martes. 08.10.2024
AYUSO COVID

Isabel Díaz Ayuso y su consejero de Sanidad acaban de hacer público un plan para afrontar los rebrotes de coronavirus en la Comunidad de Madrid, después de ponerse de perfil ante el aumento de casos en la región, y la evidente falta de rastreo de los contactos lo que hace que los datos de casos nuevos sean una incógnita, dado que la mayoría se están produciendo en personas jóvenes y con escasa o ninguna sintomatología, a pesar de que el goteo de ingresos en los hospitales empieza a producirse.

Este plan es tardío porque impone el uso obligatorio de mascarillas y otras restricciones (reuniones, etc.) cuando ya existe transmisión comunitaria en la región. Una medida que debiera haberse adoptado hace tiempo dado el notorio incumplimiento de las medidas de seguridad por una parte significativa de la población, en parte alentados por los Trump y Bolsonaro locales.

Pero lo más grave es que es insuficiente, porque no asegura a la región los medios sanitarios precisos para afrontar los rebrotes. Solo señalar los hechos mas relevantes: el número de camas cerradas es muy elevado, y como alternativa se plantea la reapertura de camas en el IFEMA que conviene recordar es un hospital de campaña abierto a toda prisa de manera improvisada y luego cerrado incomprensiblemente (eso sí pagamos a empresas privadas para hacerlo y mantenerlo y se supone volveremos a pagar para esta nueva reapertura y su posterior cierre), en lugar de cómo sería lo lógico reabrir las camas cerradas en los hospitales (en este caso de gestión pública), pero es más, abrir un hospital no es poner camas y equipamiento, sino y sobre todo, dotarlo de personal de todas las categorías, ¿de donde va a salir este?. Desde luego el plan no contiene ninguna previsión al respecto (a menos que se entienda por tal el interés de la Comunidad por dotar de sacerdotes católicos a los centros sanitarios), y los antecedentes de rápidos despidos tras el primer cierre del IFEMA no van a poner fácil el encontrar profesionales, porque aunque la Comunidad de Madrid parezca ignorarlo el personal sanitario no es material desechable, “de usar y tirar” y ahí tiene las movilizaciones de los MIR para demostrárselo.   

La Atención Primaria está más debilitada que al inicio de la pandemia (hay numerosos centros de salud con apertura limitada, los efectivos son muy reducidos, no se han cubierto las vacantes por vacaciones, etc.), con lo que su capacidad de respuesta, ya mermada tras años de recortes es aún menor en este momento. Y como guinda el número de rastreadores es notoriamente insuficiente, se habla de 360 para una población de 6,5 millones de personas cuando deberían situarse como mínimo en torno a los 40 por 100.000 habitantes (2.600) para garantizar una respuesta eficaz, en una Comunidad donde por sus circunstancias de densidad de población de movilidad el rastreo de contactos es una tarea muy complicada. Por otro lado, el tema de las residencias de mayores, verdadero foco de la mortalidad en la región, se circunscribe a restringir las visitas, no a garantizar mejores condiciones de las mismas como seria imprescindible.

Con la llamada cartilla Covid19, ¿volveremos a los lazaretos y a los enfermos con campanilla como se hacía con los leprosos en la Edad Media?​

Por fin la propuesta mediática, la llamada cartilla Covid19 parece una idea extravagante en la línea de las ocurrencias de IDA y su consejero (aunque quizás se trata de otra fuente de sustanciosos contratos a alguno de sus amigos) porque se desconoce la inmunidad y la duración de la misma que pueda provocar la enfermedad por lo que ninguna entidad sanitaria nacional o internacional recomienda su uso. En todo caso esos datos (haber padecido la enfermedad, los resultados de las PCR  y la presencia o no de anticuerpos) ya constan en las historias clínicas de la población y son accesibles con las TSI, y hay que considerar la estigmatización de los enfermos y/o los sanos que se puede provocar, en esto como en la manía por hospitales monográficos se pone de relieve la notoria antigüedad de los planteamientos de IDA (¿volveremos a los lazaretos y a los enfermos con campanilla como se hacía con los leprosos en la Edad Media?)

En resumen, de nuevo hacer como que se hace, mucho aparato escénico, recuérdese que con notoria falta a la verdad, a la proporción, y a la inteligencia, su consejero señaló que el IFEMA era  “un hito en la historia mundial”, pero pocas soluciones y/o insuficientes que ponen en riesgo la salud de la población que sufre unos gobernantes incompetentes, y solo preocupados por garantizar buenos negocios a sus amigos y desviar la atención sobre propuestas “espectáculo” para encubrir su mala gestión de las competencias que tienen atribuidas.

Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

Covid-19 Madrid: un plan tardío e insuficiente