.

Pero la ultraderecha sigue haciendo su cruzada contra los derechos de las mujeres, contra el derecho a la igualdad consagrado en nuestra Constitución. Los 20.000 mil millones de euros a los que alude Vox y ahora dirigentes del PP como Isabel Díaz-Ayuso no son en exclusiva para el Ministerio de Igualdad, sino para el Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres, que se desarrollará entre 2022 y 2025 y que incluye, tal y como ha recordado la ministra Irene Montero, permisos de maternidad y paternidad; escuelas infantiles de 0 a 3 años, planes para la conciliación, brecha salarial, incentivos a la contratación, y lucha contra las violencias machistas.

Hablamos de violación de Derechos Humanos, y pese a ello, pese a todo, el PP ha comprado el discurso negacionista de Vox sobre la violencia de género y sobre la ley de igualdad. Lo ha hecho el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, al aceptar las condiciones de Vox para formar gobierno que incluyen hablar de “violencia intrafamiliar” sin mencionar la violencia específica contra las mujeres. "Vamos a tratar a todas las víctimas por igual, sean hombres o mujeres", afirma el dirigente del PP. 

Al mismo argumentario se han sumado la portavoz del PP, Cuca Gamarra, y hoy mismo el consejero andaluz de Salud y Familias, Jesús Aguirre, que defiende que el concepto de "violencia intrafamiliar" puede ser preferible al de "violencia de género" por ser más "representativo", en la medida en que el primero incluye al segundo.

Pero no se trata de ‘incluir’, sino de diferenciar, porque el término ‘violencia de género’ -repito- reconoce expresamente la violencia que se ejerce sobre las mujeres por el hecho de ser mujeres.

Hasta hoy parecía que había un consenso democrático en nuestro país sobre ello y corremos el riesgo de poder dar zancadas hacia atrás diga lo que diga la razón, la justicia, el derecho internacional, la cruda realidad.

Por eso, una se pregunta: ¿Qué no quiere entender Vox? ¿Qué hace el PP siguiéndole a la zaga? ¿Qué hacen los ‘populares’ comprando estos argumentos del negacionismo más rancio?

¿Qué no quiere entender la ultraderecha sobre la violencia de género o las políticas de...